DÍA 1. JUNEDA - MOLLERUSA - LINYOLA. (65 kms.)
El recorrido se inicio en la población de Juneda (LLeida). Son las 9 de la mañana. Equipaje cargado y todo a punto.
El canal de Urgell pasa por una zona habilitada con un tranquilo paseo.
Una espectacular vereda de grandes arboles junto al canal regocija la mente y el estado de ánimo de quien esto escribe. La mañana se presenta soleada pero, a pesar de todo, hace bastante frío.
La idea de construcción de un canal viene ya de la época de Carlos I y Felipe II, que ordenaron estudios para una posible construcción
En el siglo XVIII abundaron también las iniciativas y proyectos como el del comerciante barcelonés Jaime de Durán. El ministro Marqués de la Ensenada encargó un proyecto al ingeniero Bernardo Lana.
A principios del siglo XIX la idea vuelve a cobrar nuevo impulso y en 1825 se desarrolla un nuevo proyecto cuyas obras se inician en 1829, pero se vuelven a paralizar en 1833. Terminada la guerra Carlista, los trabajos no serán reemprendidos hasta 1853. Las obras, dirigidas por el ingeniero Domingo Cardenal, finalizan en 1.861.
El canal de Urgell en realidad, lo forman dos canales y de cuatro acequias principales.
El canal principal tiene una longitud de 144,2 kilómetros y de él derivan las cuatro acequias principales. Este canal conecta, prácticamente, Ponts con el término municipal de Montoliu de Lleida. El canal auxiliar, de 76,6 kilómetros, inicia su recorrido en el pantano de Sant Llorenç de Montgai y acaba uniéndose con el canal principal en el término municipal de Artesa de Lleida.
Junto al camino se encuentran pequeñas lagunas alimentadas por las aguas del canal.
El recorrido va en dirección a Torregrossa siguiendo el tramo arbolado de la 4a acequia principal.
Cruzo raudo la población y busco a la salida un lugar tranquilo para desayunar. Tengo que resignarme a una zona poco adaptada a mi gusto, pero el tiempo apremia...
El recorrido es fantástico. La primavera en todo su esplendor después de unos días lluviosos, ofrece un paisaje que las fotos no logran dignificar ni por asomo.
Me voy adentrando en la comarca del Pla d'Urgell. El recorrido se enfila poco a poco hasta encontrar la acequia de la Serra, con un altozano al fondo, cercano al poblado iberico del Tossal de les Tenalles. La solitaria ruta asciende empinada al promontorio donde se ubica durante la guerra civil un observatorio que ofrece grandes vistas del llano.
Mas adelante y después del descenso me cruzo con una persona en bici eléctrica que, pese a ir raudo por el polvoroso camino, se detiene. Hablamos un rato y hacemos unas fotos. El sr. Antonio, que así se llama el hombre, me comenta que viene de Mollerusa. Para el la bici es una experiencia saludable en la vida.
Desde el camino se pueden ver las pequeñas lagunas que forman todo un ecosistema donde se desarrolla la vida de numerosas especies de animales.
Pasado el mediodía, junto canal se llega a una zona sombreada con grandes arboles que ofrecen un lugar, el Salt del Durán, de obligada pausa para reponer fuerzas y realizar las instantáneas pertinentes.
El Salt del Durán es un salto de agua de 4,5 metros de desnivel situado en la tercera acequia del Canal de Urgell, a unos 4 km. de Mollerussa.
El nombre de "Salt del Durán" hace referencia a la familia de Josep Durán y Ventosa, un industrial que inicialmente se dedicó al vino , los alcoholes y los destilados hasta finales del siglo XIX. En 1901, los Duran inician la explotación de los saltos de agua del Canal para producir electricidad, primero haciendo funcionar una harinera y mas tarde la célebre papelera "La Forestal de Urgell". La electricidad circula a través de un entramado de hilos que recorren la tercera acequia del Canal de Urgell para adentrarse en Mollerussa y llegar a las naves de la fábrica, que se mantiene operativa hasta el último cuarto del siglo XX.
Continuo ruta y me encuentro casi sin darme cuenta cruzando la población de Mollerusa, sede de la Comunidad de Regantes de los Canals d´Urgell. Acostumbrado ya al sonido de la campiña primaveral y el correr del curso del agua, el bullicio comienza a resultarme bastante incómodo.
Hacia las 13:30 horas llego al pequeño núcleo de Vila-sana.
Decido detenerme para comer en un pequeño restaurante que encuentro al paso, el "Bar del Pueblo". Allí un módico y sencillo menú me servirá para reponer fuerzas sin llenarme demasiado, lo cual por otra parte, impediría el pedaleo posterior.
Cerca de las 3 de la tarde continúo ruta hasta llegar al siguiente punto de interés del itinerario, el Estany de Ivars -Vila -sana.
Originariamente era una laguna con una importante concentración salina. La construcción del canal de Urgell en 1861 supuso también una aportación de agua dulce y el engrandecimiento de su superficie.
El estanque se convierte en un centro de vida social, económica y cultural para los pueblos de alrededor. La caza es muy importante, sobre todo la de anátidos. La pesca también es muy abundante. Característica es la pesca de la anguila en Ca l'Aragonès, situada en el punto donde hay la salida de aguas del estanque, ya que por un sistema de rejas se atrapa gran cantidad.
Históricamente la desecación de los humedales ha sido muy habitual. Hay un primer intento por parte de una empresa que recibe los permisos y ayudas amparándose en una ley de 1918 para la desecación de lagunas, marismas y terrenos pantanosos, pero no tiene éxito porque los regantes de la zona se oponen. Más adelante la coyuntura histórica y el hecho de que los promotores del Proyecto de Saneamiento pretenden obtener más terrenos de cultivo contribuye a la desecación y desaparición del estanque en 1951, en contra de la voluntad popular.
Finalmente, el buen sentido común prevalece y se lleva a cabo la recuperación del espacio, iniciado en 2005, con el retorno de las condiciones ecológicas y paisajísticas, y el enriquecimiento de la biodiversidad como oportunidad para el desarrollo socioeconómico del territorio.
Doy la vuelta a la laguna y puedo constatar el hecho de esta riqueza biológica a través de este horizonte verde amparado con el bullicio sonoro de las aves que, ocultas entre la espesa vegetación por donde transcurre el camino, acompañan al visitante en este magnífico entorno.
Obsérvese el nido de la cigüeña en lo alto del enhiesto pedestal.
Abandono el lugar por un pedregoso caminejo que lleva hasta la pequeña población de Vallverd, bastante solitaria a estas horas de la tarde.
De vez en cuando hay que cruzar algún puente para ir al otro lado del canal ya que al seguir por margen equivocado te encuentras con camino interrumpido y hay que volver. Así me sucedió a mí en este punto, aunque sólo fueron unos 400mts.
Llegada a un lugar de interés especial, el Castell del Remei, una finca agrícola con bodegas situada en el municipio de Penellas. Sus viñas forman parte de la denominación de origen Costers del Segre.
La finca llega a tener 1090 ha, siendo el mayor latifundio de regadío de Cataluña. En 1982 la propiedad pasa de la familia Girona, que la ha tenido casi 130 años a la familia Cusiné, y desde entonces ve reducido su tamaño de manera importante.
La finca del Castillo del Remei consta de numerosos edificios, entre los cuales cabe destacar el castillo, el Santuario de la Virgen de Remei, el restaurante abierto al público, el molino de aceite, la harinera, las bodegas, la destilería, los talleres, los almacenes, etc.
Próximo al Castell del Remei, se encuentra el lago de La Plana, lugar idóneo para la observación de aves acuáticas, nidos de cigüeñas, lechuzas, cernícalos, etc.
Cerca de las 6 de la tarde puedo ver en la lejanía del horizonte la población de Linyola, punto final del recorrido de hoy. Un camino pedregoso lleva al objetivo teniendo un viento en contra que hace poco efectivo el golpe de pedal. Pero al final, con paciente insistencia entro con mi bici a las primeras casas de la población.
Dando varios rodeos por sus calles, consigo llegar a la casa donde voy a pasar la noche.
Se trata de la Casa Rural "La Teulería", que como su propio nombre indica, se dedicaba hace hace ya algunos años, a la fabricación de tejas, ladrillos y cerámicas.
Me recibe con una amabilidad exquisita la dueña del establecimiento, la Sra. Antonia, y me enseña la habitación y las diferentes estancias de la casa. Todo a su punto y más que impecable. ¿Qué más se puede pedir?.
Soy el único huésped, así que dispongo de la casa solamente para mí. Una lástima ya que tengo pocas horas para disfrutarla.
Una obligada ducha para relajar el cuerpo y después vuelta por un aromático jardín que la propietaria cuida con esmero y dedicación. Es un rincón privilegiado para olvidarse de las prisas mundanas.
Por la noche cena frugal en el único bar de la población que permanece abierto. Una ración de calamares y otra de alitas de pollo con salsa barbacoa, constituyen mi sustento nocturno. Todo ello amenizado por música de fondo con exceso de volumen, y la conversación de un lugareño frecuentador del ambiente típico y rutinario de estos establecimientos.
DÍA 2. DE LINYOLA - BALAGUER - TÁRREGA. (72 kms.)
Después de desayunar en otro bar, comienzo el itinerario bajo un cielo completamente despejado. El día va a ser radiante y caluroso. Pronto Linyola queda atrás.
Frente a mí, horizontes de libertad, tranquilos, relajantes..., mientras sigo pedaleando ajeno a casi todo, dirigido con precisión por mi twonav Terra.
Caminos rectos que se extienden en lontananza, siempre cercanos al agua que discurre sin detenerse y escuchando solamente el monótono e incansable ruido de las ruedas girar sobre el camino...Esta es la tónica de este itinerario.
La población de Balaguer es otro destacado lugar donde transcurre esta ruta. No me adentro en el centro de la población, y me detengo en el puente que cruza el río Segre.
El bullicio del tránsito y de la gente en este céntrico punto me agobia bastante, así que unas fotos testimoniales y regreso a la ruta.
Aunque tengo que decir que Balaguer promete un recorrido histórico de interés que seguramente dejaré para otra ocasión.
Al abandonar la población, el sol del mediodía comienza a caldear el ambiente con aires veraniegos, así que tomo medidas contundentes para aliviar al máximo su influencia. Todo se resume en una buena hidratación, crema solar y una pieza de fruta a la sombra de un árbol junto a un polvoriento camino agrícola.
Y en este momento un gran tractor viene de frente dejando tras de sí una nube de polvo que inunda todo. Tengo que salir al paso para frenar su ímpetu y aliviar algo toda este tornado que va generando.
Continúo la ruta. A lo lejos el pequeño núcleo de La Rápita.
De nuevo junto al canal, pedaleando un kilómetro tras otro, rodando sin apenas detenerme, bajo un sol implacable, siempre en dirección a lo lejos...
... y vuelta al pedaleo continuo.
El fondo parece adecuado para hacer una pequeña pausa...
... para tomar una barrita energética al lado de una pequeña laguna donde se puede escuchar el chapoteo de las ranas y el ruido de las diversas especies de aves que la habitan.
Voy siguiendo la Primera Acequia en dirección este. A lo lejos el pueblo de Bellmunt d´Urgell. Para llegar allí habría que abandonar el trazado de la ruta.
Me encuentro a la entrada del pequeño pueblo de Penelles. Tengo en mente hacer una pausa para comer, pero...
Al entrar en el, observo con agradable sorpresa que hay muchos grafitis en sus calles.
El único bar-restaurante del lugar, hoy no va a abrir. Ni Marc Márquez puede convencerlos aunque figure su efigie en la fachada del establecimiento. Así que seguiré ruta y probaré en el próximo pueblo.
Sorprende el Cine Kursaal, nombre muy significativo y dónde no hace mucho se realizó un programa de TV que presentaba Jesús Calleja. Aquí reunió a todo el pueblo para interactuar a su estilo.
En la pared lateral del cine, otro icono nostálgico del filme "Cinema Paradiso" de Giuseppe Tornatore con la banda sonora inconfundible de los grandes Maestros Ennio Morricone y Andrea Morricone.
En fin, sigo hasta la siguiente población que dista poca distancia, Castellserá.
Calles vacías a la búsqueda de un lugar para poder comer. Es difícil encontrar a alguien a quien preguntar, pero allí, en una de las calles, hay un bar y un grupo de personas sentadas en el exterior, pero no sirven comida. Tendré que llegar hasta la piscina municipal donde hay el bar "Les Piscines".
¡Por fín!. Aquí puedo satisfacer el apetito con un módico menú y un ambiente tranquilo, y conversación con algún que otro parroquiano que se interesan por mi viaje.
Continúo ruta con unos paisajes magníficos en el horizonte.
Paso cerca de otro pequeñísimo núcleo de casas, Almenara Alta.
La siguiente población en itinerario es La Guàrdia, situada a los pies de la sierra de Almenara, también desierta a esta hora de la tarde. No obstante doy una vuelta y en una de sus calles me encuentro con algunas edificaciones de relevancia arquitectónica.
Entre estas destacan la torre de la Guàrdia de Déu, una magnífica torre de planta rectangular que data del siglo XI.
También la antigua iglesia de Sant Sebastià, de estilo gótico con reminiscencias románicas.
Continúo rodando, ahora por caminos polvorientos y pedregosos, alejándome del canal y teniendo ya a pocos kms. mi destino de la jornada.
Breve descanso junto al camino para comer unas nueces y relajarme un rato. En este intervalo me entretengo también en alguna que otra instantánea para mi personal "Narcis Club".
El camino cruza la autovía A2 Lleida-Barna, y enfila ya directo a Tárrega.
Llegando a Tárrega la ruta continúa hacia un promontorio donde se levanta la ermita de Sant Eloi, constituyendo un magnífico mirador sobre la ciudad y el entorno que la rodea.
La ermita ubicada en este parque, la hizo construir el platero Simón Canet el siglo XIII en honor a San Eloi, patrono de los orfebres.
Con el paso del tiempo, se ha convertido en un importante parque de casi 20 hectáreas, con gran cantidad de pinos, encinas, olivos y almendros.
Predomina la belleza clásica del jardín, con rincones de estilo romántico, con senderos que bajan serpenteando por la ladera de la montaña.
Finalizo la ruta en el Hotel Pintor Marsá, lugar con un cierto encanto, en una habitación cómoda y tranquila para pasar la noche, y muy diferente a la casa de la noche anterior.
Tárrega de noche, después de cenar en un pequeño bar de tapas una hamburguesa acompañada de una caña de cerveza. Calles completamente vacías hacia las diez y cuarto de la noche...
...de regreso al hotel Pintor Marsá para descansar.
DÍA 3. TÁRREGA - ARBECA - JUNEDA. (49 kms.)
Desayuno incluido en el hotel, muy a mi gusto. No me queda mas que ponerme en marcha para comenzar la tercera jornada de viaje.
Son las 9:30 de la mañana. La temperatura es bastante fría. La ruta cruza la población por plazas y calles con unas edificaciones de cierto carácter histórico.
Pronto, Tárrega queda a mi espalda, mientras el itinerario va ondulando entre campos de labor donde todo son horizontes que se pierden a lo lejos.
El camino es muy rodador. Lo cruzan ingentes hileras de hormigas en incansable movimiento, trajinando todo lo que se puede entre las piedrecillas del terreno.
Es de admirar los campos primaverales entre los que asoman extensos grupos de rojizas amapolas.
El camino termina en un lugar donde puede contemplarse el abandono de las antiguas masías que formaban parte del mundo rural de una época.
Me encuentro en el Mas de l´Estadella, una gran explotación agrícola, con varias viviendas, que finalmente se convirtió en un pequeño núcleo fortificado, con capilla renacentista dedicada a la Virgen del Rosario.
El conjunto, del siglo XVI, es inmenso y cuenta con una planta baja y dos pisos, además de fachadas ornamentadas con elementos renacentistas, una escalinata que lleva hasta una puerta de entrada, etc. La masía ejemplifica la magnitud económica y el gran poder adquisitivo que debían tener los propietarios, ya que no todo el mundo podía permitirse vivir en un lugar como este.
El itinerario retoma de nuevo el canal de Urgell...
... pasando por el pequeño pueblo de Preixana.
Más adelante, y lejos del itinerario puede verse la población de Bellpuig.
El siguiente pueblo por el que transcurre la ruta es Vilanova de Bellpuig. Calles rectas e inacabables, con poco movimiento de transeúntes y coches en este momento del día.
Pasada la población, me detengo en una frondosa arboleda junto al canal para descansar y tomar unas piezas de fruta.
El lugar es muy relajante. Me rodea el agradable sonido de los pájaros y el ligero discurrir del agua.
Pedaleando por estos caminos me sorprende ver al otro lado del canal, una cantera de enorme extensión dedicada a la extracción de áridos para, entre otras cosas, fabricar hormigón. Es la explotación Pujol.
Cerca de aquí otro de los puntos de interés de la ruta, la "Fortaleza ibérica del Vilars".
Una valla perimetrada impide su acceso. Para concertar visita hay que hacerlo previamente por teléfono.
La fortaleza (775 a. C.-325 a. C.) está situada a 4 km de la localidad de Arbeca. Fue construida hace 2800 años durante la Primera Edat del Hierro manteniéndose habitada durante 400 años.
De forma ovalada se estructura alrededor de una cisterna de agua que ocupa el centro de una plaza junto a la cual se van levantando las viviendas de forma rectangular.
Todo el conjunto está rodeado de una muralla de cinco metros de ancho y otros cinco de alto con 12 torres semicirculares y un foso inundable de 15 metros de anchura y 4 de profundidad en el que se abren dos puertas de acceso de pequeñas dimensiones. Rodeando el complejo había una barrera de piedras clavadas en el suelo, que era un sistema defensivo que impedían el paso a pie o a caballo. Estas características defensivas la hacían casi inexpugnable
Con capacidad para albergar unas 100 personas fue habitada desde el siglo VIII a. C. hasta el año 325 a. C. siendo abandonada de forma abrupta.
Dejo aquí
AQUÍ un enlace para el lector interesado.
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Agradecimiento: https://vilars.udl.cat |
Estoy cerca de la población de Arbeca. Desde lejos la colina bajo la que se asientan las edificaciones. En su cima se encuentran los restos del antiguo y poderoso Castillo de los Duques de Cardona, que tiene su origen en una fortaleza árabe conquistada hacia la mitad del siglo XII.
Lo primero es buscar un lugar para comer. Me decido por el bar restaurante "La Fassina", un establecimiento que resultará todo un acierto. Es la típica fonda de pueblo, con variado menú y centro de tertulias inacabables a lo largo del día.
Después una vuelta por las calles empinadas del centro histórico.
La iglesia de Sant Jaume de Arbeca sorprende por sus grandes dimensiones y por la dignidad religiosa de su interior lleno de sorpresas para el curioso visitante.
A poca distancia de la población, me detengo junto a una fuente que se encuentra justo al lado de una carretera rural. Es la Font de la Juliana.
La fuente está situada en el interior de una arcada. Se llenaba de agua de lluvia y servía para abrevar a los animales. Es posible que fuese construida por los romanos y utilizada también por los árabes.
La estructura construida entre los siglos XV y XVI, consta de una cámara cubierta con una espléndida bóveda de piedra.
El interior es una surgencia de agua que brota goteando lentamente. La bóveda además de mantener limpia el agua, reduce la evaporación, mantiene la temperatura y asegura su almacenamiento .
La fuente es el reflejo de un tiempo en el que el agua era un escaso recurso y su provisión obligaba a emprender grandes esfuerzos para garantizar el abastecimiento.
Y es el agua la que va marcando el itinerario a seguir, salvando desniveles y recorriendo zonas diferentes mientras interactúa con el medio ambiente en frondosos lugares que constituyen un entorno idílico para el devenir mental de este viajero.
Dejo atrás la frondosa vegetación para cruzar la población de les Borges Blanques.
Siguiendo la ruta ahora por otra carretera rural muy poco transitada, paso junto a un molino de origen medieval, el Molí de la Bardissa que llama mi atención. El molino, en su tiempo, contaba con cuadras, corral, huerto, y vivienda para el molinero. Durante la Guerra Civil el molino sirvió de refugio a familias y religiosas de Les Borges.
Más adelante el itinerario encuentra de nuevo el agua de la 4rta., acequia que discurre ahora por el lugar denominado de los 9 saltos.
A partir de aquí, el camino sigue el canal, con un discurrir tranquilo entre pequeños campos de labor. Al final, de nuevo una frondosa arboleda y el sonido del agua que cae en una pequeña cascada; la Segunda Máquina.
En 1911, un empresario de Juneda de nombre Francesc Torrent Rius (1863-1939) acordó con la sociedad del canal la cesión de este salto para construir una máquina para su aprovechamiento hidroeléctrico.
En esta zona la humedad se respira en el ambiente y esto genera un entorno ideal para muchas especies biológicas que han encontrado las condiciones óptimas para desarrollarse.
Por una senda sigo junto al canal hasta llegar al Primer Salto donde también existían los edificios con las turbinas para generar electricidad.
Me quedo un rato embelesado y contemplativo viendo caer el agua, pero llega un pestilente olor a mis narices. Detrás mío hay un banco en el que hay sentados un matrimonio de avanzada edad y el, incomprensiblemente para mí en este entorno natural donde el aire puro es una bendición, está fumando tan tranquilo.
No pude evitar un reproche, no se si con razón o sin ella.
Continúo por esta agradable arboleda de la 4rta. acequia, saboreando los últimos tramos de esta ruta que va llegando a su fin.
Llego al final con cierto aire de nostalgia, donde todo había comenzado dos días antes. Cualquier experiencia termina en algún momento, pero me quedan los buenos momentos de esta magnífica ruta que ahora pasan a gran velocidad, como retazos desordenados, por mi cabeza.
Cargo la bici en el coche y me hago la última foto para el recuerdo.
Dejo aquí los 3 tracs de la ruta para descargar y el trac completo:
ETAPA 1_ Juneda - Linyola
ETAPA 2_ Linyola - Tárrega
ETAPA 3_Tárrega - Juneda