25/3/22

POR LA SIERRA DE COLLSEROLA. CAN CALOPA DE DALT. LA RIERADA. RIERA DE VALLVIDRERA. STA. CREU D´OLORDA. Ruta de Senderismo.


Fantástica ruta cercana a la gran urbe de Bcn. en pleno corazón de la Sierra de Collserola.
El itinerario comienza en la zona denominada Can Calopa de Dalt, una gran explotación agrícola que se sitúa en la carretera BV-1468 que va de Vallvidrera a Molins de Rei pasando por el lugar de Sta. Creu d´Olorda.





Esta gran masía acoge ahora un proyecto de inserción social para jóvenes con discapacidad psíquica, que viven y aprenden el oficio de vinateros. La masía de Can Calopa de Dalt data del siglo XVI. Su arquitectura conserva huella, esencia y el encanto de la vida sencilla de la viña y el campo. 






Al fondo, entre los bosques, la silueta recortada e inconfundible del Tibidabo, visto desde el otro lado de la montaña.





Comenzamos descendiendo por un sendero que se adentra entre la espesura de la vegetación. 








El sendero termina en camino mas ancho que seguimos en claro descenso... 






... hasta encontrar un puente que cruza la riera de Vallvidrera, conocida también como la Rierada,  un afluente del margen izquierd del río Llobregat y único curso de agua permanente del Parque de Collserola. Nace bajo las colinas de Can Pasqual (470 m) y de Castellví (468 m), con un recorrido de 12 km. Pasa cerca de la iglesia de Santa María de Vallvidrera, Les Planes, la Floresta, la Rierada, por debajo de San Bartolomé de la Quadra y Molins de Rei, para finalmente desaguar en el Llobregat.








La ruta sigue un frondoso sendero junto a la riera. A estas horas de la mañana el lugar es de lo más reconfortante.
La riera mantiene un entorno natural de bosque de ribera, con una abundante vegetación.







Cerca del curso de agua encontramos un lugar que nos parece de lo más adecuado para desayunar.










Satisfechas necesidades básicas, seguimos el itinerario que nos llevará a cruzar en repetidas ocasiones el curso del pequeño riachuelo.









Las raíces apelmazadas de los arboles se retuercen en la superficie para hundirse de nuevo en la tierra en busca del sustrato más idóneo. 





El camino sigue por la gran umbría de esta zona de la Rierada, con una gran densidad de formaciones vegetales.









Junto al camino se encuentra un majestuoso ejemplar que sorprende por su gran monumentalidad.









Salimos de la umbria después de un fantástico recorrido... a un campo de labor abandonado.





... para volver luego a retomar un sendero, ahora en suave ascenso, que sigue remontando el curso del arroyo.





Henos ahí en esta tranquila matinal de viernes posando para la posteridad digital en medio del camino.




Y mientras andamos, me cuentan aquella historia de los hombres que  en cierto lugar encuentran huesos humanos y unas calaveras con un cartel junto a ellas que reza lo siguiente: "Nosotros fuimos como Vosotros, Vosotros sereis como Nosotros".
Pensad en la frase. Asusta un montón.


            


Nos desviamos por otro sendero que en un buen desnivel de subida, nos llevará a otro punto interesante del itinerario, al lugar de Santa Creu d´Olorda, donde hemos llegado ya en otras ocasiones y en otros itinerarios.




Son algo más de las 13h, y volvemos al sendero que habíamos dejado, para seguir adelante en dirección al lugar donde iniciamos el recorrido, Can Calopa de Dalt.




A un lado del angosto sendero, descubrimos algo inaudito. Imposible saber como ha llegado hasta aquí ya que la carretera se encuentra a una respetable distancia del lugar donde nos encontramos.
Los restos de un vehículo atrapado entre la maleza...





No podemos dejar de preguntarnos sobre la procedencia del energúmeno que ha llegado hasta aquí con el coche. Cúmulo de hierros retorcidos y oxidados y también, como no, de interrogantes. En fin, no intentamos siquiera de ponerlo en marcha...





Abandonamos el lugar sorprendidos y pensativos, con la gran incógnita sin resolver, mientras nos acercamos al final del itinerario. Un indicador de PR C165 sigue ilustrando el sendero.


                                


La ruta llega al final con la llegada a Can Calopa de Dalt. El lugar está ahora solitario y solo se escucha el sonido de las ráfagas de una ventisca que comienza a arreciar.




Dejo aquí el enlace de la ruta de 11,12 kms, de recorrido con un desnivel de 375 mts.


Ruta realizada



3/3/22

CASTILLO DE PIERRE-PAUL RIQUET. ENTRE EL TIEMPO, LA MUERTE...Y OTRAS CURIOSIDADES...


A una media hora de la ciudad de Toulouse, y en plena campiña francesa, encontramos un entorno singular que atrae poderosamente la atención, una gran edificación junto a una pequeña población situada entre viñedos en el Alto Garona, el Castillo de Bonrepos feudo acreditado de un ilustre personaje de linaje occitano, Monsieur Pierre-Paul Riquet.





Pierre-Paul Riquet nace en Béziers en 1609. De joven le obsesionan las ciencias y las matemáticas. Su padre, desempeña el cargo de procurador real, y le anima a entrar en la administración de los tributos que se ejercen sobre la sal. Se casa con Catherine de Milhau, hija de una familia de clase media, con la que tiene cinco hijos. Con la recaudación del impuesto sobre la sal durante 20 años, consigue crear una enorme fortuna.




En 1661, fue nombrado Barón del señorío de Bonrepos. Trabajador incansable y espíritu emprendedor, Riquet destaca por su calidad humana al ofrecer a sus trabajadores salarios decentes y condiciones de trabajo desconocidas hasta la época.
A la edad de 53 años, decide hacer realidad su sueño: construir un canal para conectar el Mediterráneo con el Atlántico, el famoso Canal du Midí, dedicando a este proyecto el resto de su vida.
Pierre-Paul Riquet muere en Toulouse el 1 de octubre de 1680, con la obra casi terminada, a tan sólo 5 km del mar. Fueron dos de sus hijos quienes la culminaron, inaugurando el canal ocho meses más tarde.




Una serie de fotografías nos muestran varias estancias del interior de su castillo, ciertamente algo inquietante, con mobiliarios que producen leves estremecimientos y que nos acercan al umbral de otras dimensiones misteriosas y desconocidas.




Seguramente, no me atrevería a pasar noche en este lugar. Evidentemente este no está exento de vibraciones del pasado. Aquí nos podemos enfrentar a sensaciones indefinidas cuyo origen traspasa el ámbito mental del observador.




Estancias lúgubres, misteriosas, enigmáticas donde sin duda pueden escucharse sonidos psicofónicos provenientes de mundos silenciosos...
Luces y sombras que fluctúan con el pensamiento. Miradas hacia la absurda oscuridad de una pesadilla nocturna. Un transcurrir inquietante hacia otra vida a través de la muerte.






En estos salones debió sentarse tan acreditado noble a leer las obras de un coetáneo suyo, Jean-Baptiste Poquelin, conocido popularmente con el nombre de Moliére.
Entre estas paredes seguramente tuvieron eco los regocijos de las hilarantes escenas que desarrolla en obras como Tartufo, Don Juan o El enfermo imaginario...




Y en esta estancia sombría debieron descansar los acreditados miembros de tan destacado linaje. Sin duda alguna, aquí vagabundean las ensoñaciones de cualquier mortal, mientras se aligera el peso sobrante.
En la esquina del fondo se puede observar un bidé...




...utensilio que al parecer es una invención de un barón llamado Bidet en el siglo XVIII en París, para la limpieza de las partes íntimas antes y después de las relaciones sexuales. El bidé se situa siempre en la recamara, y proporciona una higiene de las zonas bajas sin necesidad de desvestirse. Como todavía no se ha inventado el papel higiénico, se populariza rápidamente. Es un complemento al baño en una época donde tener bañera es un privilegio incluso entre la nobleza.

El nombre proviene de un tipo de caballo pequeño parecido a un poni, hoy extinto, que usan las damas y niños de la nobleza para sus paseos. Hace referencia a la posición en la que hay que sentarse, igual que cuando se cabalga. 
Pero a lo largo de su relativamente breve historia el bidé fue a menudo objeto de polémica, también por su uso como anticonceptivo. Su presencia parece sugerir una vida lujuriosa por parte de sus propietarias, como le señalan a la reina de Nápoles, y en los burdeles es el único mueble del que disponen las meretrices además de la cama. La Iglesia critica ferozmente su uso, sugiriendo incluso que se usa para practicar abortos.

En fín, que me ha salido una entrada de blog, un poco-bastante surrealista... y no sé si apetece visitar el castillo, aunque la curiosidad puede con todo...