16/8/19

DE VIAJE POR RUMANÍA. De BUCAREST a SIBIU, CLUJ NAPOCA, GURA HOMORULUI, PIATRA NEAMT, BRASOV, BUCAREST. Ruta Turística.


Despegamos en dirección Este y contemplamos el inmenso mar en el lejano horizonte, después nos internamos hacia el interior sobrevolando varios países europeos a no sé que altura de los cielos... "Santificado sea tu Nombre, ven a nosotros tu Reino..." 
Por si ocurre algún imprevisto en las alturas, es mejor estar preparado.






DÍA 1BUCAREST


El avión aterriza en el Aeropuerto Internacional de Bucarest-Henri Coandă hacia las tres de la tarde. Bullicio, gente, maletas rodando por largos pasillos, trámite policial y por fin llegada al hotel para no descansar, de momento, hasta que llegue la notte. Y lo hacemos en "Le Boutique Hotel Moxa" de esta ciudad.






Siguiendo con el ajetreo, frecuentamos las calles de la capital al acecho para el cambio de moneda local (lei), y para ver coches, gentes y edificios de muy diversa índole, algunos con un fuerte regusto a los tiempos del  exacerbado comunismo.








Obsérvese la ubicación de este espacio religioso entre edificaciones de aires soviéticos. 







Cena en zona turística de restaurantes y locales con gran variedad de oferta gastronómica y abundante predominio  de carnes, algunas muy grasientas y poco saludables, todo hecho a la parrilla. Obvío estos menús y me alejo de ellos buscando algo más a mi gusto.





¡Atención con las propinas que sugieren y marcan en la cuenta!. Las que dejé de lado por la tardanza en el servicio.



DÍA 2. BUCAREST, CURTEA DE ARGES, Ruta TRANSFÂGÂRÂSAN, LACUL VIDRARU, BALEA LAC, SIBIU.


Salimos relativamente temprano de Bucarest, enfilando por una autovía que nos llevará cerca de la población de Pitesti. Cerca de aquí pueden verse algunos campos donde se realizan extracciones de  petróleo. Y es que en este lugar, existen varias refinerías para dar salida a esta execrable producción.
Todavía nos encontramos en la demarcación de Valaquia, pero pronto iremos penetrando a través de la cordillera de los Cárpatos, a la zona de Transilvania. 
Hacemos un alto en el camino en la población de Curtea de Arges.
Aquí se encuentra su importante monasterio ortodoxo, joya del arte bizantino rumano.






La gran construcción fue impulsada por Neagoe Basarab y terminada por Radu de la Afumati en la primera mitad del siglo XIV.
En la decoración se pueden distinguir los elementos de arte oriental, no en vano Neagoe Basarab había sido educado en la corte de Estambul.






La belleza de su interior con mármoles traídos desde Bizancio y con una decoración reciente pero de gran colorido y luz son realmente espectaculares.








Los fieles en solemne orden para la Adoración a la Santa Imagen, relicario de devotos fervores religiosos que nos iremos encontrando en cada uno de los lugares dedicados al culto.






Cercana al monasterio, una tienda de recuerdos con afamadas vendedoras, ofrecen al visitante multitud de objetos divinizados relacionados con el culto.






Abandonamos la población y tomamos la famosa ruta de Transfăgărășan que nos llevará hacia el norte.
Esta carretera remonta las estribaciones de los Cárpatos con un gran desnivel a medida que se va avanzando por ella.







Las asperezas de la montaña van sublimando las impresionantes panorámicas que pueden contemplarse durante el tortuoso y serpenteante recorrido. Al cabo de algunos kms. se llega a zona turística. Es la Presa de Vidraru, construida en 1965 a orillas del río Arges para producir energía hidroeléctrica. La altura de la presa es de 166 metros, y el lago que forma, una longitud de 28 km.






Breve visita al lugar, abarrotado de personal, aunque en las fotos se obvien las multitudes.



                    



Seguimos ruta sorprendidos por la cantidad de gente que junto a la carretera hace "picnic" con fogata incluida, un hecho que aquí en nuestro país está totalmente prohibido.

     





La Transfăgărășan está abierta unos pocos meses al año ya que con cualquier inclemencia meteorológica se vuelve intransitable y queda cortada de inmediato. La niebla y la nieve son los dos fenómenos más habituales.






La construcción de esta carretera nació bajo el impulso del dictador megalómano comunista Nicolae Ceauşescu como parte de una estrategia militar en plena Guerra Fría. Serviría para movilizar las tropas ante un eventual ataque de la Unión Soviética. 





La construcción corrió a cargo de las propias Fuerzas Armadas rumanas. La complejidad de la obra fue muy grande y el coste humano altísimo. Se habla de más de un centenar de muertos durante los 4 años que duraron los trabajos. Seguramente fueron muchísimos más pero no se sabe con certeza.








Justo cerca de la cima tenemos que soportar una tremenda caravana de coches que avanza con lentitud pasmosa para desesperación del turista inquieto y ávido de emociones.





Pasamos junto a la cascada "Capra" a pié de carretera.





Un túnel excavado en la roca nos lleva al otro lado del puerto de montaña.
Aquí encontramos nuevamente el bullicio y una multitud de tenderetes que vuelven a ensombrecer el paisaje. Desde el fondo pueden escucharse los ecos de un atronador altavoz ya que se celebra algún tipo de competición deportiva patrocinada por "Red Bull".






Nos alejamos de la gente y llegamos al lugar donde se puede contemplar un espectacular lago glaciar situado a 2034 mts. que refleja en sus tranquilas aguas las cimas de las montañas que lo rodean.
Es el Bâlea lac.










Abandonamos el lugar satisfechos de haber contemplado tan soberbio enclave.
La carretera ahora desciende zigzagueante hacia el fondo del valle. Sobre nosotros cruza un vertiginoso teleférico que remonta hasta la cima.





Nos detenemos al borde de la carretera en repetidas ocasiones para contemplar unas vistas extraordinarias. Desde aquí se abren impresionantes montañas de lejanos horizontes.  





Llegamos a la población de Sibiu cuando ya es de noche. Hay mucho ambiente en las calles, pero conseguimos avanzar con alguna dificultad cruzando por calles peatonales a nuestro hotel ubicado en una céntrica plaza. Y se da la circunstancia que en esta plaza hay un concierto de música clásica con una gran orquesta sinfónica interpretando a Tchaikovsky, Borodín, Straus, etc.





En medio del bullicio general y arropados por el "Danubio Azul", desembarcamos nuestros portantes en el "Hotel Am Ring", de claras connotaciones Transilvanas ambientado con una decoración un tanto peculiar.









DÍA 3. SIBIU. ALBA LULIA. PESTERA GHETARUL SCARISOARA. CLUJ NAPOCA.

Después de una noche Transilvana y después de un desayuno mas bien flojo, y después del trato con un personal realmente antipático, abandonamos el hotel para ya jamás volver y dar una vuelta por la población.
La Piata Mare es la plaza más grande y popular de Sibiu. Tiene monumentos muy bien conservados del barroco colonial, como la Iglesia, la Basílica Católica, el Ayuntamiento y el Palacio Brukenthal.









Sibiu destaca por que buena parte de su centro histórico es peatonal, con lo que se puede disfrutar de la belleza de los edificios y la calma de las terrazas.






               
Destacan las casas cuyas buhardillas en forma de ojos dan encanto a la bella arquitectura centro-europea.










Pasamos junto a la Catedral Ortodoxa (Catedrala Ortodoxa Mitropolitana Sf. Treime) sede del arzobispado ortodoxo rumano de Sibiu, que en estos momentos está en pleno oficio religioso. No dudamos en ningún momento...














La perpetua adoración al numeroso relicario ortodoxo, hace que un lugar de culto se precie mas o menos, arraigando en la profunda fe y devoción religiosa del pueblo rumano. He aquí un vídeo en el que puede verse una pincelada de esta celebración.





Se nos hace tarde, abandonamos Sibiu para trasladarnos a otro lugar.




Lo hacemos en coche, no en carro, ya que de otro modo llegar a algún sitio se dilataría demasiado.
Por lo general, las carreteras rumanas son un desastre ya que continuamente hay que atravesar poblaciones que se juntan sin que sepamos en ningún momento donde nos encontramos. Numerosas rotondas hacen que el tránsito se ralentice y se formen colas pesadísimas. 
A pesar de tantos males llegamos a la población de "Alba Lulia", la antigua Apulum, capital de la Dacia Superior. 
Es de visita obligada la famosa Ciudadela, construida a principios del siglo XVIII por orden de Carlos VI de Habsburgo.






Alba Lulia recibe su nombre de la madre del emperador Marco Aurelio, Julia Augusta. Durante la dominación romana fue apreciada por los yacimientos de oro y sal, además por la riqueza de sus recursos forestales y agrícolas.






Fuera del recinto amurallado se encuentra el obelisco en recuerdo de los líderes Horea, Cloşca y Crişan, ajusticiados tras la revuelta que a fines del XVIII se inició contra el sistema feudal de servidumbre, y a favor de la paridad de derechos entre las diferentes etnias rumanas.





Volviendo de nuevo al interior del recinto, encontramos la magnífica catedral de San Miguel, que puedo visitar con absoluta brevedad y solo a tiempo de ver la ceremonia de un bautizo ortodoxo. 





El tiempo vuelve a hacerse incisivo. Son cerca de las 3 de la tarde y tomamos una carretera, la DN74  y la DN75, que nos llevará hasta Scarisoara a 106 kms. de distancia, con muchas curvas y baches que resienten la amortiguación del coche durante las más de dos horas que se tarda en llegar.
Nos queda aún un suma y sigue de 10 kms. por una carretera estrecha que va ascendiendo con un incesante desnivel. Tengo la espalda rota de tanto conducir.
Hacia las 6 de la tarde llegamos a una zona rural con varias casas diseminadas y todavía no hemos tenido tiempo para comer.







Nos adentramos por un camino que discurre por un impresionante bosque y que en unos diez minutos nos lleva cerca de la entrada de la cueva glaciar.





La Pestera Ghetarul de la Scarisoara ha cerrado a las 6 de la tarde, pero la aparición de un grupo de turistas hace que vuelva a reabrirse y podamos de este modo, disfrutar de un espectáculo casi único. 




Descendemos por unas escalerillas hacia el fondo de un barranco. La vegetación exuberante cubre todo el tramo del descenso. Nos encontramos en el Parque Nacional Apuseni  situados a 1265 m. de altitud.



                   



Un poco más abajo podemos observar la  abertura de una enorme gruta que se abre al fondo. Estamos sobrecogidos de toda esta recóndita inmensidad mientras seguimos descendiendo peldaño a peldaño.


                   



La humedad resulta muy evidente, solo hace falta observar la cantidad de musgo que cubre las rocas cercanas a la  entrada de la cavidad. La temperatura va descendiendo, y atisbamos en el fondo que se ha formado una capa de hielo. 









La Cueva glaciar de Scarisoara es uno de los destinos turísticos más atractivos de la región de Transilvania. Se trata de una cueva glaciar subterránea -la más grande de Rumanía, que tiene el segundo glaciar más grande del mundo-, un fenómeno natural bastante atípico. 







La Pestera al parecer se formó durante la Edad de Hielo, cuando los Montes Apuseni estaban en el período de glaciación. Fue descubierta por el geógrafo austríaco Adolt Schmididi en 1863, que hizo las primeras observaciones y el primer mapa de la cueva. Ha sido declarado monumento natural y reserva espeleológica.




                                         

La cueva glaciar  tiene una superficie de 730 m. de largo por 105 m. de profundidad, y la entrada 50 m. de ancho por 50 m. de profundidad, por la cual se accede a una gran cueva con galerías y una masa de 75000 metros cúbicos de hielo fosilizado.





Salimos de nuevo al exterior impresionados por este lugar tan fantástico que por suerte hemos podido contemplar. Volvemos a subir los resbaladizos escalones sobrecogidos todavía por esta experiencia casi trascendente.






Y como todavía no hemos comido y son las 7 de la tarde preparamos un bocadillo en zona habilitada cerca de la cueva. El tema y el lugar saben a gloria ortodoxa.







De nuevo en el coche rehacemos una parte del trayecto realizado esta mañana por la misma carretera DN74 hasta desviarnos por otra, solo que ahora va oscureciendo y seguimos entre montañas oscuras y amenazadoras, cruzando pequeños núcleos rurales con gente que circula casi sin luz al lado de la carretera. 
Hacia las 10 de la noche hemos llegado a lo alto de un puerto de montaña donde se ven las luces de Cluj-Napoca, la segunda ciudad mas grande del país, a la que nos dirigimos.
Media hora mas tarde llegamos a un curioso "Hotel Hanul Fullton", donde ya nos esperaban.





La mañana siguiente, radiante de luz, permite ver el lugar donde hemos pasado la noche. A la mente me viene los llamados corrales del Madrid de los Austrias y en concreto el famoso "Corral de la Pacheca", donde se realizaban funciones teatrales a las que acudía numeroso público.







DÍA 4CLUJ-NAPOCA, DEJ, BISTRITA, PASO DEL BORGO. MONASTERIO PINTADO DE VORONET, GURA HUMORULUI.

Visita rápida a la ciudad de Cluj-Napoca, en medio de un hervidero de tráfico y gente...





...Una anciana vendiendo flores a la salida de un comercio para sacarse el mísero sustento diario.






Cluj-Napoca se considera la capital extraoficial de la región de Transilvania. Alberga varias universidades y monumentos que datan de las épocas sajona y húngara, exceptuando los abundantes cableados que se ven por todas partes, y que no pertenecen aquella época.







En torno a su plaza central, Piața Unirii, destaca la majestuosa iglesia de San Miguel. El templo ubicado en el centro histórico se considera uno de los más importantes de estilo gótico de Transilvania. La torre tiene una altura de ochenta metros.







Teatro de la Ópera

La Catedral Ortodoxa de Nuestra Señora de la Asunción a la que tampoco podemos evitar entrar...








Y como es habitual, la devoción es su máximo exponente.






Abandonamos Cluj-Napoca y continuamos viaje hacia un nuevo destino. Nos dirigimos hacia la región de la Bucovina, cruzando de nuevo poblaciones y más poblaciones que se unen después con otras poblaciones, y así hasta el infinito...
Y aminorando la velocidad continuamente a medida que pasamos por todas ellas. Aquí no existen variantes que desvíen el tráfico, se pasa siempre por el medio.
En muchísimas de las casas puede verse Santa Iconografía para la protección del hogar familiar.





Nos detenemos para comer en un pequeño restaurante de la carretera en medio de grandes bosques de coníferas.







Muy bien atendidos y donde no hablan ni pizca de inglés, sigo con mi plato preferido rumano, la famosa "Ciorbă", una sopa que puede llevar pollo, ternera, pescado, verduras... y suelen acompañarse de una guindilla verde en crudo o encurtida.







Se sigue, sin tiempo para el descanso, cruzando pequeñas aldeas muy próximas a la carretera.






¡Atención!. Me obligan a detenerme para ver el Hotel Castillo de Drácula, con efigie de Bram Stoker autor de la famosa novela que nunca visitó Rumanía. No olvidemos que nos encontramos en la Transilvania.







Enfilamos de nuevo ruta pasando por el famoso Desfiladero del Borgo un puerto situado en las montañas Bârgău, en los Cárpatos orientales, que comunica las ciudades de Bistriţa (Transilvania) con Vatra Dornei (Bukovina).
Finalmente llegamos a los aledaños del Monasterio de Voronet. Como es habitual, en lugar de interés cercano, proliferan numerosas tiendas de recuerdos con infinidad de objetos a cual más casposo.






Nos encontramos, ahora sí, ante el Monasterio de Voronet, uno de los famosos monasterios pintados de la Bucovina.
Es conocida en todo el mundo por sus frescos exteriores de colores brillantes e intensos, y por los cientos de figuras bien conservadas situadas en un fondo de azurita.





                           

El monasterio fue construido por Esteban el Grande en 1488 en tres meses y tres semanas para conmemorar la victoria en la Batalla de Vaslui. Es conocido por la "Capilla Sixtina del Este". Sus frescos tienen un tono intenso de azul conocido en Rumanía como "azul de Voroneț."


        



El interior es realmente exquisito por la profusión de sus pinturas y su colorimetría.














Salimos impresionados y cromatizados de tan artísticas pinturas, todo un espectáculo para los sentidos.
Pasamos junto a otras viviendas donde queda bien patente el espíritu de religiosidad del pueblo rumano, en especial en esta zona de la Bucovina.






Con la llegada a la población de Gura Homorului finaliza la jornada de hoy. Hospedaje en "Hilde´s Residence".






Cena en el mismo hotel, con comida típica rumana entre las que destaca  la "mămăligă" que puede considerarse el pan rumano, una especie de bolas de puré de maíz que acompaña en la mayoría de los platos.





El "sarmale" es una hoja de repollo o vid en salmuera en la que se enrolla, y se mezcla de arroz, cebolla y carne, setas, etc.






DÍA 5. GURA HUMORULUI. MANASTERIA ST. GEORGE BUCIUMENI (BOROAIA), CETATEA NEAMT, PIATRA NEAMT.

Nos encontramos de nuevo en ruta, atravesando poblaciones continuamente y aminorando la velocidad a no mas de 50.
Llevamos bastantes kms. cuando entramos en una población Boroaia de 4.775 habitantes, ubicado en el distrito de Suceava , en la región histórica de Moldavia .
El municipio está formado por la unión de 5 pueblos: Bărăști, Boroaia, Giulești, Moișa, Săcuța.
Pasamos junto a un "Manasteria Ortodoxa-Católica" que llama nuestra atención. Es la "Iglesia de los Padres Santos". Nos detenemos sin dilación...





Se trata de un recinto monástico con unas impresionantes edificaciones en los que residen monjas. Detrás podemos ver una de ellas arreglando unas plantas mientras aparentamos cierto disimulo.








Visitamos la iglesia, pero una de las monjas en la tienda anexa nos impiden la entrada por no vestir con el decoro necesario. Debemos cubrirnos.
Las mujeres no pueden entrar sin cubrirse la cabeza y los hombres tenemos que taparnos con delantales. Solo así podemos acceder al interior.






El interior sigue sorprendiendo al más alto nivel, convirtiendo esta visita en una interesantísima experiencia que nos acerca a la religiosidad del país evidenciada por todas partes.





Al mediodía hacemos un alto para visitar una fortaleza que se alza sobre un promontorio cerca de la población de Târgu Neamt. Es la "Cetatea Neamt".







Para llegar hasta allí, hay que subir por una pronunciada pendiente hasta lo alto y pasar por una vertiginosa pasarela que da paso a la entrada.






La fortaleza fue mandada construir por el príncipe Pedro I Mușat al final del siglo XIV. La ciudadela jugó un importante papel en el sistema de fortificaciones defensivas ideado por Esteban III de Moldavia. 





El interior está muy bien ambientado para dar una idea fiel de la época...







...dónde también pueden encontrarse auténticos osarios que desafían la imaginación del que los contempla.








La ciudadela fue destruida en 1718 por orden de príncipe Mihai Racoviţă, obligado por los Otomanos a destruir también otras fortificación del país. 







Son las 3:30 de la tarde. Hacemos una parada en un restaurante que encontramos en ruta... 




...y después seguimos para visitar la iglesia de "Sfântul Ioan Iacob de la Neamt" que se encuentra dentro de un recinto arbolado formando parte de una especie de gran seminario, en una zona de paz espiritual que invita a la trascendencia.
El edificio sorprende por la belleza de las pinturas que recubren la totalidad de sus muros. 


















El interior es rico también en grandes ornamentaciones.








En uno de los lados un relicario de plata guarda, como no, las Santas Reliquias de la mano de Ioan Iacob de Neamt para adoración e inspiración de los devotos fieles que lo visiten.







Aquí puede verse un rito ortodoxo ante la iglesia que hemos visitado. Destaca la curia eclesiástica y los fieles asistentes:







Mas adelante, y siguiendo el mismo camino, hacemos nueva parada, esta vez para visitar las edificaciones de un gran monasterio. Se trata del "Mănăstirea Neamț",el más antiguo de Moldavia (siglo XIV) y conocido como el Jerusalem de los Ortodoxos rumanos. 





La iglesia actual es de 1497, fundada por Esteban el Grande en el emplazamiento donde antes hubo otras iglesias (una de ellas destruida en el terremoto de 1471). Neamt fue un centro cultural muy relevante durante el medioevo, hospedando a copistas y miniaturistas cuyo oficio aún hoy se conserva. La biblioteca de Neamt conserva más de 20.000 volúmenes de gran valor artístico e histórico, siendo una de las más importantes de Rumanía.






Devoción rumana ante el icono de la virgen "Maica Domnului", enmarcada en iconografía argéntica.





Y más relicarios de Ioan Jacob de Neamt, como en un altar para la glorificación eterna del Santo.






Otro de los tesoros es el icono de "Maica Domnului" pintado en el año 665 en Israel, regalo del emperador bizantino Ion VIII de los Paleolólogos.



                  



Uno de los edificios del monasterio con una estructura a modo de cúpula, cumple la función de tienda de recuerdos.







El techo, en forma de cúpula está profusamente adornado con pinturas religiosas.






Otra cosa es la estancia, una especie de gran de cajón de sastre donde se amontona una amalgama de objetos en anarquía absoluta, con predominio de libros, helados, iconos, bolsas de patatas, cruces, bebidas, cosas inverosímiles de difícil descripción, etc... con un desorden y un caos inimaginable.





El monje con mirada atenta de 360º de cúpula circular indica mas o menos donde puedes encontrar tal o cual cosa.






Es como encontrar una aguja en el pajar...






Después de tantas emociones y tantas religiosidades en la jornada de hoy, casi tomamos los hábitos y profesamos la ortodoxia. 
Finalizamos el día al llegar a la ciudad de Piatra Neamt, donde nos espera nuestro aposento, el "Central Plaza Hotel".





Mientras va oscureciendo aún hay tiempo para dar una vuelta por la ciudad.







DÍA 6PIATRA NEAMT, GARGANTAS DEL RÍO BICAZ, LACUL ROSU (LAGO ROJO), BRASOV.


Después de un reparador desayuno que raya en la abundancia, abandonamos el hotel para comenzar nuestro itinerario de hoy.
Nos adentramos en los Cárpatos Orientales, entre las regiones rumanas de Moldavia y Transilvania. A unos 65 kms. encontramos un espectacular desfiladero con paredes rocosas de mas de 300 mts. por entre el que serpentea la carretera y un río. Son las "Gargantas del río Bicaz".


                                     

         
                                                                                       


Hay que detenerse para poder admirar este portento geológico que impresiona por su grandiosidad. 







Cuando menos lo esperas, y rompiendo la tranquilidad de los parajes de las gargantas de Bicaz, nos encontramos con tenderetes a lo largo de la carretera donde nos venden casi tantas cosas como las que se venden en el monasterio de Neamt, desde pieles de animales a la Virgen de Lourdes, pasando por los enanitos del bosque, bordados, cerámicas, peluches, etc.





Más adelante nueva parada para la visita la "Lacu Roso", el Lago Rojo. 
El lugar, a primera vista es  como una feria en un medio natural, con tiendas, souvenirs, castillo hinchable de Disney, embarcadero, etc.






Decidimos huir del bullicio turístico y rodear el lago por un camino fantástico que nos permite admirar toda la belleza y grandiosidad del lugar. A medida que nos alejamos dejamos de oír el griterío humano para sumirnos en el auténtico sonido de la naturaleza.


                   





El Lago Rojo es el mayor lago natural de Rumania, de formación muy reciente. En 1838, un año de fuertes lluvias y terremotos, se desprendió una ladera de los Montes Ucigas, que están pegados al lago. La caída de rocas provocó el hundimiento del bosque de pinos y se inundó todo este terreno..







Todavía hoy, en muchas zonas del lago asoman los troncos de los pinos del extinto bosque, cuyas aguas tienen una profundidad  cercana a los 10 metros.






Los bosques de coníferas se mezclan con los bosques de nueces y  sauces. Los animales que viven en el área son el lince, el rebeco, y también lobos, ciervos y jabalíes.











El maravilloso recorrido ha durado cerca de 50´ habiendo disfrutado el encanto de este entorno sublime hasta la llegada al punto de partida donde... sigue la fiesta.
Nosotros decidimos abandonarla con rapidez y nos abocamos de nuevo a la ruta. A primera hora de la tarde aún no hemos probado bocado... ¿encontraremos algún restaurante?.
Pues... No...




Después de recorrer muchos kms., y después de seguir cruzando muchos pueblos, y después de ver muchos carros en plena zona rural, sin haber encontrado restaurante, decidimos detenernos en un pequeño parque de no sabemos que lugar, para comer de nuestras reservas. 






Está muy avanzada la tarde, como siempre, cuando llegamos a la ciudad de Brasov  lugar donde termina la jornada de hoy.
Nos hospedamos en un hotel en la céntrica Piaţa Sfatului lugar donde se encuentra la "Casa Wagner" un delicioso lugar que aconsejamos por sus acogedoras habitaciones y el buen trato con el cliente.





¡Gran sorpresa!, la plaza se encuentra copada por un grandioso escenario y una estructura de gradas para el público, donde al parecer va a realizarse un famoso festival de música de gran renombre:  "Festival Cervol d´Aura 2019".
Dejo un vídeo donde se puede ver dimensionado el escenario:








 DÍA 7. BRASOV.

Después de otro entretenido desayuno, visita a la ciudad de Brasov que a modo de gran Hollywood, deja ver su nombre en la cima de la montaña.






Un teleférico, muy al uso en Rumanía, lleva hasta la cima junto al gigantesco rótulo, donde puede contemplarse una dilatada vista de la ciudad.








De nuevo en la gran urbe, encontramos monumentos como la Biserica Neagră o Iglesia Negra, la principal iglesia de Brașov. Construida por la comunidad de sajones transilvanos durante la década de 1380, la iglesia es hoy el mayor monumento religioso en estilo gótico del país y del Sudeste de Europa.








La iglesia quedó parcialmente destruida tras el gran incendio causado por las fuerzas invasoras austriacas el 21 de abril de 1689. Desde entonces ha sido conocida con el nombre de la Biserica Neagră.






Al sureste de la muralla se encuentra la Puerta de Santa Catalina, la única que ha sobrevivido de la época medieval y realizada por el gremio de los sastres en 1559.






Y una calle estrecha, muy estrecha...









A las 5 de la tarde nos recogen en un todoterreno para realizar una excursión por los bosques de una zona de los Cárpatos donde posiblemente podremos avistar osos, en concreto el famoso "ursus horribilis" de Rumanía, una de las subespecies del oso pardo.




Adentrarse por un camino bordeado por grandes arboles y entre una espesa y húmeda vegetación es toda una experiencia.


                  


Recorremos senderos en completo silencio, solo se escucha el crujido de los pasos en la maleza. Nos vamos adentrando en la espesura de húmeda y olorosa fragancia vegetal. 




El sendero nos acerca a nuestro destino, una pequeña cabaña de madera.
En su interior nos sentamos delante de un gran ventanal frente a un claro del bosque.




Allí hay un pequeño comedero donde se ha depositado comida. Tenemos que aguardar bastante tiempo, en completo silencio, observando con impaciencia la llegada de algún ejemplar.
La paciencia tiene premio. Al final acude un oso, que husmea el lugar y comienza a comer, con multitud de cuervos que revolotean a su alrededor y que también participan de la comida.








Aparece otro oso y surge una pequeña disputa con el anterior, que consigue echarlo del lugar. Espectantes, asistimos al acto con sorprendente interés.






Van sucediéndose más disputas, se va marcando territorio con agresivos ataques y desafíos...





Al final, uno de los grandes ejemplares se echa un baño en una pequeña balsa de agua que se encuentra junto al claro.







Una hora más tarde, regresamos y recorremos de nuevo el magnífico sendero que nos había llevado hasta el lugar.






En un árbol nos muestran las huellas que han dejado las garras de los abundantes ejemplares que viven en estos parajes.






De nuevo en Brasov, buscamos el ambiente bullicioso de las calles para cenar. A las diez de la noche ya casi no sirven comida así que optamos por una solución de emergencia, una famosa "Cartofisserie" donde degustamos unas excelentes alitas de pollo y patatas fritas aderezadas con diferentes tipos de salsas. Una opción de resultados inesperados.






De regreso al hotel, nos abre paso el cinturón de seguridad policial que protege el famoso "Festival Cervol d´Aura 2019" que ya ha comenzado. La música, el colorido y el sonido lejano hace que nos enganchemos ante el televisor para ver lo que está realizando la TVR 1 en directo.

Aquí dejo un vídeo para disfrutar la actuación de un famoso cantante Ştefan Bănică, también presentador, actor, etc. de gran éxito en Rumanía, que se alojaba en el mismo hotel.

Y es que de hacer televisión, los rumanos saben mucho, no hay duda.








DÍA 8. BRASOV, IGLESIA FORTIFICADA DE PREJMER, CASTILLO DE BRAN, CASTILLO DE PELES, BUCAREST

Decimos adiós a Brasov, a los osos y a Ştefan Bănică, y retrocedemos unos pocos kms. por la misma carretera que nos llevó hasta aquí, para visitar una famosa edificación que constituye otra de las curiosidades de Rumanía, la Iglesia fortificada de Prejmer (Biserica fortificată din Prejmer).






Ante la llegada de incursiones y asaltos la población se resguardaba intramuros, habitando las celdas organizadas en viviendas de varios pisos.
Los muros tienen ocho metros de grosor, 14 metros de altura, torres defensivas, y capacidad para albergar a 270 familias, o a 1600 personas, todo el pueblo, en  habitáculos repartidos en cuatro niveles diferentes a lo largo de la muralla, en definitiva, un refugio seguro ante cualquier invasión.









Todo estaba preparado para resistir largos asedios, con su propio pozo, salas para provisiones, escuela, graneros, enseres, etc.








Además del eficiente sistema defensivo, un túnel subterráneo conectaba con el exterior, de manera que podían aprovisionarse. Al edificio se accede a través de un pasaje abovedado de 100 metros de largo, reforzado con dos hileras de puertas.







Todas las familias de la aldea tenían un cuarto designado para refugiarse en caso de ataque.






La iglesia fortificada fue construida por los Caballeros Teutónicos entre 1212 y 1213, con una planta de cruz y bóvedas de estilo gótico tardío.








Abandonamos el lugar. Nos quedan todavía muchas cosas por visitar.
La carretera nos acerca de nuevo a Brasov, y se desvía luego para discurrir monótona cruzando poblaciones y llanuras bajo un sol abrasador, hasta llegar a la población de Bran, centro de agobiante turismo que desea visitar tras largas colas y esperas el famoso castillo que da nombre a la población.







Llegamos hacia las 2 de la tarde, y viendo que hay una "reducida" cola, decidimos realizar la visita, sin saber que en realidad, el castillo no merece mucho la pena.






Algunos creen que el "Castillo de Bran" es el castillo de Drácula, creencia totalmente erronea ya que su verdadera fortaleza fue el "Castillo de Poenari", hoy casi en ruinas, y que dicho individuo era en realidad Vlad Tepes (1431-1476) o Vlad el Empalador, sanguinario personaje que controlaba el reino bajo puño de hierro. Los empalados que a lo largo de los caminos eran sacrificados, daban fe de este hecho.







Recorrer el lugar con salas abarrotadas de personal, no resulta lo más recomendable ya que todo parece incómodo y meramente poco destacable, así que cubrimos el expediente como bien podemos, dejándonos arrastrar por el río turístico y aborregado que hace perder el encanto al más dispuesto de los mortales.






A pesar de su aspecto macizo y fortificado, el castillo de Bran recibió pocos asedios y su importancia militar fue escasa. Solo fue habitado permanentemente durante las décadas de 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumanía.






En la década de 1920, el arquitecto de la familia real, el checo Karel Zdeněk Liman, realizó profundas reformas en el edificio, que sin embargo no perdió su aspecto de fortaleza medieval. Se crearon nuevas escaleras para facilitar la comunicación, se instaló electricidad y agua corriente (fría y caliente), tres centralitas telefónicas, incluso se añadió un ascensor para facilitar el acceso al jardín. Los interiores del castillo, que nunca habían sido especialmente tétricos, se llenaron de muebles y objetos históricos, buscando crear un ambiente cómodo y rústico.






A la muerte de la reina María, el castillo pasó a su hija Elena. Durante muchos años fue cuidado irregularmente, pero tras la restauración de la década de 1980 y la Revolución rumana de 1989, pasó a ser un destino turístico.



                



Mirar a través de los cristales emplomados de la ventana, lleva a pensar que seguramente pueda percibirse la influencia de determinadas presencias que deben vagar por las estancias que permanecen silenciosas durante las largas y frías noches del invierno rumano.






La fortaleza está emplazada en la frontera entre Transilvania y Valaquia y su arquitectura es única. Si bien esa pequeña fortificación fue arrasada con el paso del tiempo y los diferentes avatares de la historia, hoy en día permanece como testigo en lo alto del promontorio donde se edificó.






En los jardines posteriores de la fortaleza alejados del bullicio y las miradas indiscretas de la gente encontramos un lugar para componer un bocadillo que nos da fuerzas para continuar la ruta en dirección a... 






...un nuevo atasco en la carretera por culpa de unas obras. Y es que en Rumanía, al parecer se producen muchos atascos, cosa que aprovechan los naturales del país para vender a pié de carretera cualquier cosa, frutas, cestillos con moras, etc. 





La verdad es que las moras estaba muy buenas, y nadie quiso probarlas; así que...¡a comer moras en solitario!.
Y comiendo mora tras mora, por cierto, de gran tamaño, llegamos a la zona de Sinaia donde se ubica el famoso "Castillo de Peles".
El lugar, encajonado entre bosques de gran belleza es un punto de referencia ubicado en la región de Valaquia.






Abundan en este lugar increíbles edificaciones de aire señorial y aristocrático. Dar una vuelta por el entorno, a la caída de la tarde, cuando han cerrado los puestos turísticos, es toda una gozada.







Cruzado el gran portalón, accedemos a un jardín donde se ubica el famoso "Castillo de Peles", construido como residencia de verano para el rey Carlos I de Rumanía y la reina Isabel de Wiedn, nacidos en la actual Alemania. El principal arquitecto fue el checo Karel Liman. Las obras se iniciaron en 1873 y se prolongaron hasta 1914.







En su momento supuso una revolución tecnológica: fue de los primeros castillos de Europa en gozar de calefacción central, electricidad propia, ascensor, estación telefónica, alcantarillado y sistema de aspiración para la limpieza.
Fue expropiado por los comunistas y eliminada la propiedad privada por la fuerza.
En 2007, tras un largo litigio, el Castillo de Peles volvió a manos de los herederos de la monarquía rumana y estos, a su vez, lo alquilaron de nuevo al Estado para que continuara explotándolo como museo nacional.






Desgraciadamente hemos llegado tarde y ya no podemos acceder a la visita. Nos contentamos con su entorno.
Si se quiere ver el interior, dejo "este" enlace.
La noche cierra rápidamente cuando hacemos el camino que nos lleva a Bucarest, última etapa del viaje.
Nos alojamos de nuevo en "Le Boutique Hotel Moxa" en la misma habitación del primer día.


DÍA 9BUCAREST


Últimas horas en Rumanía aprovechadas para realizar un "Tour" guiado por diferentes lugares de la capital. Comenzamos en el Palacio del Parlamento Rumano, el edificio administrativo civil más grande del mundo​ y el segundo edificio más grande después del Pentágono.
Su construcción se inicia en 1985 promovido por el dictador Nicolae Ceauşescu, que lo bautiza como Casa del Pueblo, bajo la dirección de la arquitecto jefe Anca Petrescu. Fue necesaria la demolición de varios barrios de la parte alta de la ciudad con un total de doce iglesias, dos sinagogas, tres monasterios y más de 7.000 casas.
Tiene 4000 habitaciones y sigue inacabado.






Algunos edificios de la gran avenida parecen arruinados por los efectos de una guerra. No olvidemos la sangrienta y misteriosa "Revolución Rumana de 1989", en la que se destituye a Nicolae Ceaușescu. Los actos violentos y la mayoría de las muertes (1.104) y heridos (3.352) suceden en varias localidades rumanas, y en particular en Timişoara, Bucarest, Sibiu y Arad, donde las protestas alcanzan magnitudes mayores. El dictador abandona del poder y huye de Bucarest en compañía de su esposa, Elena Ceaușescu. Pero son capturados y enjuiciados por un tribunal militar creado ex profeso bajo los cargos de genocidio, daños a la economía nacional y abuso del poder por ejecutar acciones militares contra el pueblo rumano.​ Hallados culpables de todos los cargos, son ejecutados el 25 de diciembre de 1989.








En Victoriei Street puede verse el Palacio CEC construido en 1900 frente al Museo Nacional de Historia. Es la sede del banco de ahorros nacional , el CEC Bank.
Antes de la construcción del palacio, su parcela estaba ocupada por las ruinas del monasterio de San Juan el Grande.






El pasaje comercial Macca-Vilacrosse es otro de los rincones curiosos de la capital. Se trata de una galería con techos de cristal de colores de finales del siglo XIX que se divide en dos calles, con bares, restaurantes y comercios.



                                 





Nuevas explicaciones en La Piata Romana Plaza, con la famosa loba y los fundadores del imperio, Rómulo y Remo.







Otro emblemático lugar es el Monasterio Stavropoleos construido en el año 1704.






La iglesia es de estilo "brâncovenesc", y también con varios estilos diferentes: renacentistas, barroco, bizantino o islámico, muy característico de la zona de Valaquia durante la dominación otomana. Está dedicada a los arcángeles Miguel y Gabriel. 







A finales del XX el monasterio estaba tan deteriorado que se pensó en su demolición. Afortunadamente, la intervención del insigne arquitecto rumano Ion Mincu, permitió impulsar las tareas de restauración tal como podemos verla hoy en día.






Del monasterio Stavropoleos, a la Catedral Patriarcal de Bucarest, sede del patriarca de la Iglesia Ortodoxa rumana.






La construcción fue comenzada entre el 1656-1658 por el príncipe de Valaquia Constantino Serban, continuada por Mihnea III, y terminada finalmente bajo el reinado de Radu Leon. 



           



Recorremos fascinados el lugar, contemplando absortos la riqueza ornamental y las pinturas que cubren la totalidad del espacio. Observamos la profunda fe de los fieles presentes en la catedral.








Del iconostasio se abre una puerta y aparece un sacerdote dispuesto para el acto de confesión. El pecador se arrodilla ante él, lo cubre con la estola, y comienza el recitado de una larga letanía que limpiará al final su alma pecaminosa.





El sacro lugar acoge tumbas y relicarios de varios patriarcas como Miron Cristea y Nicodim Munteanu. En un nicho en la parte norte se halla el ataúd con las reliquias de San Demetrio de Basarabov, patrono de la ciudad de Bucarest.







De nuevo en el exterior llegamos hasta otra gran edificación: Coltea el hospital más antiguo de Bucarest, construido en 1704. Un terremoto ocurrido en 1802 lo destruye pero vuelve a reconstruirse en estilo neoclásico. Todavía hoy sigue funcionando. La estatua que preside la fachada principal representa a Mihail Cantacuzino, su fundador.





Finalizando el recorrido, llegamos a una plaza: "La Fuente Quebrada del Violín", nos ilustra sobre la fuerza invencible de la música. 




Nos despedimos de Andrada la guía que nos da el apunte definitivo al terminar la visita. Con el buen trato y el bien hacer, comenzamos a poner punto final a estos días transcurridos en tierras rumanas.





El aeropuerto es de nuevo el destino para el regreso. Parece que ayer empezara todo, pero a pesar del paso del tiempo inexorable, permanecen en el recuerdo las imágenes, las sensaciones, las vivencias y sobre todo el universo cultural del viaje cuya profunda impronta permanecerá a lo largo de los años.






El avión despega rumbo al nuevo destino ..."así en la tierra como en el cielo..." *






* Y la incógnita es... ¿Cuál será el próximo destino? ...