5/2/11

DE PONTILS A RIUDEBOIX. OBAGA DE RIUDEBOIX, MOLÍ DE RIUDEBOIX I OBAGA DE LES FORQUES. RUTA DE SENDERISME.

“Pontils es una petita població situada a la part alta del riu Gaià. Molt a porp hi trobem Santa Perpétua de Gaià que anys ençà era el principal nucli del municipi. De Pontils, en destaquem les ruïnes del castell, que queda situat dalt d´un turonet i ja se´n tenen referències des del segle X. També al mateix nucli urbà de Pontils hi trobem l´església de Santa María, que es gòtica, però té el portal romànic.
Als afores hi ha diverses naus i coberts que son utilitzats com a paller o com a magatzem agrícola”.
Así comienzan a relatarnos esta ruta del mes de Febrero Xavier Bayern i Cisco Guash de su ya famoso libro: "Paratges Naturals. Massís del Garraf i conques de l´Anoia, del Foix i del Gaià " .


Pontils y su Iglesia. El sol aparece tímido...

 Son las 9:30 de la mañana. La temperatura marca -1º y aunque el sol hace ya un rato que se ha asomado por detrás de las montañas, comienza ya a iluminar la pequeña Iglesia de Pontils.
Descubro en su tejado un pájaro que vigila todo lo que ocurre en su entorno. Se trata de la "cotxa fumada", a la cuál observo detenidamente con los prismáticos.
Comienzo mochila a cuestas...

Ambiente invernal en el río Gaià.




Comienzo la invernal ruta con esta baja temperatura, dirección Vilaperdius y Sant Magí de la Brufaganya. Todo está de color blanquecino, helado debida a que la temperatura de la noche ha bajado bastante, pero bien arropado, no hay ningún problema. Hay mucha quietud…
Los árboles y las plantas del camino permanecen sumidas en la escarcha.
Me cruzo con una “pedrera”. Se trata de la pedrera de l´hort del Perutxo.  Realmente  sorprende encontrarse con esta desagradable actividad en un lugar tan pintoresco como este.


La "pedrera"

Sigo por la misma carretera silenciosa, aquí sólo hay tránsito debido a los depredadores humanos, esto es, a los cazadores. No dejan en ningún momento de seguir eliminando cualquier especie que se cruce ante ellos. Los cazadores como ya he comentado en alguna ocasión me molestan enormemente y me resultan muy desagradables.


Des de la carretera TV-2011, el "solà de Mollerac".

Llego al cruce de Vilaperdius. El nombre invita a ir a descubrir este lugar. Veo que está dentro de la denominada "Ruta del Císter". ¿?


Carteles dirección Vilaperdius.

La Ruta del Císter.

Pero la ruta sigue cercano a las masías de Cal Mullerat y Cal Sebastianó y una vez cruzado un puente sobre el rio Gaià, a los 200 metros, un camino rodeado de campos, hace que abandone por fin la carretera. Tomando dirección norte, avanzo hacia el bosque. Se trata del “Solà de Mollerac”.

Camino al norte.

Al fondo, el Montclar.

Subiendo al "Solà de Mollerac".

En este punto me detengo. Hay una gran cantidad de pájaros entre los árboles y arbustos. El lugar y la hora son propicios, se pueden escuchar perfectamente sus numerosos cantos, y aprovecho también para observarlos con los prismáticos. Sigo al cabo de unos minutos caminando y subiendo ligeramente.
Observo también dos aves rapaces en pleno vuelo, deslizándose en el viento. Creo que se tratan de una pareja de “astors”, unas rapaces que en el mes de febrero nos ofrecen sus vuelos de aparejamiento muy espectaculares. La famosa guía los cita también.




Al llegar a la parte alta de la montaña, aprovecho para un desayuno. Esta mañana, al pasar con el coche me he detenido al llegar a Igualada, en el barrio de Fátima, y allí, en la  pastelería “La espiga”, he compradou un trozo de “coca de forner”. Ahora en este tranquilo lugar, la “coca”con un buen trozo de “xocolata”, sabe estupendamente.


"Coca de forner amb xocolata".

Poco después sigo el camino y desciendo por la otra parte de la montaña, por la llamada “obaga de Riudeboix”. Al carecer de sol durante el invierno, muchas partes de el camino permanecen bajo un manto de escarcha, y la temperatura que por el otro lado era bastante elevada, aquí vuelve a descender. De nuevo me cubro con mas ropa.


Descendiendo por " l´obaga de Riudeboix".

Al girar una curva, veo a lo lejos el “Molí de Riudeboix”. Una primera observación con prismáticos me deja ver una imagen insólita de esta casa situada en lo alto de un montículo, está llena de antenas parabólicas. Esto, resulta extrañísimo. También se observan un par de coches junto a la portalada de entrada… pero tantas parabólicas...


Molí de Riudeboix.

Molí de Riudeboix. Detalle de las parabólicas.


La "Obaga de Riudeboix" ofrece muchos contrates. Hay una gran abundancia de musgos y la fría humedad del ambiente hace que la escarcha permanezca durante la mayor parte del invierno. 


Musgos y líquenes en "l´obaga de Riudeboix".

Musgos y líquenes. Detalle.

El camino invernal.

Sigo andando, la ruta trancurrie paralela al río Riudeboix, y en la parte baja, el sol logra penetra r a contraluz por entre los arboles del bosque. Este tramo del camino resulta de lo más agradable que he visto hasta ahora en mis numerosas rutas por la montaña.
Realmente voy a recordar siempre esta ruta  por la sensación tan plácida que he experimentado en estos momentos de su recorrido.


La plácida ruta. Obaga de Riudeboix.

El sol invernal entre los arboles. Obaga de Riudeboix.

Llego a la carretera que va de la Llacuna a Sta. Coloma de Queralt. La sigo durante unos diez minutos hasta pasar el puente del Riudeboix. Allí encuentro de nuevo el “Molí parabólico de Riudeboix”…unas fotos subrayan el misterioso enclave…


Molí de Riudeboix.

Molí de Riudeboix. Parabólicas y coches.

Pequeño salto de agua del Riudeboix.

Pasada la masía, sigo las marcas del GR 7 que van en dirección a Pontils y que voy a seguir hasta el final.


Ruta hacia Pontils.


Per l´obaga de les Forques.

La temperatura ha aumentado, y ahora comienzo a caminar por la llamada “obaga de les Forques”. La ruta sigue siendo muy plácida y tranquila. Se escucha el silencio, la tranquilidad del ambiente…

Des de l´obaga el Montclar.


El camino está muy embarrado, el terreno arcilloso se pega a las botas y se camina con cierta dificultad.


Barro en el camino.

De repente ante mí cuatro perdices sorprendidas por este caminante, levantan el vuelo con gran ruido de sus alas.
Llego finalmente al río Gaià que cruza este camino. Una pasarela improvisada de madera, me simplifica el paso del río.
Una vez al otro lado, me alerta el ruido del paso de un caballo tirando un carro de paseo con dos personas.


Cruzando el río Gaià.

Paseando en carro por l´obaga de les Forques y cruzando el Gaià.

Desde aquí, siguen las señales del GR en dirección a Pontils. Un agradable sendero soleado, me llevará al cabo de media hora a esta población, inicio de este agradable itinerario.


Sendero hacia Pontils. GR 7.

En el horizonte destaca una montaña que me es familiar. Se trata del Montclar, con su pequeña ermita encumbrada en lo alto. Se percibe perfectamente a pesar de la distancia.(Ver ruta senderismo: “Al Montclar per Biure de Gaià”, en este mismo blog).

El Montclar.

El camino hacia Pontils con el Montclar al fondo.

Último km. de la ruta.

He caminado durante 15 km. y he llegado completamente renovado y con ganas de realizar otra salida muy pronto. Esta zona me encanta.
Termino esta excursión con una vuelta por la diminuta población de Pontils. Una explotación de terneros parece la actividad más próspera de este pueblo tranquilo, donde el transcurrir del tiempo sigue un curso distinto al de otros lugares mas “civilizados”.


Por  una calle de Pontils.

La Rectoría de Pontils.


Explotación ganadera.

No es el perro de Sant Romà de Miralles, pero casi...


"Cotxa fumada" como la observada en los tejados de las casas.

Ruta seguida.





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