19/5/23

SANT SEBASTIÀ DE MONTMAJOR. PIC DEL VENT (815 MTS.). Ruta de Senderismo.

Nos encontramos en un lugar poco conocido por... diría una inmensa mayoría de personas. Se trata de Sant Sebastián de Montmajor. es un pueblecito de seis habitantes en el municipio de Caldes de Montbui (Barcelona),  situado entre las montañas de Gallifa y del Farell.



El lugar está documentado desde 1065, y poco más tarde ya pertenecía al monasterio de Sant Cugat. Durante los primeros tiempos de repoblación, algunas parcelas de tierra fueron dadas a la orden de Sant Benito. Bajo esta orden se fundaron parroquias como la de San Sebastián de Montmajor, que dieron lugar a pequeños núcleos de población.







La iglesia románica consta de una sola nave de bóveda de cañón, y un gran ábside cuadrangular. El transepto presenta absidiolas semicirculares. En el crucero se encuentra el campanario de planta cuadrada con dos pisos de ventanas en cada cara. En el interior podemos ver un retablo renacentista de autor desconocido, unas pinturas al fresco del artista Antoni Vila Arrufat y un San Sebastián de madera pintada hecho por Sebastià Badia .






  





Damos la vuelta al pequeño pueblo de casas bien ordenadas. Silencio en el ambiente...








El núcleo de población  está compuesto de escasamente diez casas distribuidas en un par de minúsculas calles, que coinciden formando un ángulo recto.





La plaza que da acceso a la iglesia, lo hace también en su parte inferior, en el restaurante llamado La Rectoria, que abre sus puertas los fines de semana.










Nos metemos en vereda, y nunca mejor dicho, rápidamente, con unas subidas bien empinadas durante la mayor parte del tiempo.








Nos encontramos en el Turó de Sant Sebastà. Desde aquí podemos contemplar extensas panorámicas...









En un cruce de caminos en medio de la ruta aprovechamos para el desayuno...




... para seguir en subida hasta la cima de la montaña.





Hemos llegado. Nos encontramos en el "Pic del Vent" a 815 mts. de altura.















Comienza el descenso para regresar de nuevo al punto de inicio de la ruta.





El cielo se va oscureciendo por momentos. Se empieza a escuchar el sonido de los truenos que se retuercen más allá de los negros nubarrones.






Parece que se aproxima la tormenta ya que comienzan a caer algunas gotas de lluvia. Nos apresuramos y al mismo tiempo gozamos de ver caer esta agua que tanto se necesita.
Por desgracia la lluvia cesa pronto y aquellas nubes tan amenazantes comienzan a dispersarse.





Llegamos a nuestro destino sin más complicaciones. Todo permanece igual, parece que el tiempo no ha cambiado nada... pero sí, por lo menos ha hecho que en el reencuentro, pasáramos una mañana muy agradable y en muy buena compañía. ¿Qué más se puede pedir?.





Aquí dejo el track de la ruta de 8.2 kms. de recorrido y un desnivel de 338 mts:




Ruta realizada






7/5/23

LA "COSTA DORADA" EN BICICLETA. RUTA INICIÁTICA DE 5 JORNADAS EN BTT. DE CUNIT A SANT CARLES DE LA RÁPITA. Cunit-Torredembarra-Tarragona-Cambrils-L´Ametlla de Mar-Sant Carles de la Ràpita.


Todo comienza con un libro, "La Costa Daurada arran de Mar" de un autor buen conocedor de esta zona, Josep Insa Montava.
Lo tenía desde hacía algunos años, y me gustaba leerlo por  la frescura de su peculiar estilo descriptivo, hasta que un día me planteé la posibilidad de realizar esta ruta. Y esta posibilidad, al fin se hizo realidad.
Y héme aquí, releyendo sus páginas para montar un itinerario que tiene como base el libro y trazando ya unos tracks, que eviten mayormente hacer el recorrido por la terribles carreteras que circulan a lo largo de la costa mediterránea.




Después de este libro, viene otro en forma de regalo: "Viajar en bici". Este manual práctico de cicloturismo con alforjas es un gran acierto, y con sus consejos voy a ir mejorando aspectos e imprevistos que puedan surgir en el viaje.





El sábado 6 de mayo del 2023, este es el aspecto que tiene la la bolsa de transporte Topeak MTX TRUNK BAG DXP con los laterales convertidos en alforjas en una bicicleta de doble suspensión.
Me llevo la mínima ropa posible:
3 maillots i 2 culottes de ciclismo, chaqueta cortavientos de ciclismo, 3 calcetines de ciclismo, 2 mudas de ropa interior, 1 pantalón corto y uno largo para salir después de la ruta, parte superior de pijama, chaqueta cortavientos delgada, chaqueta para lluvia, neceser, mini toalla, jabón, pequeña cuerda para tender ropa y 6 agujas de tender, toallitas por si..., 5 barritas energéticas y 5 sobres para bebida isotónica, fruta, frutos secos: dátiles, nueces y pistachos.
Total 7,5 kg. aprox.




Domingo 7 DE Mayo de 2023. 
CUNIT - TORREDEMBARRA. 
Por Segur de Calafell, Calafell, Sant Salvador (El Vendrell), Arc de Berà, Torredembarra.


El tren sale a las 8:10 de la mañana y me lleva desde Barcelona a Cunit, punto de inicio del itinerario. A las 9 he llegado a mi destino. Veo alejarse el tren mientras cruzo todo el anden practicamente solitario empujando la bici hasta salir de la estación. Ahora todo depende de mí.
El día ha amanecido soleado. En el ambiente se respira una cierta tranquilidad dominical.




Comienzo siguiendo el trac de mi Twonav Terra realizado unas semanas antes. He intentado por todas evitar las temidas vías atestadas de tráfico. Seguramente daré rodeos para no circular por ellas. Lo iré viendo sobre la marcha.
La alforja me ocasiona una cierta inestabilidad a la que no estoy acostumbrado, pero en el transcurso de la jornada, ya prácticamente no lo voy a notar.
Llego a Segur de Calafell y en la terraza de un pequeño bar de la vía principal, desayuno tranquilamente pensando en todos los acontecimientos que estarían por venir.
Continúo la ruta y visito la pequeña ermita románica de Sant Miquel. Está rodeada de un jardín donde predomina la defecación perruna. A pesar de todo, el lugar es muy tranquilo.




Poco después, realizo otro alto en el itinerario para visitar la Ciudadela Ibérica de Calafell.




Y aquí estoy, junto con otras personas, bien pertrechado con indumentaria ciclista y muy atento a las explicaciones del guía.




Según los arqueólogos, esta ciudadela data del 2500 aC. Después de años de excavaciones, ha sido reconstruida utilizando las mismas técnicas experimentales que sus constructores. El barro, la paja y los cañizos para la techumbre, constituyen los elementos básicos de las casas que se van apiñando entre un trazado de callejuelas.
El lugar fue habitado por la tribu ibérica de los Cossetanos y está rodeado por potentes murallas con la reproducción de una torre romana.





A lo largo de la visita, se puede entrar en el interior de los habitáculos y observar como vivían y trabajaban con los telares, los molinos para grano, los vestidos y las primitivas técnicas de coloreado de ropa, el armamento, etc.





Seguramente el poblado se extendía más allá de lo que es el recinto que conocemos, pero la maquinaria inmobiliaria devoró los cimientos de una gran parte de la historia.




Abandono el lugar cerca de las 13h. Ahora me dirijo hacia  Calafell. Entro subiendo entre sus empinadas calles hasta llegar a lo alto de la población, una plaza donde se ubica la iglesia de la Santa Creu de Calafell.






La gente toma el vermut dominical en los bares de la plaza.





Desde este lugar, desciendo de nuevo hasta el paseo marítimo, cruzando el paso subterraneo de la vía del tren.
Enfilando con la directa, llego al barrio marítimo de Sant Salvador, en término del Vendrell.
Me detengo de nuevo, ahora para contemplar la ermita de Sant Salvador de Mar, del siglo XI, de una sola nave, y considerada una de las construcciones más antiguas del término.






Carril bici junto a las extensas y soleadas playas de fina arena. Sorprende el pequeño palmeral en el horizonte.





De nuevo hacia el interior cruzando urbanizaciones i zonas residenciales para visitar otro monumento histórico de la época romana, el Arco de Berá. Pertenece al último cuarto del siglo I aC, y según dicen los entendidos, no era un arco triunfal sinó más bien una demarcación territorial. Tiene 12 mts. de altura por 12 de anchura y casi 2,5 mts. de grosor. Hasta el año 1937, por debajo del arco pasaba la carretera de Barcelona, como antigüamente lo hacía la Vía Augusta.





Vuelta junto al mar. Ahora cruzando la zona de Els Muntanyans, casi la última playa natural de la costa, Es una zona afortunadamente protegida que vale la pena visitar con tiempo.
A partir de aquí, estoy más cerca de mi primer destino.





Al fondo la población de Torredembarra, punto final de la primera etapa de la ruta iniciática.
Antes de entrar a la población, tomo un bocadillo en un solitario parque que encuentro a mi paso.






Visita rápida a la población a la que subo por calles con fuerte pendiente hasta llegar a la plaza donde se encuentra el castillo de Torredembarra, hoy restaurado y utilizado como edificio del ayuntamiento.





Una foto nos ilustra su estado en otra época de la historia reciente...






Otros edificios notables son la iglesia Parroquial...






... y la Torre, orígen del pueblo antigüo de Torredembarra.





Descendiendo por intrincadas y estrechas callejuelas de la población, llego a la calle Pérez Galdós nº 15. al lado del paseo marítimo donde se encuentra el Hotel Checkin Torredembarra y donde voy a hospedarme esta noche.
Y aunque no lo parezca por la fecha, ya comienzan a frecuentarlo turistas de diferentes nacionalidades.






Habitación confortable con terraza y desayuno incluido para la mañana siguiente.





Lunes 8 de Mayo de 2023.
TORREDEMBARRA - TARRAGONA.
Por Altafulla, Ferran, Torre dels Escipions, El Medol, Els Monnars, Bosques de Tarragona.



Hacia las 10 de la mañana, después de desayunar tranquilamente rodeado de turistas franceses e ingleses, abandono Torredembarra.
Sigo por la costa, junto a la extensa playa. Es un lunes de gran luminosidad. Junto al carril bici, gente corriendo, paseando, tomando el sol, despertando a un nuevo día, sin prisas ni congestiones de tráfico.
Admiro y disfruto el momento... hay otra vida que el trajín diario del trabajo nos oculta deliberadamente.
La suave brisa me trae un sinfín de sensaciones, pero el pedaleo continúa y va dejando atrás los pensamientos y los lugares...
Después de atravesar varias urbanizaciones practicamente desiertas, sin darme apenas cuenta, ya puedo ver al fondo la población de Altafulla.






He tenido que visitar una de las farmacias del lugar para comprar omeprazol ya que llevo unos días con el estómago algo revuelto, Ayer ya compré almax en otra farmacia, pero al parecer no ha sido suficiente y sigo más o menos igual. Esta punzada estomacal, no me impide subir a lo alto de la población donde se ubica el núcleo histórico donde destaca el castillo de Altafulla, de una gran belleza arquitectónica y la iglesia.






Altafulla tuvo su época de mayor auge entre los siglos XVII y XVIII, cuando el comercio de productos agrícolas con  América estaba en su apogeo.
Fue en este momento, cuando gracias al dinero que entraba generosamente en las arcas públicas y privadas del pueblo, se decidió restaurar y conservar estas dos edificaciones





El castillo perteneció a la familia Requesens desde principios del siglo XIV y hasta el año 1472, cuando fue adquirido por Pere de Castellet. Son los descendientes del primer marqués de Tamarit, quien pasó a tener la propiedad del castillo en el siglo XVII, los que han mantenido la propiedad durante los siguientes siglos.
Tiene una planta irregular, con diferentes cuerpos en forma de torre. El estilo dominante es el renacentista.








Altafulla queda ya  atrás. La ruta sigue por el camino de Ferrán y poco después cruza el cauce seco del río Gaià. Más adelante sorprende la vista de un magnífico castillo y el pequeño pueblo de Ferrán.






El pueblo se funda a cobijo del castillo, del que todavía queda una torre, de planta cuadrada, que se restaura al final de la década de 1970. También se conserva la portalada de la antigua iglesia románica, integrada en un edificio utilizado actualmente como almacén agrícola. 
Sencillamente, un lugar excepcional.






Un polvoriento camino entre un bosque, me llevará hasta el siguiente punto de visita: la cantera romana del Mèdol, monumento emblemático que se encuentra cerca de la antigua calzada romana Via Augusta, hoy día la N-340.
Lo sabía de antemano, el lugar de acceso, una puerta giratoria, me impide pasar con la bici. No me fío de dejarla allí sola y no tengo más remedio que desistir. En otra ocasión lo haré por el acceso a través del área de servicio de la autopista ya que, en definitiva y a pesar de todo Acesa es el verdadero propietario de la cantera. Los que van bicicleta, que se aguanten. ¡Así de claro!.






El trac me hace una mala pasada. El camino por el que tenía que seguir después de llegar a la cala Punta de la Mora, queda cortado por una valla. Imposible el paso. Hay que llegar hasta la N-340 que tengo muy cerca y transitar con el corazón constreñido durante unos 4 kms. Al fín llego al monumento que deseaba visitar, la Torre dels Ecipions.
Este monumento funerario construida en época romana, es una de las tres torres funerarias romanas mejor conservadas de la península ibérica.
Está datada en la primera mitad del siglo I dC. Tiene tres cuerpos sobrepuestos. Contiene una inscripción latina y dos figuras que representan al dios de Frigia Atis divinidad de la muerte y la resurrección. En el interior había las cenizas de unos difuntos que, erróneamente, se atribuyeron a los hermanos Escipión 






Tenía que haber seguido por la N-340 un par de kms. más, pero la evito dando un rodeo y metiéndome en el camping
"Las Palmeras Store". Desde allí puedo bajar a la playa y  andar por la orilla 5 minutos para volver luego a remontar hacia la carretera, entrar de lleno en la zona de la población de Monnars, y seguidamente por la "Urbanización Levantina" que cruzo siempre en subida. En un punto me desvío para seguir por un bosque con senderos un tanto abruptos. A la salida de esta zona boscosa, paso cerca del colegio Mare Nostrum del que llegan sonidos lejanos de niños.
Desciendo por una empinada cuesta que me lleva a zona costera. Concretamente a la playa de la Arrabassada, cerca ya de la Imperial Tarraco.






En este lugar, un chiringuito al lado del mar, con una suave brisa y marco incomparable, decido comer.
Empiezo a encontrar mejoría en el estómago, y por este motivo supongo que unas sardinas a la brasa no me sentarán nada mal.





Estoy cerca de Tarragona. Un magnífico carril bici que bordea la costa pone fin a mi destino por hoy.






Me hospedo en el Hotel Cosmos en la calle Estanislao Figueras nº 57.







La habitación resulta correctísima por lo que auguro un buen descanso durante la noche. Tantas emociones y pedaleos necesitan reflexión y reposo.






Aprovecho la terraza para guardar a buen seguro la bici, que se transforma en un tendedero para el secado de la ropa.





Los lunes cierran muchos restaurantes por la noche, así que no tengo más remedio que buscarme la vida en algún lugar cercano al hotel. La plaza del mercado de Tarragona resulta el sitio más adecuado para cenar alguna cosilla.







Martes 9 de Mayo de 2023. 
TARRAGONA - CAMBRILS. 
Por el Aqüeducto de les Ferreres, Villa romana de Centcelles, Constantí, La Canonja, La Pineda, Salou, Villafortuny, Cambrils.


El tercer día lo comienzo con un desayuno en una cafetería de la Rambla Nova. Un zumo de mango, una buena taza de chocolate, tostadas y mermelada. No hay que apretar demasiado ya que hay mucho pedaleo por delante...






Abandono Tarraco y tras cruzar un puente, desciendo para tomar un camino que se extiende al lado izquierdo del río Francolí.





Debajo del puente de la autopista hay un camino que llega hasta el aqüeducto romano, pero no puedo cruzar el río ya que está muy enmarañado de vegetación. Sigo adelante obviando el trac marcado.






Unos hilómetros más adelante, me desvío a la derecha para cruzar el río. No baja mucha agua pero paso sin demasiadas dificultades sobre una piedras hasta llegar a la otra orilla. A partir de aquí retrocedo el camino por el otro lado hasta llegar a un puente por donde pasa la autopista.






Me encuentro en un lugar lleno de historia, en el Aqueducto romano de les Ferreres, llamado también Puente del Diablo y puedo admirar esta magnífica obra arquitectónica que suministraba agua desde el río Francolí a la ciudad de Tarraco, a una distancia de 25 km. y designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.




El aqüeducto fue construido en el siglo I a.C. por Augusto. Mide 217 metros de largo y 27 metros de altura máxima, con dos niveles de arcos superpuestos construido en obra de sillares unidos en seco. Tiene 40 centímetros de desnivel desde su parte norte a la parte sur, para facilitar el discurrir del agua hasta la ciudad.








Abandono el lugar cruzando de nuevo el vado del río Francolí. Un pequeño resbalón supone ir todo el día con el pie en remojo.






El itinerario dirige mis pedales hacia otro monumento de gran interés en esta zona, el Mausoleo de Centcelles.
Al llegar al lugar, decido hacer la visita cerca ya del mediodía, cuando el sol cae indolente a la entrada del edificio. Un amable guía va a explicarle al solitario visitante la historia de este espectacular descubrimiento. Un vídeo complementa la explicación y sitúa este lugar como centro neuralgico de una aristocrática villa romana.





Centcelles es un magnífico conjunto arquitectónico que nos traslada a finales de la época romana.





El conjunto monumental de Centcelles se erigió a principios del siglo V d. C.
La parte más espectacular es la sala de la cúpula. El grado de conservación, la decoración y su arquitectura nos hacen revivir el esplendor que este monumento habría tenido en el pasado.





Los restos de un mosaico formado por cerca de un millón de teselas, cubría por completo el interior de la cúpula. Es fácil identificar algunos de los temas que se representaban, como una gran escena de caza, varias escenas extraídas del Antiguo y del Nuevo Testamento (el buen pastor, el arca de Noé, el profeta Daniel en el foso de los leones y el ciclo de Jonás, entre otros) o la representación de las estaciones del año, de las cuales hoy solo quedan la primavera y el otoño. Otras escenas, difíciles de ver actualmente, nos muestran cuatro personajes entronizados que han dado lugar a múltiples interpretaciones sobre la función del monumento.









En época romana, la sala de la cúpula era el espacio principal del edificio, estaba ricamente decorado y disponía de un sistema de calefacción. En un extremo de la sala, unas escaleras conducían hacia una cripta subterránea de dimensiones reducidas.






En la Edad Media, el conjunto se convirtió en la iglesia del pueblo de Centcelles, abandonado en el siglo XIV. Más adelante, se utilizó como ermita dedicada a San Bartolomé. En el siglo XIX, el monumento pasó a manos privadas. El nuevo propietario, transformó el conjunto en una masía y dividió la sala de la cúpula en tres plantas.




En 1959, el edificio fue adquirido por el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, que hizo excavaciones arqueológicas, y un trabajo de restauración y consolidación de los mosaicos. En 1978, el conjunto fue cedido al Ministerio de Cultura, y comenzó así una nueva etapa de apertura del monumento al público.
Tengo una animada charla con el guía de mi viaje en btt, y me comenta que también le gustaría poder hacer una escapada de este tipo.
No hay mas tiempo. Dejo atrás el monumento y continúo la marcha. Habrá que pensar en la comida ahora que estoy mas restablecido del estómago.
Cruzo la población de Constantí bajo un sol de justicia.






Mas tarde llego a otra población, La Canonja. Pregunto por un lugar donde comer, y me dirige hacia un establecimiento que es el Polideportivo de la población, un lugar con restaurante y piscinas de agradable aspecto. Allí puedo comer un menú  por un precio muy correcto.






Observo que sigo bien comunicado con el personal que me asiste. ¡Grácias Jan & Dean!.




Sin perder las costumbres de un buen aseo personal, y con buen ánimo, sigo ruta hacia el nuevo destino, la Pineda.
Siempre por caminos y carril bici, llego finalmente a un gran puente sobre la  A7.








Mas adelante se encuentra una gran edificación, el Santuario de la Mare de Déu de la Pineda, cerca del cruce entre la autovía Salou-Tarragona y la carretera de la Pineda, en dirección a Vila-seca. Es muy conocida por la tradicional romería que se realiza el lunes de Pascua.







Estoy frente a la gran extensión de playa de la Pineda y sigo tranquilamente a golpe de pedal por un magnífico paseo marítimo con muy poca afluencia de gente. No puedo imaginar cómo estará el lugar en pleno mes de agosto, mientras me voy acercando a la población de Salou. 






Después de varias subidas por calles completamente urbanizadas, llego al faro de Salou, un magnífico enclave que no puedo disfrutar por una reja que circunda el entorno de la edificación. El cielo se cierra de repente con grandes nubes que entristecen ligeramente el ambiente.







La ruta continua al lado del mar con un horizonte fantástico que contribuye al embelesamiento mental. Aquí todo fluye de un modo más tranquilo...






Más adelante, un hotel construido con mucho mimo, llama poderosamente mi atención... No imagino intimidad en las terrazas. ¡ Bendito turismo playero !.






Si no me equivoco, estoy ahora en el paseo marítimo de Salou. Todo se junta, poblaciones, urbanizaciones, casas... Resulta a veces difícil adivinar por dónde pasas y dónde estás.





Ahora por otro magnífico paseo marítimo que une Salou con  Cambrils pasando por Vilafortuny. Chalets uno junto a otro frente a grandes extensiones de playa...
Detengo la bici en una edificación, la Torre de L´Esquirol. Se trata de una torre de telegrafía óptica de mediados del siglo XIX, que formaba parte de la red que conectaban València con Barcelona.





Final de la etapa de hoy, objetivo cumplido con la llegada a la población de Cambrils. Hoy no hay hotel, hay hospedaje gratuito en casa de un familiar al que he avisado con la suficiente antelación dos días antes.
Son cerca de las siete de la tarde, una buena jornada de pedaleo. Ahora ducha, cenita y a prepararme para el día siguiente.¡Todo perfecto!.






Miércoles 10 de Mayo de 2023. 
CAMBRILS - L´AMETLLA DE MAR.
Por Montroig del Camp, Miami Playa, Hospitalet, Coll de Balaguer, La Almadrava, Calafat, l´Ametlla de Mar.


El viento es uno de los elementos mas insoportables para el viajero en bicicleta. Mientras estoy desayunando, lo oigo a través de la ventana. Los árboles se balancean con ráfagas inquietantes.
No hay opciones, debo ponerme en movimiento.
El itinerario de hoy tiene un punto que produce cierta inquietud, el coll de Balaguer que voy a subir para evitar la N-340 y la central nuclear de Vandellós. Veremos...
Hacia las 10:30 comienzo la ruta siguiendo por el carril bici junto a la playa. Mas allá de Cambrils termina junto a la riera de Riudecanyes. El itinerario sigue ahora hacia el interior y va paralelo a la obsoleta vía del tren.







El viento es muy fuerte, las ráfagas en ocasiones hacen oscilar la bici y rompen la estabilidad. El uso de algodones en los oídos, me sirve para aminorar el silbido que produce.
Inevitablemente tengo que circular de nuevo por la N-340, pero ahora lo hago por la izquierda para qué, en caso de peligro pueda al menos reaccionar.
Paso junto a la estación de Montroig del Camp... 




Serán unos 3 o 4 kms. eternos viendo pasar coches y algunas bicis, 4 o 5, cargadas hasta los topes haciendo un viaje parecido al mío.
Más adelante, respiro tranquilo al desviarme por un carril que ondula por tranquilas urbanizaciones con vistas magníficas a calas solitarias.





He llegado a Miami Playa. Desde la costa ofrece una excelente perspectiva del golfo de Sant Jordi. Con nueve calas y unas playas extensas, Miami Platja es uno de los lugares más  singulares de la Costa Dorada. 





El carril bici va serpenteando entre urbanizaciones que se juntan una a otra. Algún paseante de vez en cuando y tranquilidad, mucha tranquilidad en el ambiente. Lástima que el viento sigue soplando a sus anchas.
Desde alguna terraza puede contemplarse un extraordinario horizonte.






Casi llegando a Hospitalet de L´Infant, me llevo una sorpresa. Un bello parage natural cambiante en toda su extensión, la desembocadura del río Llastres, situada junto a la playa de la Punta del Río. Es un paisaje de gran interés, con un pequeño delta formado mayoritariamente por terrenos pantanosos. Esta desembocadura fue utilizada como puerto natural en épocas griegas y romanas.







En medio de este inacabable urbanismo costero, un lugar de reposo para el alma, la Iglesia de Sant Pere de L´Hospitalet de L´Infant. Es un edificio de planta rectangular de reciente construcción, de concepción moderna y funcional.






El itinerario pasa junto a un famoso camping nudista, el "Templo del Sol", con una playa de arena fina extraordinaria, la Playa del Torn. A parecer, gracias al naturismo, su entorno ha conservado su armonía medioambiental. ¡Ahí queda eso!.






Me detengo para comer unas cuantas nueces y dátiles. Por delante el famoso "Coll de Balaguer"...





Entre ráfagas violentas de viento llego de nuevo a la maldita N-340 con 3 kms. inevitables de lento recorrido por la izquierda. No quiero traiciones por la espalda.






En la misma nacional, a la derecha se encuentra el taller de coches y desguaces Jose Luís S.L.
Aquí me desvío por un camino junto al establecimiento y descanso de la angustia que crea la vía por la que he transitado.






Quiero ver las ruinas de una edificación que se encuentra en lo alto de una colina. Una pedregosa pendiente aderezada por el viento y la soledad del entorno, dificultan la subida.






Por fortuna el tramo es corto, llegando hasta un descampado agreste y solitario barrido por el viento en medio de la nada.






En este lugar se construyó el castillo de Balaguer, documentado en el año 1118 por la donación de Ramón Berenguer III al obispo Olaguer de Tarragona.
En 1201 pasa a la Orden de Sant Jordi de Alfama, que mas tarde se integra a la orden de Montesa.
El castillo tuvo importancia en la Guerra dels Segadors (1640).
Mas tarde, en 1719, se fortificó y se construyó el castillo de Sant Felip con el objetivo de eliminar el bandolerismo y de impedir el desembarco de la piratería.
 




El castillo fue ocupado años más tarde por los franceses y cuando estos lo abandonaron en 1813 los ingleses aprovecharon para volarlo por orden del general John Murray, con la consecuencia que hoy no queda prácticamente nada.





Las ráfagas de viento barren continuamente este entorno vacío y solitario. El lugar abandonado a su suerte permanece bajo el indolente transcurrir de un tiempo que parece detenido.
Siento cierta inquietud en este lugar y una atracción al mismo tiempo, pero debo seguir la ruta...






Retrocedo de nuevo y ahora, desde otro lugar destacado, puedo contemplar la terrorífica imagen de la central nuclear de Vandellós II en el horizonte, con el mar al fondo.








El camino desciende en fuerte pendiente hasta un cìclopeo puente de la autovía que salva el desnivel de un barranco. 





Debajo del puente, algunos grafiteros se han entretenido en plasmar en grandes letras sus propios devaneos mentales...





Héme ahí en el fondo del barranco, una instantánea para la historia junto a una retorcida señalización de rutas senderistas.








Un camino de tierra paralelo a la carretera nacional me aleja del lugar. Al fondo entre los arboles la cúpula infernal de la central.






La ruta ondea varios kilómetros en línea recta siguiendo, en algunos tramos la antigua carretera nacional de la que aún pueden verse algunos trozos asfaltados.
Después de cruzar la autovía por debajo de un puente, llego a la urbanización de La Almadrava.
Al fondo, de nuevo la central nuclear.






Recorrido tranquilo entre casas de tipo ibicenco, bien integradas y a prueba de fuga radioactiva (tener Vandellós II tan cerca no consuela demasiado), aunque más lejos, tampoco.
L´Almadrava se une con otro complejo urbanístico en la zona de Calafat, y es aquí dónde casualmente encuentro un lugar para comer, un pequeño oasis dentro de la madeja de calles vacías donde sólo se pueden ver algunos obreros haciendo obras de mantenimiento en alguno de los apartamentos.
Es el bar-restaurante Calafat con un menú a muy buen precio y café incluido.






Me acomodo en una mesa cerca de un grupo de alegres jubilados franceses con los que departiré al final de la comida.





Zumo de tomate, soupe de poison, raya rebozada, crema e infusión..





En la terraza se está estupendamente bien y en ella puedo retozar perezoso y tranquilo.
Pero debo seguir ruta, ahora en dirección a la zona de las Tres Cales. Cerca está el castillo de Sant Jordi de Alfama, pero la ruta trazada lo obvia, o sea que rien de rien.
Paso cerca de...








Y todo recto, a golpe de pedal, concluye con la llegada al destino, la población de L´Ametlla de Mar, pueblo de aire marinero con un puerto pesquero de cierta importancia.
Me hospedo en el hotel del Port, habitación individual y camita justita.








Después de la ducha de rigor, vuelta por la población para disfrutar del encanto especial de sus calles y plazas.






Va anocheciendo lentamente. Un horizonte tranquilo con vistas al puerto invita a cenar algo que se ajuste al tipismo de la zona.






Unos deliciosos  2 ostrones y un coctel de langostinos van a ser los protagonistas de la cena. Aquí, los precios aprietan el bolsillo del viajero.
Es el "Espai gastronomic Subhasta", con productos de proximidad.









Jueves 11 de Mayo de 2023. 
L´AMETLLA DE MAR - SANT CARLES DE LA RÀPITA.
Por  el Port de L´Estany, L´Ampolla, Camarles, Ligallo del Roig, Ligallo del Gànguil, L´Aldea, Amposta. Sant Carles.


Me he acercado hasta una plaza del pueblo para desayunar en un bar bastante concurrido a pesar de la hora.
Pasadas las 10 de la mañana salgo del hotel acompañado un día más por fuertes ráfagas de viento.
A pocos kilómetros de la población se encuentra el paraje natural de la "Llacuna del Port de l´Estany", y al lado la playa el Port de l’Estany..
Esta entrada natural del mar fue el primer puerto de la zona, antes de que se construyera a principios del siglo pasado el puerto de l’Ametlla de Mar. Los dos faros que presiden la playa, el faro rojo y el faro verde, son el punto de referencia para las pequeñas embarcaciones que todavía amarran en estas aguas.







Y héme aquí en una instantánea que pedí me hiciera un señor que pasaba en aquel momento por allí. Como puede observarse poso atento.






Me desvío luego hacia el interior pasando por un pequeño bosquecillo lleno de bunkers i nidos de ametralladora de la guerra civil.
La ruta me conduce luego por el trazado de hipotéticas calles de una urbanización abandonada, para seguir luego por un trazado paralelo a la vía del tren. Y después de algún rodeo más, llego al término del Perelló.





Desde aquí por un túnel, accedo a magníficas calas que denominan "playas del Perelló".






Todo está tranquilo.  En la lejanía 2 personas paseando al borde de la playa, y cerca de aquí, otras dos sentadas a la sombra de un enorme pino, descansando al abrigo del viento. 





Toca ahora empujar la bici por una subida de gran desnivel, para seguir por una vía asfaltada que discurre también paralela a la vía del tren.







En algunas zonas pueden contemplarse magníficas vistas  de esta parte de costa escarpada i agreste.






Llegada al puerto de l´Ampolla de Mar. Situada en el extremo sur del golfo de Sant Jordi, en la comarca del Baix Ebre, l’Ampolla se erige como la puerta del Delta.
Cerca del puerto, en la terraza de un bar, veo una bicicleta cargada hasta los topes y un joven a su lado con un portatil. Me acerco a saludarlo, es extranjero y me dice que viene de Turquía. ¡Espectacular! 






Sigo adelante sacudido por continuas ráfagas de viento que me empujan lateralmente para hacerme perder el equilibrio. El itinerario me resulta ahora más familiar, con canales y campos de arroz.
Al fondo comienza a destacarse la silueta del la sierra del Montsià.






Dejo a mi derecha la población de Camarles que pasa casi desapercibida en mi itinerario.







Indicador del camino natural del Ebro junto al Ligallo del Gànguil, que solo es una calle muy larga con algunas casas y calles secundarias.
No logro encontrar a nadie que me haga una foto para la posteridad, así que continúo adelante.





Un poco más adelante me cruzo con otro viajero que arrastra con su bici un pequeño carro que carga con sus pertenencias. Nos detenemos tras el saludo de rigor y hablamos un rato.
Comenta que viene de la zona de los Pirineos, concretamente del Pallars donde es guía de montaña. Iza un banderín junto a la carga con una advertencia que comparto plenamente: No hay Planeta B. 
Me cuenta que se encontró también con otro viajero que venía desde Holanda.
Me despido de Iván, que tiene su página de instagram: ivanterraviva, tras desearnos un buen viaje.







Hacia las 2, entro en la población de L´Aldea. El lugar tipifica la zona con larguísimas calles y casas de una sola planta en su mayoría, que se extienden a lo lejos.
Busco un restaurante para comer y encuentro uno junto a la carretera principal. Es un local de comidas para llevar, pero puedo comer allí mismo.






Una deliciosa ensaladilla bien elaborada, pollo con acompañamiento de sanfaina deliciosa y un postre de tarta de manzana, va a servir para continuar con los últimos tramos del itinerario.









Reanudo la ruta en su tramo final. Ahora rodeando unos campos inundados para el cultivo del arroz. Así evito las temibles carreteras nacionales que tanto me obsesionan.






Llegada a la población de Amposta, en la comarca del Montsià, por el famoso puente colgante sobre el río Ebro. El puente, diseñado por el ingeniero José Eugenio Ribera se empezó a construir en 1915 y se terminó en 1921.
Fue el segundo puente colgante del mundo construido con el sistema de hormigón armado, después del puente de Brooklyn de Nueva York, en el que está inspirado.
Tiene 24 metros de altura y el tramo total 134 metros.





En 1938, durante la guerra civil el puente sufrió dos ataques por parte de la aviación italiana que formaba parte del ejército nacional. En el segundo ataque se desprendió la totalidad de la estructura por el efecto de las bombas incendiarias. Fue reinaugurado el 4 de octubre de 1939,​ pero en 1957 se realizaron obras de refuerzo de gran envergadura. En 1968 la N-340 fue desviada por el sur, por su tramo actual.






Aquí doy testimonio del paso por el puente aprovechando que no viene ningún vehículo.






Último tramo que va de Amposta a Sant Carles de la Ràpita pasando por caminos muy conocidos por quien esto escribe.
El viento sigue soplando con fuerza y en contra, y los aproximadamente 10 km. que quedan son una verdadera tortura.
En estos momentos pienso que esta pequeña aventura va llegando a su fin, pero en el fondo me resisto a que termine. Son pensamientos que van surgiendo en este tramo final.
Paso por los famosos "ullals de Baltasar", una zona de surgencias de agua dulce, formadas a partir de la lluvia que cae en las sierras del Montsia. Aportan un paisaje único, rodeado de eucaliptos y de campos de arroz.
Destaca fauna como son tortugas, aves, ranas y flora, como es bosque de eucalipto y presencia de nenúfares.






Llegada a Sant Carles de la Ràpita y fin de la ruta. Aquí cerca del puerto, hago la foto de rigor que dignifica al viajero al final del itinerario. 






Después de muchos días ilusionado preparando todos los detalles, empezando por la lectura del libro, el diseño de los tracs sobre mapa, el avituallamiento, la ropa, las estancias en los hoteles, etc., el pequeño viaje ha llegado al final del camino. De hecho, cada etapa me ha permitido llegar al final de un destino para descubrir un lugar que no conocía. 







En realidad, pienso que todo ha ido muy rápido, quizá demasiado. Han sido unos cuantos días pasados conmigo mismo que me han permitido interiorizar un buen número de sensaciones. Ahora, después de descansar un día, habría seguido adelante, hacia un nuevo destino, pero esto no entraba dentro de mis planes, por el momento.
Regreso a casa al día siguiente en autobús, con la bici en el portaequipajes y con el pensamiento puesto en todos los detalles vividos durante los 5 días de viaje iniciático.

"Hazte con una bicicleta. No lo lamentarás mientras vivas"
                                                                          Mark Twain


El track del viaje aquí:



Ruta realizada.