28/8/13

EL MONTSIÀ. EL ACCIDENTE DE LA AVIONETA DESAPARECIDA.

Llovizna ligeramente cuando llegamos al pié de la serra del Montsià. Es ya media tarde, y el cielo encapotado apenas deja pasar la luz del sol.
 
Serra del Montsià.

Comenzamos a subir por un empinado sendero. La vegetación, rezuma agua por el enorme aguacero que ha caido durante la mañana. Las hojas dejan caer sus gotas como racimos.






Nos cubrimos la cabeza con las capuchas de las chaquetas ya que la lluvia persistente vuelve a arreciar.
Pronto el camino por el que hemos llegado se va alejando en la distancia.




El olor a tierra mojada es ya muy efímero, casi vaporoso. Hay que ir con cuidado ya que las rocas del sendero están muy resbaladizas.




Llegamos finalmente al lugar del accidente.
En un árbol de la ladera de la montaña, encontramos una madera clavada en su tronco que presagia el desastre ocurrido hace ya bastantes años.





Aquí se encuentran tres cruces que homenajean de los tres ocupantes que fallecieron. A raiz de las inscripciones que hemos podido ver, pueden leerse difícilmente sus nombres. 




Podemos leer a un tal Gilbert Sugnaux, a una mujer, Veronique Fauel (no se ve claro el apellido), y el tercero cuyo nombre resulta ilegible pero con el mismo apellido del primero, Sugnaux. Indudablemente había un parentesco entre los dos.




Una cruz en el lugar del accidente, acompaña y testimonía tan dramático suceso.




El accidente tuvo lugar en 1989. La avioneta estuvo desaparecida durante 2 años al término de los cuales, fue hallada casualmente.








En la edición de El País de 4 de abril de 1991, puede leerse:

"Dos jóvenes de Sant Carles de la Rápita (Tarragona) descubrieron el lunes en un barranco del macizo de Montsia los restos de una avioneta suiza y de sus tres ocupantes. Fuentes de Aviación Civil confirmaron ayer que la avioneta partió de Perpinyà (Francia) el 26 de mayo de 1989 con destino a África".




El lugar del accidente quedava oculto por la vegetación y el acceso. Los excursionistas que lo encontraron casualmente, debieron quedarse estupefactos al descubrir tan macabro hallazgo, sobre todo al ver los cuerpos de los ocupantes, convertidos ya en calaveras.




Los restos del fuselaje, motor, una rueda, un asiento, cables, todo ello se encuentra esparcido en una ladera de la montaña. Y a pesar del tiempo transcurrido, los restos se conservan perfectamente. Al ser de aleación de aluminio, no se han deteriorado prácticamente nada.






Inspeccionamos el lugar, moviendo de vez en cuando algún trozo de la estructura, quizá un ala o el alerón de cola de la avioneta.








Sigue lloviznando cuando abandonamos el lugar después de habernos persignado por tan lúgubre suceso.
Que los tres desdichados ocupantes hayan encontrado un lugar en este cielo tan soñado por ellos.

L´ocàs. Serra del Montsià.

Que Dios los haya acogido para siempre.  

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