31/12/14

De VALLIRANA (Mas de les Fonts) a BEGUES. Ruta de Senderisme.

Ruta sin demasiadas complicaciones para el último día del año 2014. En efecto, aprovecho este día tan peculiar en el que todo el mundo está tan "ocupado", para olvidarme unas horas del ambiente de la gran ciudad. Sin duda, unos de los mejores días para evadirse de todo y buscar refugio en la madre naturaleza.
Esta fría mañana invernal comienza con una temperatura de 1,5ºC. Son las 8:30 de la mañana, momento mágico para andar por ahí...
Comienzo la ruta en Vallirana, población cercana a Barcelona, en la comarca del Baix Llobregat. Me encuentro en la parte más alta de la población, concretamente en la urbanización que toma el nombre de la gran masía que se encuentra cerca del lugar donde comienza el itinerario. El Mas de les Fonts.
El pasado año ya realicé una ruta partiendo del mismo lugar:



Mas de les Fonts.

El recorrido es un trayecto circular que me va a llevar a Begues otra interesante población desde la que se pueden acceder a una gran variedad de rutas, algunas de las cuales dejo enlace:

http://franclips.blogspot.com.es/2012/12/de-begues-al-puig-de-les-agulles-per.html






Al poco se llega a una fuente, la Font del Mas, de agua pura y cristalina.




En la parte derecha de la foto destaca el "Puigviçens", cumbre a la que he accedido en un par de ocasiones, una de ellas en ruta nocturna:

http://franclips.blogspot.com.es/2013/10/torrelles-de-llobregat-can-reinal-can.html

http://franclips.blogspot.com.es/2014/02/vallirana-ruta-nocturna-de-vallirana-al.html 



El Puigvicens.

Me desvío brevemente de la ruta para acceder a un curioso enclave, la Penya del Moro, lugar de extensas panorámicas donde el senderista relaja la vista y la mente.


La Penya del Moro.





Sigo el camino por amplia pista. Me cruzo con algún betetero que ha salido a triscar por estos lares en un día como hoy. Por lo demás, tranquilidad y sosiego interior...




Un pozo junto al camino. Su interior seco como un polvorón en el desierto.








Pasadas las diez de la mañana me veo en la necesidad de alimentar el cuerpo con un desayuno campestre. Busco un lugar entre los árboles y al final encuentro un lugar idóneo. 
He ahí los ingredientes. El pan... crujiente, crujiente...




Sigo acercándome a Begues. Ha terminado el bosque y ahora voy por zona más o menos agrícola, con alguna masía junto al camino. Parece que los efluvios de la Woll-Damm flotan en mi interior...
Bueno, no parece, sino que ahí están.




El itinerario transcurre por un camino llamado "Barri Alzina", con algunas construcciones muy bien aprovechadas.




Cerca de Begues, puedo ver una horrorosa cantera situada a los pies del Montau. La mano desalmada del hombre no tiembla a la hora de infringir daño a la naturaleza.  
He ahí el enlace a otra ruta realizada en esta zona donde podrá verse con mas detalle esta desolada cima:

http://franclips.blogspot.com.es/2013/09/begues-turo-del-montau-la-macana-ruta.html


El Montau, al fondo y la cantera...

El decrépito señalizador.

Begues... entre sembraduras.

Una cabaña de piedra seca en medio de un campo.




He cruzado una urbanización de magníficas casas de nombre "Bon Solei" y ahora enfilo por un empinado camino entre el bosque, camino solitario y silencioso. El calor anticiclónico de invierno se deja sentir al ascender este fuerte desnivel, así que tengo que aligerar ropa.







Y entre desolaciones solitarias, se llega a un cruce de caminos delimitado por la "Creu d´Ardenya". De aquí se sigue en el último tramo para llegar  al Mas de les Fonts.




Breve parada para comer una nueces y proveerme de hidratación...






El camino continua solitario. Ni un alma... aunque sea en pena. Sigo despreocupado y con la mente ausente, disfrutando del momento.






Final de ruta en este elevado lugar de la población de Vallirana. Itinerario fácil y sin complicaciones... para terminar bien el año.





He ahí el enlace de esta ruta de 11,18 km. y de 274 mts. de desnivel.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/vallirana-penya-del-moro-begues-23328719


Ruta realizada.

¡Hala!, a pasar una buena Nochevieja. Veremos mañana por la mañana...

19/12/14

LOS AÑOS 60 EN EL CINE (2). LA ESCAPADA. (IL SORPASSO) 1962. Regia: DINO RISI.


Una de mis películas de culto preferidas es "Il Sorpasso", (La Escapada) del director Dino Risi. Desde que la descubrí a temprana edad, me ha acompañado durante muchos de los veranos de mi vida. El filme está protagonizada por Vittorio Gasman (Bruno Cortona), Jean Luis Trintignant (Roberto Mariani), Catherine Spaak (Lilly), Luciana Angiolillo (Ginna), Claudio Gora (Bibí) y Linda Sini (Tia Lidia). 
La música es nada más ni nada menos que de Riz Ortolani.
Está considerada como uno de los más famosos exponentes de la "Comedia Italiana".
Con este filme Dino Risi retrata a la perfección la realidad  de la sociedad italiana.





Sinopsis: Bruno Cortona se encuentra casualmente con Roberto, un tímido estudiante y lo invita a pasar con él un día de vacaciones fuera de Roma. Durante el viaje el joven se siente cada vez más atraído por la alocada forma de vida de su compañero. Con el Lancia Aurelia Sport de Bruno a toda velocidad, se lanzan a una aventura en medio del Ferragosto italiano.
Cruzando una Roma casi vacía, Bruno grita desde el coche a un criado que lleva a pasear a unos perros:

                                         ¡Rebélate escavo!.
                                        ¡Suelta a los perros!.
                                        Nacido para servir!.






El personaje de Bruno está magníficamente interpretado por Vittorio Gassman. En realidad es uno de sus grandes papeles. Es un personaje hedonista que fascina ya que el espectador nunca llega a comprender su actitud ante la vida. En todo momento apoya al joven estudiante Roberto, interpretado por Jean Luis Trintignat, aunque a veces parece que se está aprovechando de él, ya que no para de pedirle dinero prestado. 
Con el disco de Doménico Modugno "Vecchio Frak" (El hombre de frac), sonando en el moderno reproductor comediscos del Aurelia Sport comienzan este trayecto incontrolable hacia un incierto destino .








En la carretera Bruno es el rey, adelanta a todo el que se pone por delante, haciendo sonar el estridente claxon politono del Aurelia Sport. Así van devorando kilómetros en la tórrida mañana del ferragosto italiano.





Roberto propone la visita a unas tumbas etruscas cercanas, pero a Bruno estas antigüedades se las pasa por el mismísimo forro, todo al contrario de las dos suecas que encuentran circulando por la carretera y a las que decide seguir sin ningún tipo de disimulo. Obsérvese el curioso sombrerito que luce una de estas féminas.




Hasta el viejo campesino al que no asusta la velocidad del Aurelia, es víctima de las pesadas bromas de Bruno Cortona.




La Escapada cuenta con muchas escenas memorables. 
Una de ellas es la llegada al puerto de Civitavecchia, para comer en un restaurante típico. El lugar, atestado de gente, es una galería de personajes de lo más diverso, desde la dueña y cocinera del establecimiento, unas monjas de la caridad que van pidiendo un donativo, hasta la tímida empleada que sirve en las mesas y a la que Bruno intentará seducir con una pequeña treta que al final fracasa estrepitosamente.




Otra memorable escena es la visita a los tíos de Roberto, el tio Miquele y la tía Enrica, que junto con la tía Lidia, viven retirados en una vetusta casa solariega encadenados a un pasado tradicional.




También vive aquí un criado que está al servicio de la familia al que apodan "Ojo Fino" por sus afeminados modales. 


Ojo Fino saludando a Roberto.

Con el tío Miquele, la tía Enrica y tía Lidia.

Roberto se hace dueño enseguida de la situación, incluso intenta comprale al tío Miquele algunos muebles de la casa. A la llegada de otros familiares incluso se atreve a establecer lazos de parentesco entre ellos, concluyendo que el primo Alfredo en realidad es fruto de una relación adúltera de su tía Enrica con el administrador. En solo unos minutos, Bruno le descubre a Roberto hechos que para él habían pasado desapercibidos toda su vida.


El primo Alfredo y su mujer.

Al fondo a la derecha, el Administrador...

Otra vez en ruta, Roberto advierte en la lejanía el Monte Fumaiolo. A Bruno ese monte también lo pone al mismo nivel que las tumbas etruscas. Es decir, se las pasa por...
Pero también hay momentos para la reflexión y esta me gusta particularmente:

Roberto: "Todo el mundo tiene un recuerdo equivocado de la infancia. ¿Sabes porque decimos siempre que aquella era la edad mas feliz?. Porque en realidad no la recordamos tal como fue.
Bruno: "La edad mas bonita es la que tiene cada uno día tras día, hasta que explota,... se entiende".






Otra de las secuencias de la película, transcurre en un night club  "Il Cormorano", lugar emblemático de la población de Castiglioncello en la costa de la Toscana donde acude cada noche la jet set que veranea en el lugar. 




Una vez en su interior, escuchamos el famosísimo "Guarda Come Dondolo" de Eduardo Vianello. Aquí nuestro protagonista Bruno se convierte en el rey de la pista, ejecutando una alocada exhibición de twist.

                                    Guarda come Dondolo, 
                            Guarda come Dondolo, con el twist
                                  Con le gambe ad angolo
                           Con le gambe ad angolo ballo il twist.





Después seguirá otro apasionado baile con la mujer de un empresario que también se encuentra en el local y al que Bruno le debe una cierta cantidad de dinero. Peppino di Capri con la canción "Per un Átimo" hace que la pareja se apasione tanto que la temperatura entre ambos sube peligrosamente.










En el tramo final de la película descubriremos un aspecto de Bruno que sorprende por completo tanto a Roberto como al espectador. Bruno, lejos de haber sido siempre un buscavidas sin  hogar, tiene una exmujer Gianna y una hija, Lilly. Evidentemente fue un matrimonio que no funcionó. 

Gianna: ¿Desde cuando conoce a Bruno?.
Roberto: Desde esta mañana.
Gianna: ¡Ah!. Entonces le conoce bien.

Avanzada la noche, llega a la casa su hija, acompañada de un hombre mucho mayor que ella. Bruno se queda estupefacto y reprende su relación con este personaje ricachón llamado Bibí.




Durante la breve estancia con su familia, Bruno intentará estrechar lazos con esa hija casi desconocida y veremos que tras esa personalidad histriónica en realidad se encuentra un hombre que ha fracasado como padre.


Catherine Sapak es Lilly.

Y no faltan las escenas de playa con el fondo  veraniego de las canciones de Eduardo Vianello como Pinne Fucile Ed Ochiali. También suena Quando Quando Quando de Emilio Pericoli:
                                    Dimmi quando tu verrai
                              Dimmi Quando Quando Quando,
                               L´anno, il giorno e l´ora in cui,
                                     Forse tu mi baserai.





Aquellas playas con sabor a Twist y a verano, con el ir i venir de niños y bañistas, con olor a bronceador y un sinfín de personajes estereotipados de todas las edades incluyendo a la chica que pide a Roberto un autógrafo en su pierna escayolada junto a la firma de Gina Lollobrigida, el honorable Andreotti y  Pepino di Capri.







La playa es el lugar de reencuentro de la jet set, donde pasan la mañana entretenidos en sus diversiones particulares, jugando la partida de naipes al amparo de la sombra del chiringuito donde se sirve vermouth y Cynar.





Mas tarde Bibí los invita a subir a su lancha para darse un baño en alta mar. Bibi sugiere ir a comer "lasaña con pesto"  a Portofino, pero Alessandro, el patrón de su embarcación, no le viene en gana hacerlo, así que tienen que resignarse y volver al poco  a la playa de Castiglioncello, junto con los demás bañistas.













 
Pero en el fondo Roberto tiene un amor platónico allá en Roma. Se trata de Valeria Nisi, una vecina que él observa con mucha discreción y con la que apenas han intercambiado algunas palabras. Desde este lugar y con un ánimo renovado, decide llamarla por teléfono pero no logrará hablar con ella.
La canción  Don´t Play that song, de Peppino di Capri nos envuelve maravillosamente.






La última apuesta de Bruno, una emocionante partida de ping-pong, contra Bibí. Rodeado de una animada congregación juvenil y teniendo como animadora principal a su hija Lilly, y el Twist en Saint Tropez de Peppino di Capri, consigue derrotar a su rival en el último momento. Bruno es siempre un vencedor.




El final de la película es inevitable: Bruno decide ir a Roma y se lanza por la carretera a toda velocidad: Roberto le confiesa que estos dos últimos días han sido los mas felices de su vida. 
Pero el viaje acaba trágicamente, tienen un accidente y Roberto muere.




La música de Riz Ortolani pone dramático colofón a esta película que inspiró al cineasta Dennis Hooper a realizar su particular "road movie", Easy Rider.
Lo dicho, película de culto donde las haya, y por ende, en cada visionado se descubre un nuevo detalle que la renueva constantemente. 
Sin duda, una de mis películas preferidas.