Nuestro destino es el Aeropuerto Marco Polo en la ciudad de Venecia. Para llegar aquí, no puedo dejar de recordar otro madrugón de estos que no apetecen ni aún estando de vacaciones. A las 3:30 de la madrugada, todo está muy oscuro y reina una gran quietud, excepto en el taxi que nos lleva raudo y demasiado veloz al aeropuerto. Estoy a punto de llamar la atención al condutor para que modere la velocidad, pero no ha habido tiempo ya que en este breve intervalo ya hemos llegado y está descargando el equipaje.
Son las 4:20. Aún nos sobra tiempo para ir pasando por las diferentes tiendas que ofrecen carísimos productos "libres de impuestos", como los típicos "Toblerone", como las "Frutas de Aragón" de las autopistas pero en versión aeropuerto.
DIA 1. KOBARID. BOVEC. PARQUE NACIONAL DE TRIGLAV. KRANJSKA GORA.
Sobrevolamos Venecia después de un vuelo, nunca mejor dicho, transcurrido en brazos de Morfeo...
...y alquilamos un coche que conducimos, previo pago de 15 € de una "viñeta" que te permite la circulación durante una semanita, hasta la hipotética frontera de la repúbliquilla Eslovena.
Nos hemos adentrado en un paisaje espectacular, los Alpes Julianos, de grandes estribaciones montañosas, por una carretera que se adentra en el hermoso valle de Trenta y va serpenteando entre un delicioso paisaje.
Pasamos por la población de Kobarid donde hacemos parada para comer en un pequeño y céntrico restaurante.
Kobarid es la capital del municipio homónimo en la región occidental de Eslovenia, en el Alto Valle del Soča, cerca de la frontera con Italia. La población fue escenario de sangrientas batallas durante la 1ª guerra mundial, y es conocida por la famosa Batalla de Caporetto, donde la Retirada Italiana fue documentada por Ernest Hemingway en su novela Adiós a las armas.
Cerca de aquí se encuentra el famoso Puente de Napoleón.
He de decir que no lo hallamos ni lo buscamos demasiado, y solo contemplamos un imponente espectáculo de montañas por donde desciende el rio Soča.
Seguimos dirección a Kranjska Gora. Para llegar a esta población existen dos opciones. La primera es ir por el paso de Vrsic de 1611mts. Éste lugar es la carretera de montaña más alta de Eslovenia, a través de los Alpes Julianos. El Paso de Vrsic fue construido por prisioneros rusos durante la Primera Guerra mundial, sometidos a las peores condiciones climatológicas e inhumanas que podamos imaginar Un lugar espectacular entre montañas y curvas que evitamos erróneamente por el cansancio acumulado durante la jornada.
La otra opción es seguir por la carretera principal que también es un cúmulo de curvas y desniveles.
Breve parada para contemplar el magnífico entorno en el que nos vamos adentrando.
En el recorrido, nos detenemos en una de las estribaciones del Parque Natural para observar unos humedales que se encuentran adentrándonos por un camino en un magnífico bosque.
Nos encontramos en la Reserva Natural Zelenci, (nombre que recuerda a un nefasto personaje de la política internacional), cerca de la población de Podkoren.
La Reserva se ubica en la zona más al norte del Parque Nacional de Triglav y es un paraíso para todo tipo de fauna y flora, entra las que habitan cientos de aves de diferentes especies.
Llegamos finalmente a la población de Kranjska Gora y, cómo no, pernoctamos en el magnífico hotel Kranjska Gora 4****.
Nos da el "welcome", una habitación amplia, abuhardillada y muy confortable. Estupenda para el descanso.
Pese a lo avanzado de la hora, y un fuerte aguacero que ha comenzado a caer, decidimos visitar un monumento que se encuentra a unos 8 kms. de distancia, en la carretera que desciende del paso de Vrsic. Es la Capilla Rusa, una edificación que se hizo para homenajear a los soldados rusos que murieron mientras construían ésta carretera.
Las difíciles condiciones condiciones de trabajo propiciaron que en marzo de 1916, una gran avalancha de rocas i tierra, sepultara a casi 300 prisioneros. Por ello, sus compañeros decidieron años más tarde levantar esta Capilla en homenaje a los muertos.
La pequeña capilla permanece bajo la niebla y la vegetación impasible, mientras la oscuridad va cubriendo el entorno. Gracias a la ayuda de un frontal, podemos sentir las sensaciones que se desprenden de este lugar.
DIA 2. KRANJSKA GORA. LAGO JASNA. BLED. LAGO BOHINJ.
Después del espléndido y arrollador desayuno y de pagar 6€ por cabeza de tasa turística, disponemos la jornada para visitar el famoso lago de Jasna. Un entorno magnífico donde pasear tranquilamente y despejar la mente silente...
El lago Jasna (Jezero Jasna, en esloveno), es el nombre de dos lagos artificiales conectados entre sí. Alrededor de ellos se ubican zonas de recreo y terrazas para relajarse del estrés.
No puede evitarse subir por un sendero que lleva hasta un "puente tibetano" que cruza un pequeño cañón natural.
Los lagos están ordenados al lado de la confluencia de los ríos Mala Pišnica y Velika Pišnica. En la confluencia del pequeño cañón, y un tanto escondida se encuentra la central hidroeléctrica de Kranjska Gora.
Alrededor de Jasna hay trazados senderos para pasear y aquí empieza el camino del bosque por el valle del río Mala Pišnica, que se encuentra abandonado desde el terremoto del año 1980.
Alrededor del lago, además de apartamentos, y casas de ensueño, se encuentra el monumento al Zlatorog (animal de la mitología eslovena, una gamuza con cuernos dorados).
Seguimos ruta ahora hacia la población de Bled que dista unos 40 kms.
En el recorrido puede disfrutarse de magníficos paisajes, que son paraiso de la bicicleta, con caminos entre los verdes prados que ondulan en el valle, cruzando zonas boscosas y pequeños riachuelos.
En Bled nos alojamos en el Hotel Ribno 4****, ubicado en un lugar alejado de la población, en una espectacular zona boscosa donde la tranquilidad y la serenidad del ambiente está asegurado.
La construcción es totalmente de madera.
Al lado del hotel, pequeños y silenciosos bungalows, se integran mas o menos bien en el espectacular entorno.
La Habitación es doble, con dos estancias independientes, resultando un anexo que prácticamente no utilizamos, con terraza al bosque. ¡Espectacular!, para quedarse de por vida.
Regresamos a Bled, población famosa por su lago glacial, rodeado de frondosos bosques. En lo alto de un promontorio rocoso junto al lago se puede observar el castillo de Bled.
Para llegar hasta el castillo podemos hacerlo andando, en una larga y empinada caminata desde el lago, o bien en coche ya que a la entrada existe un parking de pago pero sin barrera. Consejo doy: hay que hacerse el "longuis" y no pagar ya que nadie vigila.
Visitar el castillo exige también abono de entrada. Obviamos esta visita por parecernos poco interesante, pero nos quedamos sin ver las grandes vistas que solamente pueden verse desde su interior, sin embargo, hay un pequeño sendero que lo rodea desde el que se puede observar todo el lago.
Uno de los puntos mas interesantes es la famosa Isla de Bled, que en realidad es un pequeño islote en medio del lago.
Dejamos el coche cerca del lago en un parking sin barrera obviando de nuevo el pago.
Al islote se puede acceder en una de las embarcaciones típicas eslovenas llamadas Pletnas.
Un fornido remero conduce el barquito hacia el islote en poco mas de 20 minutos.
Lentamente nos hemos acercado a la isla. Entre los arboles asoma el campanario de estilo veneciano de la Iglesia de la Asunción del siglo XV.
Se sube a la iglesia por unas empinadas escaleras.
Dentro de la Iglesia es obligado también tocar tres veces la campana del deseo para obtener lo que pidamos, por ello durante la visita la campana sonará incesantemente sobre todo si hay muchos turistas.
La subida al campanario es también de pago.
También es de pago la utilización del servicio de una cafetería que se encuentra junto a la plazoleta. Me busco la vida entre los arboles de la fronda.
El color del agua sorprende por su color azul turquesa debido a las emanaciones de las rocas del fondo.
Regresamos cerca de las 4 de la tarde para comer en un restaurante de la población. Nos deja buen sabor el postre, un helado de vainilla con aceite de calabaza.
Nos desplazamos ahora en busca de otro lago, el llamado Lake Bohinj.
Cercano al lago encontramos la iglesia de San Juan Bautista, originaria del siglo XIII, a la que hay que pagar para entrar. Esta gente no pierde la oportunidad...
El Lago de Bohinj, en el corazón del Parque Nacional de Triglav, es el lago natural más grande de Eslovenia, por encima del cual se levantan los intactos pastos alpinos y los picos de montaña.
El Lago Bohinj se formó durante la última época glacial, y a pesar de que su altura ha disminuido bastante, cuenta con un gran número de especies diferentes de algas, moluscos y peces.
Caminar alrededor del lago, constituye toda una experiéncia en la que se soslaya una parte del misticismo naturalista y la fluidez de los pensamientos mas allá de la mente.
Cerca del lago, a unos 4 o 5 kms. se encuentra otro lugar interesante, la famosa cascada Savica. El trayecto en coche lo realizamos cuando el sol comienza a declinar. La estrecha carretera serpentea entre los espesos arboles del bosque a medida que va oscureciendo.
Llegamos al final, un pequeño apartamento con cafeteria y un sendero que lleva a la cascada. Es casi de noche, pero con el frontal podemos ver la taquilla de pago que se interpone en el camino de la cascada.
Regresamos. El ambiente tan cerrado inquieta el alma.
DIA 3.BLED. ZGONJE GORJE. GARGANTAS DE VINTGAR. KAMNIK. LJUBLJANA.
Abandonamos el hotel después de satisfacer los 12€ de tasa turística.
Cerca de Bled, a unos 4 kms, se encuentra el pequeño núcleo de Zgonje Gorje donde se encuentra el célebre "cañon de Vintgar".
Al llegar al lugar, ¡zasca!... ya te cobran 5 euros por el parking, y 10 euros mas por persona para la visita.
El lugar es fantástico a esta hora de la mañana, con un cierto frescor en el ambiente y un olor a bosque y humedad.
El agua tiene color esmeralda y turquesa debido a los juegos de luces y sombras que se crean por la gran profundidad del cañón, y al musgo que recubre las rocas.
El recorrido a través de la garganta tiene tan solo 1,6 km mediante pasarelas y puentes de madera perfectamente ubicadas.
Las paredes de la garganta han sido excavadas por el río Radovna, y tienen de 50 a 100 mts. de altura.
Hemos llegado a la la cascada de Sum, de 13 metros de altura con un puente donde pasa una vía ferroviaria.
Llegados al final del recorrido, un pequeño bar es el punto donde bifurca el sentido para regresar.
Cruzamos hacia la izquierda y comenzamos un ascenso por el interior de un bosque.
La vuelta tiene una duración de unos 45 minutos, y pasamos por el lugar conocido como Blejska Dobrava.
Volvemos a entrar al fantástico bosque...
Hemos regresado al parking. Ahora pequeño refrigerio y de nuevo ruta hacia la población de Kanmik donde se ubica un teleférico que nos llevará de nuevo al monte para contemplar los bellos parajes de "Velika Planina", un pueblo de pastores.
Después de Kamnik comenzamos un ascenso en coche de vertiginosas subidas sin saber que vamos por camino equivocado, ya que bucamos el teleférico que sube hasta el lugar de la Planina.
Después de media hora, pasamos cerca de una iglesia ubicada cerca de la carretera, con unas impresionantes vistas al valle, desde Velika Planina hasta Menina Planina. Es la Sv. Ahac, Kališe cercana al pueblo de Kališe.
Pequeña planice cerca del final...en Omovšek Joško.
Y cuando termina la carretera, no hay teleférico, pero sí una caseta con guardia que obliga el pago de 10 euros para dejar el coche en una explanada en la cumbre de la montaña y comenzar a caminar por los distintos senderos que hay.
Afortunadamente nos hacemos entender del error, nos devuelve lo que hace un momento era nuestro y regresamos a Kanmik cuando son algo más de las 3 de la tarde. El cielo amenaza tormenta.
Encontramos un pequeño bareto donde comer y dejamos de lado la subida a los dos teleféricos de "Velika Planina" ya que el tiempo sigue muy inseguro.
Desición dudosa pero no hay vuelta atrás. Nos vamos hacia la capital, a Liubliana.
Liubliana, capital de Eslovenia, es la ciudad más grande del país y es conocida por su población universitaria y sus zonas verdes, como el extenso parque Tivoli. Nos cuesta encontrar el hotel B.W. Premier Hotel Slon 4****.
Hallado este, la recepción se encarga del aparcamiento del coche... ¡Ai...!
Habitación confortable, con elefantito de peluche incluido a la venta por 15€...
... y con magníficas vistas a un patio interior donde se exhibe la ruidosa maquinaria del hotel que aún se escucha con la ventana de aluminio triple cierre acústico bien cerrada.
Quejas en recepción y encogimiento de hombros.
Recorrido andante por la ciudad...
El río Ljubljanica, está bordeado de cafeterías con terraza y separa el casco antiguo de la ciudad de su núcleo comercial.
Liubliana es muy cosmopolita, con mucho ambiente, sobre todo en su casco antiguo, ideal para tomar algo después de visitarla.
En centrico lugar encontramos una especie de chiringuito donde se expande humo por todos los lados y donde hacen hamburguesas i demás derivados cárnicos de procedéncia porcina y grasa saturada. Aquí se despacha continuamente, y no hay pausa. Todo es a destajo...
El humo y las grasas fluyen sin parar y se mezclan entre sí ahogando casi, a los transeuntes que se acercan a curiosear, como es mi caso, al tiempo que se pringan las ropas con el insoportable olor que emana del lugar.
Los panes se sumergen en la grasa de la bandeja para seguidamente terminar en la negra plancha donde se cauterizan con la alta temperatura.
Las abundosas anilinas de estas grasas deben ser terribles.
Cenamos en un restaurante mejicano donde nos sirven una opípara cantidad de comida, para seguidamente regresar al hotel a escuchar el concierto nocturno de los motores de refrigeración.
DIA 4. CASTILLO DE LIUBLIANA. CARTUJA DE ZICE MARIVOR.
Después de un espectacularísimo desayuno, abandonamos el hotel, previo pago de 22 € de parking y las consabidas tasas turísticas de 12 € por las 2 cabezas.
Empiezan a fluirnos chispas con estos desmanes.
Visitamos el castillo de Liubliana al que subimos mediante un acristalado teleférico.
La iglesia del castillo, ¡de entrada gratuita!, tiene unas interesantes pinturas en el techo.
Si se quiere visitar el castillo, hay que aflojar de nuevo el bolsillo. Prescindimos de la visita y tras contemplar unas grandes vistas de la ciudad, descendemos por un maravilloso sendero que nos llevará el lugar donde hemos dejado el coche.
Abandonamos la gran urbe para dirigirnos hacia la población de Maríbor.
Nos desviamos de la ruta y cruzamos la población de Slovenske Konjice donde de se encuentra cercana la Cartuja de Zice, lugar a donde nos dirigimos.
Justo al lado de una tranquila carretera rural rodeada de verdor, hacemos parada para ver una pequeña "kapela" en el lugar de Slotrak Zidanšek - Prodaja Traktorjev.
Más adelante, sorprende un edificio religioso en medio del recóndito valle de San Juan Bautista, con camposanto anexo. Estamos en Župnijska cerkev Marijinega obiskanja, Špitalič.
Llegamos a nuestro destino. Aparcamos el coche en aras de la gratuidad bajo unos arboles al lado de la carretera. Aquí se encuentra una posada que ahora es una especie de cafetería muy escueta. Al parecer esta es la posada más antigua de Eslovenia.
Seguimos por un camino y ahora encontramos la cartuja de Zice de un marcado aire medieval.
Fundada alrededor del 1160 por Otakar III de Traungau, el Margrove, la cartuja fue el hogar de los monjes que dedicaban su vida a la oración y al trabajo intelectual.
No realizamos la visita interior ya que según nos han comentado, reviste poco interés, pero si que rodeamos la edificación por un camino que resulta tan gratificante que recuerda una experiencia casi mística.
Después del recorrido introspectivo alrededor de la cartuja, nos aposetamos en una terraza de la posada...
... y tomamos un pequeño refrigerio, una estupenda sopa monástica a base de verduras y carne. La recordamos excelente y gratificante.
Abandonamos el lugar ya que amenaza tormenta. Desde lejos llega el retumbar del trueno, y una súbita ventisca comienza a violentar la placidez del momento.
La lluvia empieza a caer con intensidad, y es tan fuerte que tenemos que detener el coche al lado de una gran iglesia cercana a la carretera.
A través de los cristales empañados por la lluvia puede verse el cementerio adosado a la iglesia.
El agua cae con la intensidad de un diluvio.
Hemos llegado a Marívor, destino final de esta jornada. El cielo sigue cubierto.
Nos alojamos en un B&B el Fani&Rozi 3***, cerca de la Torre del Agua, hoy en día reutilizada como pinacoteca...
... frente al paseo que se encuentra junto al río Drava.
Hacemos un breve recorrido por esta población cuando comienza de nuevo a lloviznar. Calles y plazas prácticamente vacías, por no decir solitarias, es el ambiente que nos vamos encontrando.
Junto a la orilla del río Drava encontramos el museo de la vid (Hisa Stare trte), y en el exterior se puede ver la vid más antigua del mundo (tiene aproximadamente unos 400 años de antigüedad) y es, sin duda, uno de los lugares más visitados y fotografiados de Maribor. Esta viña ha sobrevivido a lo largo de los años no sólo a las enfermedades propias de esta planta sino a innumerables hechos históricos que pusieron en peligro su existencia. Por este motivo, los habitantes de Maribor le construyeron una casa y ubicaron en la misma un museo.
Cierra la oscura y húmeda noche al lado del río. Nos retiramos a descansar.
DIA 5. PTUJ. ZALEC. LAGO ČRNAVA. LJUBLJANA.
Dejamos el hotelito previo pago de 12 € de tasas turísticas + tasa por limpieza de la habitación de 15 €, después de un frugal y sencillo desayuno que no cumple las mínimas espectativas.
Nos dirijimos a Ptuj, una de las ciudades más antiguas de Eslovenia.
Aparcamos el coche en un parking de pago en la falda de un cerro donde se levanta majestuoso el castillo. Pero como no hay barrera no pagamos.
El castillo se puede visitar de forma gratuita en su exterior y su patio principal, aunque si se quiere visitar su interior hay que pagar entrada, ¡cómo no!, dado que el castillo alberga el Museo Regional de Ptuj – Ormož.
Desde lo alto pueden contemplarse grandes vistas de la ciudad.
La ciudad alcanzó su mayor prosperidad durante la época romana. La ciudad de Poetovio, tal su nombre latino, fue el acuartelamiento de la Legio XIII Gemina en Panonia. En agosto del año 69, el emperador Vespasiano fue aclamado por las tropas acantonadas en ella, episodio en el cual aparece, de hecho, la primera mención escrita de la ciudad. El nombre proviene de la época del emperador Trajano, quien le concedió el estatus de ciudad.
En la Plaza Slovenska, se encuentra ubicada la Torre de la Ciudad, y frente a ella, restos de la época romana.
La estatua de mármol ubicada frente al la Torre de la Ciudad fue erigida por los romanos, como lápida para honrar la memoria de Marco Valerio Verus, en el siglo II. El monolito, que mide 5 metros de altura, sigue en su lugar original. Durante la Edad Media, el monumento se usó para el castigo público.
El Ayuntamiento de Ptuj es uno de los edificios más bonitos de esta pequeña localidad eslovena. Fue construido a principios del siglo XX por el arquitecto austríaco Max Ferstl.
Cerca del castillo hay otra ondulante colina que bien merece un paseo y en la que también encontramos reproducciones de restos romanos con explicaciones que nos sitúan en aquella lejana época, una especie de exposición arqueológica al aire libre.
Dejamos Ptuj. La ruta avanza en territorio esloveno en dirección a Liubliana. Vuelve a llover con intensidad cuando llegamos a la población de Zalec, donde nos detenemos para comer.
La curiosidad de esta población radica en una plaza donde hay la fuente de la cerveza. Los interesados deben pagar 6 euros por una pequeña jarra con un sensor en la parte inferior, lo que permite degustar diferentes tipos de cerveza cuyos surtidores se ubican en semicírculo.
Parece que la tarde ha mejorado, y todavía nos da tiempo para visitar un lago que nos viene al punto en nuestra dirección. Es el Jezero Lake Črnava.
Recorrer el camino que rodea el lago es toda una gozada. Hay silencio a excepción del trinar de los pájaros, que a medida que avanza la tarde van silenciándose.
Regresamos de nuevo a Liubliana cuando va cerrando la noche, y después de aparcar en el reducidísimo espacio existente entre un árbol y otro coche y donde apenas pasa un alfiler, nos alojamos en el Hotel Asteria 3*** .
La habitación bastante apretada luce buena cama pero fatídico y diminuto lavabo donde es fácil golpearte la frente o la cabeza con la estantería de vidrio cuando uno se agacha para lavarse la cara.
DIA 6. CASTILLO DE PREDJAMA. CUEVA DE POSTOJNA. PORTOROZ.
Después de un desayuno bastante exiguo donde solo se salva el yogurt, y después de satisfacer a regañadientes los 12 euritos de rigor de la tasa turística, abandonamos el hotel para dirigirnos al que sería uno de los lugares más interesantes de la republiquilla.
El gps nos lleva por paisajes de interior de ondulantes y verdes campos rodeados de estribaciones montañosas.
Nuestro primer destino del día, es el castillo de Predjama. Antes de llegar, un amable vigilante cuida de que el vehículo quede bien aparcado en su zona, previo pago de 5€. Una vez aquí, se pueden adquirir las entradas para la visita al castillo, es decir 17 € mas por persona.
El pintoresco, majestuoso, desafiante e inconquistable castillo lleva reinando en una pared rocosa de 123 metros de altura desde hace más de 800 años.
El habitante más famoso del castillo fue sin duda el caballero Erasmo de Predjama que hoy en día sigue siendo el protagonista de muchas leyendas. En el castillo se pueden ver una selección de objetos originales, copias y modelos.
Aunque la vida en aquella época fuera difícil e insalubre, el castillo ofrecía lo que en aquellos tiempos se valoraba más: la seguridad.
Detrás del castillo se encuentra una cueva, que hizo posible su construcción. Dicha cueva también permitía a sus habitantes tener la espalda segura y eso daba al castillo una gran ventaja estratégica con respecto a posibles enemigos.
En la parte más alta de la cueva se encuentra una pequeña galería que presentaba una salida secreta y un camino de evacuación. Es la que la usó el caballero Erasmo Lueger durante el sitio del castillo para proveerse alimentos.
La Sala de los Caballeros es la más rica en cuanto a la decoración, en el comedor puedes conocer la vida en el castillo en la época del gótico tardío, mientras que la Sala Renacentista en la tercera planta ofrece una exposición de trofeos de caza del último propietario del castillo, el duque Windischrätz.
Ultima foto de referencia con el castillo al fondo para recordar esta visita interesantísima e indispensable.
Abandonamos el lugar para dirigirnos a otro enclave de obligada visita. En coche vienen a ser unos veinte minutos, y en efecto, al final de este pequeño recorrido se llega a un gran parking con barreras, y una máquina que dispensa un tiket quieras o no. Nos encontramos en una zona turística por excelencia, con hotel, restaurantes y tiendas de souvenirs, lugar donde se ubica la famosa Cueva de Postojna.
En el precio de 23 € por persona se incluye la conjunción de un gran contingente de turistas agrupados en plan "borreguillos", por nacionalidades a las que ubican en un pequeño tren construido hace mas de 140 años.
Y allá vamos con la temperatura en descenso, bien abrigados hacia el interior de la inmensa cavidad.
El tren se adentra casi 5 kms. por un interior de entrelazados túneles, galerías y salas subterráneas, y se detiene en un lugar del fondo kárstico. Al descender nos encontramos absortos contemplando otro mundo.
A partir de aquí la visita se realiza a pie durante algo más de 1 km. Hay que tener en cuenta que la cueva se extiende más allá de los 20 kms.
El primer visitante insigne que puso pié en la cueva fue el archiduque de Austria Fernando I en 1819. Con su visita se abrió un periodo de apertura turística que sigue su camino 200 años después.
La enormidad que supone esta cueva no es de posible descripción, ya que deja absortos los sentidos de tal modo que la imaginación se desborda y se pierde en espacios que sugieren las más descabelladas ubicaciones de la fantasía.
En medio de una galería hay una especie de terrario donde se encuentra el protagonista de este ecosistema, el Proteus Anguinus, conocido como el pez humano. Este peculiar animal de 25-30 cm es el único vertebrado de Europa que vive en el subsuelo terráqueo sin luz.
El proteus es resistente al hambre a largo plazo, una adaptación a su hábitat subterráneo. Puede consumir cantidades grandes de alimento en una ingesta. Cuando el alimento es escaso, reduce su actividad metabólica, y puede también reabsorber sus propios tejidos en casos extremos. Un proteus puede sobrevivir hasta 10 años sin alimento.
La longevidad se estima en hasta 58 años. Algunos especímenes en cautividad, bajo condiciones semi-naturales, han vivido hasta 70 años.
Está protegido por su rareza y su peligro de extinción. Aún así, se han contabilizado más de 150 especies diferentes.
La visita termina en otra gran sala donde nos espera de nuevo el tren para llevarnos al exterior.
Comemos tranquilamente en uno de los restaurantes cercanos a la cueva. Después, satisfacemos a despecho el importe del parking en una bien habilitada zona de taquillas. Damos una vuelta por los alrededores, para proseguir nuevamente viaje hacia el nuevo destino, Portoroz, una de las principales ciudades costeras de Eslovenia.
Aquí pasaremos 2 días en una magnífica habitación del Wellnes Hotel Apollo4****, después de haber aparcado el coche en una plazoleta de tierra bajo unos árboles cerca del hotel.
Portoroz es como nuestro "Salou", un lugar turístico de hoteles, restaurantes, tiendas, casinos, playas inexistentes y zonas de baño entre embarcaderos, tumbonas y parasoles.
Damos una vuelta por el paseo que discurre al lado del mar cuando ya el sol se encuentra en horas bajas. Se respira no obstante un aire de tranquilidad, sin demasiada gente que perturbe el ocaso.
Cenamos en un restaurante de la zona una dorada a la brasa i una ensalada.
DIA 7. PORTOROZ. PIRAN.
Después de una magnífico desayuno en el que no se ha echado a faltar nada, decidimos dejar el coche aparcadito a la sombra arbórea de la plazoleta y tomar un autobús para visitar la cercana población de Piran.
De este modo evitamos de nuevo problemas de aparcamiento.
El centro neurálgico de Piran es la Plaza Tartini, rodeada grandes edificaciones. La plaza está dedicada al músico Giuseppe Tartini, un reconocido violinista italiano nacido en la ciudad y cuya estatua ocupa el centro de la plaza. Aquí se sitúan algunos de los edificios más importantes como el Ayuntamiento, la elegante casa gótica veneciana o la propia casa natal del músico.
Desde el puerto hasta el Faro de San Clemente se extiende el paseo marítimo donde se invita a la contemplación del mar.
En verano el paseo queda invadido por tumbonas y toallas ya que hay escaleras que permiten el acceso directo al mar y a las rocas sumergidas que esconden peligros ignotos.
En el recorrido nos encontramos con la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud y detrás de la misma el Faro de San Clemente.
Ahora ascendemos por calles empinadas en busca de la Catedral de San Jorge y su característico campanario inspirado en el de la basílica de San Marcos en Venecia,
La fran edificación se encuentra situada en una pequeña colina dominando la ciudad.
Si se quiere, previo pago, se pueden subir los 146 escalones al campanario. Desde arriba seguramente hay unas increíbles vistas de la Plaza Tartini de Piran y el mar Adriático.
Nosotros hartos de pagar, las vemos un poco más abajo.
Y mientras vemos, escuchamos la música de una artista que toca prodigiosamente un arpa en la calle empedrada de la catedral.
Las armoniosas notas que surgen de sus manos se deslizan en el ambiente sosegado del momento reconfortando nuestra mente.
La artista es Gerlinde Raunjak.
Mientras los acordes del arpa se van diluyendo entre las callejuelas...
...que nos bajan hasta la plaza Tartini, llegamos a otro interesante enclave, la Iglesia y el claustro de San Francisco situados junto a una pequeña plaza en un recoveco de una calle. A día de hoy el monasterio está habitado por una pequeña comunidad de monjes franciscanos.
Regresamos a Portoroz por la tarde. Después de un día caluroso y soleado, ahora amenaza lluvia.
Y la lluvia llega abundante cuando ya estamos en el hotel. Decidimos ir a la zona de spa, pero ¡cuidado! abrir la bolsa con el albornoz que se encuentra en la habitación ya tiene un coste económico. Un chip insertado en alguno de los resquicios de la tela delata el uso e impide el secuestro.
Y es que tanto pagar por todo tiene un límite...
¡Que se queden ellos con el spa!.
Cena en un solitario restaurante y a descansar que mañana será otro día.
DIA 8. PALMANOVA. AEROPUERTO DE VENECIA.
Después de otro desayuno inolvidable, abandonamos el hotel previo pago de doble tasa turística, total 24€, aparte el coste del parking. Mi protesta sirvió para que no nos cobraran el importe de 12€ por tener el coche en una plazoleta de tierra.
Por fín dejamos atrás esta zona y las continuadas tasas de recaptación a que nos hemos visto sometidos todos estos días al que se suma el peculiar talante esloveno.
Nos encontramos finalmente en tierras italianas, cerca de Trieste, para dirigirnos a otra población, Palmanova.
Entramos a la ciudad por una antigua puerta de las murallas que la rodean y aparcamos tranquilamente en una espaciosa calle sin que nos cueste ni un euro.
Palmanova fue diseñada por Vincenzo Scamozzi, un famoso arquitecto y artista que ideó tanto la disposición de sus calles como los edificios que las componen.
Todo responde a motivos defensivos, algo muy importante en aquella época de guerras y revueltas. Su forma poligonal permite el fuego cruzado, muy importante a la hora de defender a la ciudad en caso de un ataque.
La parte más característica es la Piazza Grande, epicentro de Palmanova, dominada por la Catedral y la Loggia dei Mercanti.
Llama la atención la altura del campanario, en comparación con la altura de la Catedral. El motivo era la seguridad y defensa de la ciudad por lo que se decidió construir un campanario que no se viera desde fuera de las murallas, ya que podía usarse como punto de referencia en caso de posibles ataques.
En el interior de la catedral, podemos admirar frescos y Capillas de Santos muy al estilo italiano.
Y también varios relicarios, como este de Silvio Piccini de 1895 que recoge varios huesos de mártires más o menos conocidos.
Uno de los relicarios más destacados es la urna con la figura de Santa Giustina de Padova, patrona de Palanova. que sufrió martirio en el año 304.
La reliquia que conserva proviene de la catacumba romana de Santa Ciriaca.
De nuevo en el exterior de la plaza, podemos ver los edificios mas importantes de la ciudad como el Museo Cívico Histórico, el Ayuntamiento, el Museo Histórico Militar o la Iglesia Arciprestal.
Pero tambié hay una Palmanova subterránea formada por 4 km de galerías de época veneciana.
Estos túneles servían para unir diversos sectores de la fortificación, para asegurar el tránsito de los soldados de un lugar a otro y para aumentar la protección de la ciudad. Además, hay otros túneles que conectan el interior de Palmanova con el exterior, tanto para asegurar la entrada y la salida en caso de necesidad.
Comemos muy bien en un restaurante con un cierto aire familiar, "il dúo delfini"...
... en el que no pueden faltar unos excelentes "spaguettis a la vongole".
Abandonamos la ciudad. Todavía quedan unos cuantos kms. para el aeropuerto de Venecia, donde iniciaremos nuestro regreso a casa.
Todavía pasarían algunas anécdotas que hicieron retrasar el despegue del avión, pero nos llevó a buen termino a pesar de la avanzada madrugada.
Esta ha sido la crónica del viaje, con anécdotas de todo tipo y situaciones un tanto peculiares. Con todo y a pesar de las tasas recaptatorias que tienen a bien situar en cada esquina, he de decir que... no volvemos.
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