4/1/22

PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO. VALLE DE BUJARUELO. CAÑÓN DE AÑISCLO. BROTO. TORLA. AINSA. JACA.

Llegamos a la población de Broto, en el sobrepuerto de Huesca, cuando ya es noche bien cerrada. Buscamos el alojamiento que hemos alquilado y lo encontramos en la parte alta de la población.
Resulta este, un gran caserón que recuerda mucho aquella enigmática casa del filme de Hitchcock.




Una vez descargadas las maletas frente a la casa, nos resguardamos del frío en un interior algo oscuro a pesar de algunas lámparas de luz tenue y amarillenta.
Al poco sale el dueño que resultará la única persona que se encarga del establecimiento.
Habíamos buscado un lugar para disfrutar, en medio del invierno, de un buen refugio junto al fuego de una buena chimenea... y nos encontramos con una chimenea apagada desde hace tiempo, con una calefacción radiante por el suelo que no invita en absoluto y que apenas logra subir la temperatura de las estancias asignadas.
Por la mañana y en los siguientes cuatro días, podremos "disfrutar" de unos desayunos a base de "exquisiteces obligadas" que el dueño tiene a bien preparar, pero con pocas variaciones y optativas, entre las que destacan los hojaldres de milhojas con mermelada, tartitas de crema, magdalenas con virutitas de chocolate, rollitos rellenos gratinados, frutitas del tiempo troceadas, mantequilla de Soria, etc, etc. Eso sí, todo casero.
Total, que más de un día he tenido que desayunar en algún céntrico bar de la población.
El hombre se esmeraba, indudablemente, pero parecía controlar demasiado, imponiendo  demasiadas normas  en el establecimiento, cuyo comedor, siempre cerrado, desprendía  cierto olor que penetraba hasta el fondo de la pituitaria. Este olor debía ser producto, sin duda, de las continuas mezclas y pitanzas horneadas para el desayuno del cliente. 
Sin duda, el lugar tenía una ventilación muy deficiente, ya que el dueño, siempre atento, y con un cierto punto obsesivo, iba cerrando puertas y ventanas para que no se esfumaran las escasas calorías que producía aquella casi inexistente calefacción. 
Por eso, por la noche, cuando este dormía, bajaba silencioso al solitario comedor donde parpadeaban monótonas las luces de un árbol de navidad, y abría de par en par el balcón para airear durante media hora la estancia.
Si él lo hubiera sabido...

Nos encontramos cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y es por esto que Broto se encuentra ubicado en un entorno natural privilegiado.
Entre sus construcciones destaca la Casa del Valle, con su torre defensiva del siglo XVI que sirvió de cárcel durante varios siglos. En sus ennegrecidas paredes todavía se conservan los grabados plasmados por los presos para combatir el tedio.
En su iglesia de San Pedro Apóstol del siglo XVI te llamará la atención su torre defensiva almenada, así como su portada esculpida.




Merece la pena acercarse a ver la espectacular "Cascada de Sorrosal", dotada incluso de una vía ferrata .
La cascada se ha formado por la erosión que han ido generando el hielo de un glaciar y el agua de un torrente.




Forman parte del término municipal de Broto los núcleos de Ayerbe de Broto, Asín de Broto, Basarán, Bergua, Buesa, Escartín, Otal, Oto, Sarvisé y Yosa.



DÍA 1. CASCADA DE ARRIPAS. CASCADA DE LA CUEVA Y CASCADA DEL ESTRECHO.  AINSA


Desde Broto nos trasladamos a Torla, un encantador pueblo  donde se puede disfrutar del maravilloso entorno natural que lo rodea y de la típica arquitectura pirenaica, en la que predominan la piedra y la pizarra. Pasear por sus calles es un viaje al pasado con un cierto aire medieval.







Saliendo de Torla. la carretera nos adentra en el Parque Nacional de Ordesa.




Dejamos el coche en un helado aparcamiento rodeado de nieve. Es la llamada "Pradera de Ordesa",  punto de inicio de multitud de itinerarios.




Seguiremos las indicaciones para ver las diferentes cascadas del recorrido. La más lejana es la famosa "Cola de Caballo", pero prescindiremos en esta ocasión de su visita por no disponer del tiempo adecuado para realizarla.




El paisaje es magnífico, con la nieve tiene un encanto especial difícil de describir. 
La pista forestal asciende por la margen derecha del río Arazas en dirección al Circo de Soaso y la Cascada de la Cola de Caballo, que se abre en dirección este-oeste.






La orografía del Parque Nacional está dominada por el macizo de las Tres Sorores, Treserols, el macizo calcáreo más alto de Europa. Su mayor altura es el Monte Perdido de 3.355 mts, del que descienden una serie de impresionantes crestas montañosas y valles glaciares. El más característico y emblemático es el valle de Ordesa, recorrido por el río Arazas.













El camino nos lleva a contemplar la primera cascada, la de Arripas. 






Subiendo trabajosamente por la pendiente nevada.







Indicador. Si continuamos hacia la cascada de Cola de Caballo y Gradas de Soaso, se va recorriendo todo el valle de Ordesa y se llega en unas 4 horas al refugio de Góriz, y en otras 3 horas más, a la famosa "Brecha de Rolando".
Cerca de aquí...




"Al sur del "Casco de Marboré", en un monte anónimo, ha sido descubierta y explorada por el famoso espeleólogo francés Casteret, la "Cueva Casteret", la más elevada caverna helada del mundo glaciar subterráneo. Se compone de un lago helado al que afluye un río también helado que brota de las entrañas de la montaña, formando un glaciar subterráneo de 6000 metros de superficie, terso como un espejo, formado por duro hielo de gran transparencia. La enorme belleza del lugar aumenta por las estalactitas de hielo, rampas y cascadas heladas y muros y espadañas transparentes que motivan la decoración más sorprendente y fantástica que pueda darse a la luz de las antorchas. Este glaciar está alimentado por la nieve del Marmoré."

Extraído de: "Geografía de España" de José Terrero. Biblioteca Hispania 1956.




 Brecha de Roland y Taillón desde Góriz por la Gruta Helada Casteret y paso Sarrio.


El 25 de junio de 1926, un grupo formado por Norbert Casteret, su esposa Elisabeth, su hermano Martial y la madre de estos, Madame Casteret, se ponían en marcha desde la aldea de Gavarnie con la intención de alcanzar la cima del Monte Perdido. Ya por la tarde, y tras pasar todo el día caminando, el grupo alcanza la Brecha de Rolando. Todavía se encuentran lejos de su objetivo, pero al verse sorprendidos por una tormenta, deciden pasar la noche en una pequeña cueva al sur del Pico Bazillac conocida como Villa Gaurier (el primer «refugio» pirenaico, mandado construir en 1883 por el Conde Russel).


Norbert Casteret

Al día siguiente reanudan la marcha, pero al poco de comenzar, avistan lo que parece la entrada de una cueva. Norbert se dirige allí para comprobarlo y queda estupefacto. Ante sus ojos se extiende un río de hielo que se pierde en las entrañas de la montaña. Norbert se adentra unos metros en la cueva pero al no ir equipado, decide continuar la marcha con el grupo. Un mes después regresará con su esposa Elisabeth para explorar la cueva.


Norbert Casteret y Elisabeth


«Caminamos sobre ríos congelados, alcanzando gran espesor las capas heladas donde se distinguen las piedras atrapadas a gran profundidad… Un viento glaciar sopla por estos pasajes deteniendo las aguas para formar estalactitas de hielo, finísimas y transparentes unas, otras grandes y amenazadoras. Enormes torres y fantásticos monumentos de agua congelada fosilizados por el intenso frío… Nos encontramos, indudablemente, en presencia del hielo fósil… Aquí impera el silencio y la quietud donde nadie podría quedarse mucho tiempo sin perecer»

                                                                                                     Norbert Casteret



La Gruta helada de Casteret, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, a 2765 metros de altitud, es una de las últimas cuevas con presencia de hielo fósil que podemos encontrar en los Pirineos. Un espectáculo helado de innegable belleza, amenazado por el cambio climático y los seres humanos, que ha permanecido así desde hace miles de años.



Cortesía Foto: Álex Montañés


La presencia de cuevas con hielo fósil en los Pirineos es una rareza que, sin embargo, no lo es tanto en la zona del P.N. de Ordesa y Monte Perdido, donde hay contabilizadas unas 35. Hay que tener en cuenta que el Monte Perdido es la montaña caliza más alta de toda Europa y que, en su entorno, se extiende un karst muy desarrollado a más de 2.800 metros de altura. De hecho, se dice que la Gruta Helada de Casteret es la cueva de este tipo situada a mayor altitud de todo el planeta (2.765m).


Foto cortesía de Solasaga


El hielo fósil, es agua congelada desde hace miles de años y que se mantiene en este estado gracias a que la temperatura es siempre inferior a los 0ºC.




En el año 2019, tuvimos ocasión de visitar la "Cueva Glaciar de Scarisoara" en una remota región de Rumanía, lo cual nos da una idea de este tipo de cavidades.
Aquí dejo en enlace de esta entrada.

Un pequeño sendero desviado del camino principal, nos adentra en un magnífico entorno donde podemos contemplar la "Cascada de la Cueva".




Cerca nos encontramos con la "Cascada del Estrecho".






El recorrido es circular ya que en un momento se toma otro camino que se adentra ahora por el margen izquierdo del río, en dirección a la zona de aparcamientos.
Vamos descendiendo hasta alcanzar el río Arazas el cual cruzamos por el conocido como Puente de Arripas, ubicado en un idílico entorno.
















Un magnífico hayedo entre las nieves y sus raíces retorciéndose en el suelo.










Después de esta magnífica incursión a una de las zonas del Parque Nacional, decidimos tomar un pequeño refrigerio en uno de los bares de Torla cuando ya son cerca de las 4 de la tarde.
Y cuando esta comienza a caer, nos desplazamos a la villa medieval de Aínsa, catalogada como Conjunto Histórico-Artístico y situada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca.
Destaca su porticada plaza Mayor donde se rememora, el primer domingo de septiembre de los años pares, el triunfo de las huestes del rey García Ximenez sobre el poderoso ejército sarraceno, con la ayuda de la intercesión divina en forma de cruz. Dicha recreación es conocida como La Morisma.







Una de las edificaciones más destacadas es la iglesia románica de Santa María, considerada como uno de los mejores ejemplos del románico del Alto Aragón.










DÍA 2. VALLE DE BUJARUELO. RIO ARA.

Aunque el valle de Bujaruelo no pertenece por muy poco al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, tiene toda la grandeza y espectacularidad de este espacio protegido que cruzando el puente de los Navarros, continúa por una pista forestal por el fondo del valle de Bujaruelo, hasta llegar a la ermita de San Nicolás de Bujaruelo, punto donde finaliza.
El lugar, declarado "Reserva de la Biosfera", alberga frondosos hayedo-abetales y extensos prados y lagos.
El camino desde el desvío del puente de los Navarros hasta San Nicolás de Bujaruelo tiene algo más de 6 km de largo, y puede hacerse en coche o andando. Hay dos campings en este trayecto, pero dejamos el coche un par de kms. antes ya que el tiempo empeora por momentos, hace mucho viento, el cielo está muy encapotado y nos caen pequeños copos de nieve.




No nos atrevemos a seguir con el coche, así que remontamos por la pista andando, hasta llegar al primer camping.
Desde aquí, cruzamos el río Ara por un puente metálico y nos volvemos por el otro margen del río. Esto nos permite seguir disfrutando de un frío intenso y unos espectaculares paisajes.











Obsérvese la foto de la cascada y compárese con la misma dos días después, en la misma entrada de blog.







Vigilia de la festividad de Reyes. 
Nos encontramos en Jaca con una bajísima temperatura que agradecemos a este invierno que tanto se ha hecho esperar.
Su proximidad a los centros invernales de Astún y Candanchú la convierten en la capital de la nieve. 
Recorrido por la calle principal muy animada a estas primeras horas de la noche.
Visita a la Catedral Románica de Jaca, cuya construcción se inició hacia 1082.








El núcleo antiguo acoge otros muchos edificios de interés como la Ciudadela, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVI, y que alberga el Museo de Miniaturas Militares; el Ayuntamiento renacentista o iglesias como la de Santiago, del Carmen o San Salvador y San Ginés, con el sarcófago de la infanta Doña Sancha, auténtica joya de la escultura románica.



DÍA 3. CAÑÓN DE AÑISCLO. RÍO BELLÓS. 


Amanecer desde el ventanuco de la habitación. La temperatura del exterior promete ser fantástica.





Para llegar al Cañón de Añisclo, se accede por carretera desde la población de Escalona y Tella. Comprende la cabecera o nacimiento del río Cinca, uno de los cursos fluviales más importantes de Aragón junto con el río Ebro.
Accedemos por una estrecha carretera de único sentido, rodeada de un maravilloso y agreste paisaje.
La enorme quebrada serpentea entre los recovecos del río.




Se llega una zona de aparcamiento, y partir de aquí se puede comenzar una magnífica ruta que se adentra en este valle.
El puente medieval de San Úrbez, al inicio del itinerario destaca por su típica arquitectura constructiva, de 30 mts. de altura sobre las aguas del río Bellós.








El camino lleva hasta el ermitorio de San Úrbez, santo y pastor que vivió en esta cueva en el siglo VIII.







Seguimos la ruta hacia el fondo del valle, siguiendo el GR 268.






Las umbrías que se encuentran junto al camino, permanecen cubiertas de una gruesa capa de musgo que va cubriendo toda la zona. 






















Llegados a este punto ya no seguimos adelante. Empieza a ser tarde, todavía no hemos comido y nos queda por visitar otra parte del parque, así que retrocedemos por el mismo camino.




Momento para comer buscando el calor del sol y aprovechando que todavía no se ha ocultado detrás de las altas peñas del fondo.






En otro enclave del camino, nos desviamos por un sendero que desciende hacia el fondo del valle.
En el recorrido, un cartel que nos informa de un personaje, para mí desconocido hasta hace pocos días. Un libro suyo en un comercio de Broto, fue mi primer acercamiento.
Lucien Henri César Briet fue un escritor, fotógrafo, explorador y pireneísta francés.
Recorrió el Pirineo aragonés y contribuyó a expandir muchos lugares, especialmente el valle de Ordesa que conoció en 1881. Sus obras contribuyeron a mostrar la necesidad de la creación del Parque Nacional.




Destaca su libro Bellezas del Alto Aragón, publicado en Huesca en 1913, donde nos cuenta sus exploraciones por Ordesa, el Valle de Arán, Escuain, Bielsa o Mascún.










Al fondo encontramos las cascadas del río Aso que descienden por una cortadura entre las rocas.










Un poco más adelante descendemos por un sendero para visitar las ruinas del antiguo molino de Aso utilizado en otros tiempos para moler el cereal y también para generar la energía eléctrica que era aprovechada por los pueblos del entorno.




Con la llegada de nuevo al aparcamiento de coches, damos por concluido este espectacular itinerario.
Ahora remontamos por la carretera hacia lo alto de la montaña, donde se encuentra un mirador. Desde este lugar, se puede admirar un soberbio espectáculo que, sin duda, enaltece los sentidos.











Seguimos ruta por una carretera que lleva a un pequeño pueblo casi perdido en lo alto de una estribación montañosa, Vio. 
Vamos descendiendo por otra carretera con mucha precaución ya que hay zonas de la calzada que están heladas.





Hacia el atardecer llegamos de nuevo a Broto, y nos da tiempo para ir de nuevo a Torla donde encontraremos un único bar abierto, "A Borda Samper", donde tomar unas infusiones calientes y reponernos del frío.






DÍA 4. VALLE DE BUJARUELO. REGRESO


Esta mañana, después de abandonar la casa rural, y bien cargados con todas nuestras pertenencias invernales, intentamos de nuevo volver al valle de Bujaruelo.
La temperatura la pasada noche ha descendido todavía más. Al llegar al lugar, podemos contemplar un imponente paisaje helado.
Al fondo la cascada ha quedado completamente congelada. 






Al lado del camino encontramos también un espléndido panorama de témpanos o carámbanos como salido de un mundo de fantasía.
Hay que detenerse obligatoriamente a pesar del frío reinante.










Tampoco en esta ocasión hemos podido llegar al final del camino, ya que está bastante impracticable para el tipo de vehículo que llevamos.
Nos queda pendiente para otra ocasión...
Dejamos atrás el valle de Bujaruelo, y también el Parque Nacional de Ordesa. Nos enfrentamos ahora a otros horizontes más soleados y mucho menos atractivos.
En la carretera hay que detenerse ya que otros peatones tienen preferencia.
Mientras cruzan parsimoniosamente el puente, pienso...






... que atrás quedan muchas cosas por ver, muchas cosas por sentir, muchos horizontes. ¡Demasiados!.


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