En esta ocasión hemos confiado nuestros pasos y nuestra alma a un GPS Dakota 10. Aquí se han descargado los tracs para la ruta que ha comenzado este sábado a las 8:15 de la mañana.
El punto de inicio, Les Fonts de Terrassa. En este lugar comenzamos a caminar, con un cielo gris pero con una temperatura muy suave. No hay que olvidar que estamos en noviembre. La noche anterior ha llovido muchísimo, tanto que casi se anula la excursión, pero esta mañana no parece probable que siga lloviendo. Nuestro destino es Olesa de Montserrat.
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| Dakota 10, nuestro guia espiritual... | 
Enfilamos  por el camino y rápidamente llegamos a una Font situada a un lado del  camino. A partir de aquí vamos en suave bajada y entramos en una pista  forestal muy agradable.
Allá a lo lejos queda la ciudad, rodeada de las ya famosas “brumas matinales”. Seguimos en muchos caminos el GR6 y el GR 96. 
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| Brumas matinales. Despierta el día... | 
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| Suave bajada por la pista. | 
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| Indicador de ruta. | 
Nos  alejamos de la población de Terrassa, que ahora vemos allá a lo lejos,  como un enorme y compactado conjunto de edificaciones.
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| Hacia Olesa de Montserrat... | 
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| Mas brumas matinales. | 
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| Gotas de lluvia sobre... | 
Llegamos a la primera urbanización que cruza la ruta, se trata de la urbanización Can Solà.
Vamos hacia la Serra de les Martines. Un cartel en una de las paredes de la calle nos lo aclara todo.
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| Indicador Camí de les Martines. | 
Cruzar  la urbanización no supone ningún deleite ya que el paso de cualquier  viandante provoca que una horda de perros comiencen a ladrar,  contagiandose unos a otros como alma que lleva el diablo. Realmente  resulta muy molesto someterse a semejante concierto matinal.
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| Urbanización Can Solà. | 
Llegamos  a una transitada carretera que seguimos por su arcén diminuto durante  aproximadamente un kilómetro. De allí bajamos hacia otra urbanización,  si no la misma, donde podemos seguir escuchando este concierto  orquestado por multitud de perros ladradores.
A  pesar del Dakota, perdemos la ruta… ¿despiste?... Encontramos a un  personaje con un perro pitbull al que preguntamos por el sendero. ¿Quién  se parece a quién?...
Bueno,  nos indica. Ahora entendemos porque hemos pasado por delante del inicio  de este sendero y no nos hemos dado cuenta. ¡Parecía un terreno por  construir!.
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| El inicio de la pista perdida... | 
Enfilamos  por la senda y nos vemos envueltos de una húmeda, olorosa y abundante  vegetación. El sendero es fantástico, una auténtica gozada.
Parece que hoy no va a ver ningún problema de pérdida, el nuevo navegador nos indica la ruta a la perfección. 
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| Al fin, el fantástico sendero... | 
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| GR y PR, hacia Montserrat. | 
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| El húmedo suelo del sendero otoñal... | 
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| Las hojas verdes del otoño... | 
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| Sendero. Hacia Olesa de Montserrat. | 
El  sendero por el que transitamos es el Camino de Santiago que lleva hasta  uno de los lugares mas emblemáticos de esta zona, el Monestir de  Montserrat. 
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| Señalización Camino de Santiago. | 
Nos  encontramos cerca del pueblo de Ullastrell, vemos su silueta recortada  en lo alto de una montaña. 
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| Cruce de rutas... | 
Es el momento de desayunar, y para esto  buscamos el restaurante mas apropiado.
Una  vez hallado, hacemos esta tradicional parada para reponer fuerzas. El  menú sigue siendo por ambas partes el tradicional, el que cada uno prefiere. 
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| La hora del desayuno. | 
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| La tradicional "Coca amb Xocolata" | 
Como  también es habitual, la acuarela tiene su momento, y es aquí mismo  donde Eduard encuentra inspiración para su momento artístico. 
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| Ullastrell...tras la silueta... | 
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| Primeros esbozos... | 
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| El artista y la naturaleza. | 
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| Ullastrell. Acuarela original del artista | 
La  últimas lluvias empiezan a movilizar el crecimiento micológico de  hongos y setas. Encontramos allí mismo un pequeño tronco que reluce con  unas pocas esporas.
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| Fotografíando las setas... | 
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| Caprichos del tronco. | 
Se  levanta el campamento y vamos bajando hacia la Riera de Gaià.  Generalmente esta no lleva agua, pero ahora, podemos ver a lo lejos un  buen caudal.
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| La Riera de Gaià. | 
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| Otoño. Riera de Gaià... | 
Descendemos hacia ella por un sendero empinadísimo donde los frenos de disco de nuestras botas  se ponen a prueba. Una delicia de descenso.
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| Descenso por el sendero hacia la Riera de Gaià. | 
Nos  encontramos ya en la Riera de Gaià. No es nada recomendable pasar por  aquí en época de lluvias ya que inesperadamente puede bajar una gran  riada. 
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| La Riera de Gaià. | 
Aquí encontramos a varios jóvenes y a unos practicantes de  motocross circulando sobre el agua. Con el ruido de sus máquinas rompen todo el encanto de este bello lugar.
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| Los pajarracos motorizados. Riera del Gaià. | 
Parece  que este entorno está muy solicitado, una pareja que está haciendo  también una ruta, se han despistado y nos pregunta por dónde ir.  Nosotros confiamos en el Dakota, y vemos que nuestro sendero sigue por  el otro lado de la riera. Debemos cruzar el curso del riachuelo para  adentrarnos en el sendero que nace al otro lado. No sería la última vez.
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| Cruzando la Riera del Gaià. | 
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| De Oca a Oca y cruzo porque me toca. | 
No  sin cierta dificultad conseguimos cruzar el agua. Para ello usamos  algunas piedras que arrojamos en medio de la corriente y así conseguimos  llegar al fin a la otra orilla.
El  agradable camino transcurre por entre una tupida vegetación. 
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| El Gran Cañón de la Riera de Gaià. | 
El suelo  está embarrado, así que tenemos que tener cuidado de no pisar demasiado  barro mientras vamos ascendiendo por el otro lado. 
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| Con el barro en los pies, campo a través... | 
Al  cabo  de un rato parece que comenzamos a despistarnos. La construcción de una  autovía ha destrozado el terreno y el camino por dónde deberíamos ir;  así que todo el gozo en un pozo…              
Seguimos  al despiste y bajamos hacia la base de un enorme puente de la autovía,  que cruza el accidentado terreno. Las columnas de hormigón son cíclopeas  y nos sorprenden por su tamaño. 
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| Enormes pilares del puente... | 
Parece  que el camino sigue por el otro lado… pero llegamos a un tajo de  terreno sin salida. Parece el “ Gran Cañón…” Estamos atrapados en un  callejón sin salida. El amigo Dakota señala la ruta por el margen del  río que nosotros hemos dejado hace ya mucho rato. ¡Otra vez nos hemos  perdido!. 
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| Extraviados... | 
Decidimos llegar hasta la desierta autovía,  y  para llegar a ella hemos de trepar por una elevación del terreno.  Buscando el sitio menos escarpado encontramos una raíz que sale de la  tierra, y de esta manera podemos pasar este obstáculo.
Hemos  llegado a la parte de la autovía en construcción. Evidententemente  nadie circula en la desierta pista de asfalto. Avanzamos como  autoestopistas abandonados.
 
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| Poco tránsito en la autovía... | 
   
Al final, la autovía termina en una montaña  que va a perforarse para pasar el túnel. Remontamos por su vertiente,  pues así parece indicarlo el compañero Dakota, pero nos metemos en otro  callejón sin salida. Nos rodean precipicios por ambos lados.
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| Por aquí no hay salida... | 
Tras dudar un rato que camino seguir, decidimos probar por el margen de otro riachuelo que vemos bastante cercano. 
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| Cruzando de nuevo otra riachuelo... | 
Finalmente  parece que ahora sí que volvemos a retomar la ruta correcta. Vamos  remontando el riachuelo por el  margen derecho y tenemos que ir saltando a menudo  de una orilla a otra. Esto provoca que en mas de una ocasión, al no  calcular bien las distancias, vayamos directamente a pisar dentro del  agua.
Encontramos de nuevo las motos cruzando por las pistas forestales y el río.
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| Otra vez los pajarracos en sus  motos. | 
Entramos en otro camino lateral que nos va alejando del rio. En este lugar, podemos disfrutar de una vegetación otoñal de una coloración extraordinaria.
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| El otoño. Cerca de la Riera de Gaià. | 
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| El mismo otoño anterior... | 
Vamos por buena senda remontando por una pista forestal, a tramos bastante encharcada.
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| Grandes charcos en el camino. | 
Al  poco vemos las primeras casa de otra urbanización. Se trata de la  urbanización Oasi, (menudo nombrecito le han puesto…). Los ladridos de  los perros no son tan insistentes, pero a pesar de todo continúan con su  algarabía. Hacemos una breve parada y compartimos nueces y almendras.  El amigo Dakota nos vuelve a despistar ya que hemos pasado el camino a  seguir sin darnos cuenta, pero su voluntariedad hace que de nuevo  retomemos la justa senda. Preguntamos a una señora de la urbanización y  nos indica también  por el camino adecuado. Nos comenta que la noche anterior, cayó una verdadera tromba de agua en este lugar. Llegamos a la parte alta de la urbanización. Aquí encontramos unas señalizaciones que nos acercan ya definitivamente a nuestro destino.
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| Otra señalización. | 
Vamos bajando por una  pedregosa pista. Delante nuestro se destaca majestuosa la montaña de  Montserrat, bien perfilada bajo un cielo encapotado. Este será en un  recorrido venidero otro de nuestros objetivos. De momento el  descenso pronunciado nos lleva al cabo de unos 20 minutos a Olesa de Montserrat.
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| Montserrat entre las nubes. | 
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| Hacia Olesa de Montserrat. Senderos varios. | 
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| El pedregoso camino hacia Olesa de Montserrat. | 
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| Olesa de Montserrat. | 
 
En  la estación del ferrocarril nos esperan la señora de Eduard y su  cuñada. Son las tres de la tarde y en  un restaurante que se  encuentra delante de la estación, aprovechamos para reponernos del trayecto  realizado.
Hemos  caminado unos 22 kilómetros. Afortunadamente ha sido una buena  excursión, ya que como he comentado, la noche anterior pronosticaba muy  mal tiempo.
Y así, con muy buen sabor y deleite, hemos disfrutado de una naturaleza como siempre sorprendente.
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| Mapa 1. De les Fonts a Urbanización Can Solà. | 
 
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| Mapa 2. De Urbanización Cal Solà a Ullastrell. | 
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| Mapa 3. De la Riera de Gaià a Olesa de Montserrat. | 
Posdata. Sin el Dakota 10, estamos convencidos que hubieramos llegado a Olesa con mucha dificultad. Al extraviarnos del camino, debido a la construcción de esta terrible autovía, con este GPS pudimos seguir y encontrar de nuevo la ruta. Así somos y así lo contamos...