BECEIT. LES GÚBIES DEL PARRISAL. RIU MATARRANYA. Ruta de Senderisme.
Les Gúbies del Parrisal, es uno de estos lugares emblemáticos que hay que conocer. Se encuentran en "Els Ports", concretamente en Beceit.
Y hasta aquí nos hemos trasladado esta mañana del mes de agosto para disfrutar de un día de refrescante naturaleza.
Hoy hemos dejado el pedaleo betetero por la andadura senderista, y comenzamos atravesando esta especie de agujero excavado en la roca para adentrarnos en el Parque Natural dels Ports.
El bíker no pedalea, hoy anda.
Pronto aparece ante nosotros una indicación de unas pinturas rupestres, a las cuales acudimos prestos a contemplarlas. Pero nuestra decepción penetra rápidamente en nuestros ánimos cuando, después de mirar y remirar, nada se perfila a nuestra vista. Aquí os dejo con estas fotos para que busquéis y coparéis tales grabados prehistóricos. ¡ Mucha suerte !.
Dirección pintura rupestre...
Buscando la pintura...
Guía de lo que debería verse y no se ve...
Un poco más arriba encontramos una gran cavidad, la denominada "Cova de la Dona". No podemos evitar subir a dar una mirada y adentrarnos hasta el fondo. La subida es muy empinada, pero merece la pena.
Subiendo a la "Cova de la Dona".
Desde el interior...
Cova de la Dona.
A partir de aquí, comenzamos nuestra ruta senderista, adentrándonos en esa naturaleza magnífica y siguiendo el cauce del río Matarranya.
Nos cruzamos con un grupo de tres excursionistas que están realizando una "travesa pels Ports", es decir una ruta de 5 días denominada "Estels del sur". Dejo un link de información. Promete muchísimo.
www.estelsdelsud.com
En los pasos dificultosos, encontramos pasarelas de madera para evitar la apetecible mojadura. El agua es limpia y cristalina. El río nace más arriba.
Por las pasarelas...
El agua del Matarranya.
El salto del Matarranya.
Apetece el baño estival y más en estas cristalinas aguas, pero de momento, seguimos remontando el curso del río. Tiempo habrá, creo...
Reflejos en el agua...
Una parada para refrescarnos con unas frutas y nueces. El espectáculo de esta naturaleza resulta fantástico.
Sólo se trata de ir siguiendo el río, y dejar que la mente por si sola descanse y observe atenta...
El pequeño tentempié...
Siguiendo el curso...
El paraiso natural...
El agua permanece tan limpia que se ve prácticamente el fondo del río. La roca permanece semi-hundida y erosionada por la acción de las aguas.
El fondo etéreo...
Los peces en el río...
Contemplando...
Siguiendo...
Al cabo de una hora de camino tranquilo, llegamos a un punto en que el agua desaparece, se funde bajo unas enormes rocas, y se acaba todo...
Ahora sólo aparece un lecho reseco y lleno de piedras que dan una imagen dantesca a este entorno privilegiado.
El lecho seco... el árbol muerto...
Sobre una roca descansamos un rato y decidimos seguir por el empedrado sendero que se adentra hacia la profundidad del desfiladero... El espectáculo es cada vez más majestuoso.
Descansando sobre el cauce seco...
En algo más de media hora llegamos al que parece el punto final de la excursión. Las famosas "Gúbies del Parrisal", unas paredes de roca que encierran al río en un paso de un metro y medio de anchura. El sonido, la solitud y el lugar, subliman el cuerpo y la mente.
Parece que nos encontramos en el desfiladero que da paso a la ciudad de Petra.
Y en parte, hemos conseguido llegar hasta aquí porque el río se ha secado. Las últimas lluvias abandonaron el lugar hace un par de meses. Por este motivo se ha secado y solamente un fino hilo de agua se pierde entre las rocas.
En otra época, hay que llegar hasta este lugar prácticamente a nado. Por desgracia, hemos tenido suerte.
Las fotos lo dicen todo.
Entrada a Les Gúbies del Parrisal.
Les Gúbies... de Petra.
El río entre Les Gúbies...
La gran natura...
La màgia de Les Gúbies.
Una vez sublimada nuestra experiencia, deshacemos el camino andado y tras un pequeño refrigerio allá donde las aguas vuelven a emerger seguimos nuestra impresionante ruta.
La contemplación de este pequeño paraíso natural, no tiene fin. Nos cuesta ir abandonando el lugar.
La mirada perdida...
Pero finalmente, lo hacemos, y de la mejor manera, caminando por las aguas a modo de exploradores. La experiencia resulta de lo más interesante.
Como en un lugar del África...
Hemos grabado unas imágenes con la cámara fotográfica. La calidad no es buena, pero nos da una idea de este entorno.
El río que se va...
Y aquí termina esta ruta, en el mismo lugar dónde ha empezado (lógicamente). Nos llevamos en el recuerdo una experiencia inolvidable.
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