Las siete de la mañana. El orto solar se perfila en el horizonte de tejados y antenas de la gran ciudad. La luna menguante brilla junto a otros dos planetas que destacan en el cielo nítido y oscuro.
Evidentemente, es una hora intempestiva para un sábado, pero también es signo inequívoco de ruta senderista.
En esta ocasión, vamos a realizar un itinerario que comienza en la población de Gavà.
La ruta pertenece a un libro, "Excursions a peu pel Baix Llobregat", y sus autores son Miquel Julià i Sans y Jordi Sierra i Roura.
He decidido hacer esta ruta para rendir un homenaje póstumo a uno de sus autores, concretamente a Miquel Julià Sans, nacido en Viladecans en 1971 gran apasionado de los diferentes deportes de montaña.
Saliendo de la población, nos adentramos hasta el fondo del valle siguiendo por un magnífico camino.
El rocío de la noche queda reflejada en esta tela arácnida en la que parecen flotar las diminutas gotas de agua.
Un poco más adelante tenemos ocasión de volver a fotografiar al género arácnido bien presente en el centro de tan intrincado laberinto.
Nos adentramos por caminos, con antiguas masías de siglos pasados, cuando esta zona era tierra de agricultores.
Pasamos al lado de una masía, Can Tríes y un poco más adelante, la masía de Can Roig , rodeada de campos de cerezos.
Ahora nos desviamos a la derecha por un magnífico sendero lleno de vegetación.
Hemos llegado a otra gran edificación entre los árboles que la rodean. Se trata de Can Amat, una gran finca particular donde convergen diversas masías. Tiene también una pequeña ermita.
Cruzamos la finca y admiramos sus grandes construcciones.
Seguimos ahora otro sendero que va subiendo por la montaña. Es la serra de les Ferreres, donde a principios del siglo XX había unas minas de hierro actualmente abandonadas.
Volvemos a caminar por un sendero realmente extraordinario. Las lluvias de los últimos días permiten disfrutar de un elevado grado de humedad, lo cual se evidencia en el crecimiento por doquier de setas.
Seguimos por otro sendero que va remontando el valle, y encontramos una curiosa fuente. Es la Font del Sagrat Cor, con mosaico incluido y exvotos a pié de las hornacinas. Dichos exvotos no dan demasiado ánimo, que digamos.
Después de una subida con un importante desnivel, hemos llegado a la ermita de Bruguers. Una losa en el suelo así lo atestigua.
La ermita de Bruguers es una obra originalmente románica del siglo XIII. situada en Gavà que constaba de una nave y que se amplió en 1509.Tiene un ábside semicircular con ménsulas, un portal gótico-renacentista y una espadaña truncada, ante el que se conserva una cruz de término de la misma época. Se venera la Virgen de Bruguers.
Actualmente forma parte de las propiedades de la parroquia de San Pere de Gavà. La capilla, que fue destruida parcialmente durante la guerra de 1936, presenta el aspecto de la restauración realizada en 1960.
Al fondo y en lo alto de la montaña, puede verse el castell de Eramprunyà, lugar donde vamos ahora a comenzar a subir.
Ya lo hicimos en otra ocasión, en una ruta que seguía una etapa del GR 92:
Pasamos por la famosa "Roca Foradada". Imprescindible foto.
A medida que vamos ganando altura podemos disfrutar de unas magníficas panorámicas.
Desde aquí un sendero nos llevaría a la Santa Cova y en 400 mts. llegaríamos a la antigua ermita del castillo.
Nosotros en esta ocasión no vamos a ir. Quizá lo dejemos para otra ocasión ya que esta exploración nos llevaría mas de 30 minutos.
Hemos llegado cerca del castillo. Una valla protege su restauración i nos impide el acceso, así que seguimos por la evidente pista, ahora descendiendo lentamente.
En la distancia se puede observar el famoso "Puig de les Agulles" al que hemos llegado en otras ocasiones desde la población de Begues:
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| Puig de les Agulles. |
En nuestro recorrido, encontramos gran abundancia de un arbusto muy característico en estas zonas mediterráneas. Es el arç blanc, llamado también cirerer de pastor. Sus frutos rojizos y maduros pueden comerse sin ningún problema.
Pasamos por las ruinas de una masía, Can Passoles, en ruinas y en un estado de deplorable abandono.
La pista se convierte en magnífico sendero. Es el camí dels moros, ya que en realidad era el antiguo camino para subir con caballos y carros al castillo de Eramprunyà.
A medida que vamos bajando hacia el fondo del valle, nos encontramos con restos de murallas que todavía se conservan en algún tramo del camino.
El camino pasa al lado de otras ruinas, la masía de Can Flocán.
Seguimos por el estrecho sendero que al poco remonta empinado en dirección a un depósito de agua que puede verse allá a lo lejos en la cima de una colina.
Desde lo alto se puede disfrutar de una dilatada vista de la denominada Vall de la Sentiu. Entre la tupida vegetación asoman varias masías que son historia viva de pasados siglos de Gavà.
Podemos ahora disfrutar de otra característica formación rocosa, el llamado Roc del Migdía. Un enorme pino clava sus raíces en la roca erosionada.
También puede contemplarse el castillo de Eramprunyà en otra perspectiva diferente a la del inicio de la ascensión.
Se pasa al lado de la antigua masía de Can Mas, y seguimos camino por una pista forestal sin apenas desnivel.
Acabada la pista se llega a la carretera que va de Gavá a Begues. La cruzamos y unos metros más arriba sale otra pista a la derecha, que seguimos.Vamos por la serra de Ferreres entre un bosque de espesos pinares, plácidos y agradables.
Al fondo podemos ver la población de Gavà en toda su extensión. Volvemos a la realidad cotidiana.
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| Gavà. |
Ruta de 14 kms. muy entretenida y aconsejable por la cantidad de senderos del itinerario. Dilatadas panorámicas y caminos de historia. No le podemos pedir más.
Aquí dejo el enlace:
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| Ruta realizada. |
Dedicada a Miquel Julià i Sans.
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