He llegado a la población de L´Ordal, Barcelona. El lugar lo cruza la N-340 que se dirige hacia el sur pasando próxima a las tierras vinícolas de la comarca del Penedés.
Me he detenido el tiempo justo para comprar el desayuno. He dejado el coche frente a la panadería y he entrado rápidamente en el establecimiento. Después de envolverlo he salido raudo para coger de nuevo el coche y dirigirme por la nacional hacia desvío que en pocos kilómetros me lleva a la población de Sant Pau d´Ordal, lugar visitado en anteriores ocasiones ya que fue también punto de inicio de otras rutas realizadas.
Aparco el coche en la pequeña plazoleta al sol de los grandes arboles que allí dan sombra a los afortunados automovilistas que han madrugado más. Son ahora las 8:45 de la mañana.
Plaza de Sant Pau d´Ordal. |
Con la mochila a cuestas, el itinerario me lleva al otro lado de la población, justo al inicio de la ruta. No se ve ni un alma, y cruzo silencioso por la larga y empinada calle. Es el "carrer de la font".
Al final de la calle paso delante de un corral de gallinas y en un momento me encuentro ya bajo la sombra de los pinos.
Una gran panorámica de la "Plana del Penedés" con sus viñedos en primer término, bajo los augurios de un sol justiciero.
Un pequeño detalle absorbe la atención de quien esto escribe. Sobre las piedras del camino un gran ejemplar mariposea estático sin asustarse mínimamente de unos pies que por poco aplastan su dignidad.
El andar me lleva hasta una gran edificación que, ha decir verdad, resulta francamente encantadora. Es "Can Mata del Racó", nombrecito dónde los haya.
Lo dicho, pernoctaría aquí por una temporada... larga...
Regreso por el mismo camino que me ha llevado hasta la casa durante unos 200 mts. y ahora voy por un primaveral sendero que nace a mi derecha.
Es estupendo ir caminando por este lugar. La temperatura es la ideal, aunque sopla de vez en cuando el céfiro de mayo que aún trae su punto de refresco.
Desde este lugar puede verse la población de Sant Pau d´Ordal, lugar de inicio del itinerario.
Una barraca de piedra seca junto al camino. Es la barraca de la cova Miseracs. La abundante vegetación que corona su parte superior, evita que se produzcan humedades en el techo.
Me desvío para buscar una pequeña cavidad que se encuentra junto a las rocas de la montaña que ahora tengo enfrente...
La cova Miseracs es una pequeña cavidad que tiene 60 metros de recorrido, pero a la primera ojeada parece mucho menos profunda. Para llegar al fondo de la misma, hay que ir arrastrándose y gateando con pasos bastante dificultosos. No intento explorar la profundidad de la cavidad, no sea que me ocurra lo que le ocurrió a Albert Sardá, un deportista que se atrevió a penetrar en ella. Aquí el enlace.
La cova Miseracs |
Vuelvo a la ruta y sigo por plácidos caminos de buena trazadura. Me rodea la verde y encantadora estación primaveral. Las flores y la vegetación crece exuberante por doquier. Todo es contraste, luz, colores y plantas, animado por el jolgorio de los pájaros que encuentran entre los arboles el seguro refugio de su existencia.
Al fondo de los abundantes viñedos de la zona se levanta la cíclope mole cárstica de Montserrat. Un paisaje magnífico que esta mañana tengo la fortuna de disfrutar.
Montserrat al fondo... |
Un poco más adelante entro en un pequeño bosquecillo y llego al punto más elevado del lugar, coronado por un vértice geodésico. Es la Torre de La Guàrdia a 384,6 mts. de altura.
El vértice se encuentra sobre los restos de una primitiva estructura que debía ser lugar de observación en la época alto-medieval.
Abandono el punto geodésico por un serpenteante y plácido sendero entre los arboles. Comienzo a buscar un lugar para desayunar ya que son casi las 10 y media de la mañana.
Finalmente hago la pausa... y comienzo a degustar la compra realizada esta mañana en la población de L´Ordal. Este es el producto del trabajo en el obrador de "Cal Pelegrí", parada obligatoria si pasamos por el lugar.
La suculencia de la "coca amb xocolata" no se hace esperar. Aquí, en este lugar, a la sombra relajada y tranquila, escuchando el sonido de la suave brisa y de los pájaros que revolotean... realmente son momentos de pura intimidad y sosiego.
Mientras sigo el camino todavía siento en el paladar la esencia del desayuno que ha culminado con la habitual pieza de fruta. Ahora voy en suave descenso entre explosiones amarillas de "Ginestra". Todo un espectáculo visual que alimenta los sentidos.
Otra barraca de piedra seca junto al camino.
A lo lejos una pequeña población a la que dirijo mis pasos. Es Sant Sebastià dels Gorgs, y en primer término una explotación de viñedos pertenecientes a una heredad. Son las Viñas de la Menciona.
Masía de "Can Milá de la Roca". Esta es la dueña de estos viñedos que me rodean a ambos lados del camino.
Tampoco rechazaría la opción de quedarme una larga temporada en el lugar. Acepto propuestas.
Y es que el lugar está cualificado como masía rural con enlace a su web.
Y es que el lugar está cualificado como masía rural con enlace a su web.
Llama la atención la raíz del pino que araña la roca y no logra penetrar en ella a pesar de los años que ha dedicado en el intento.
Saliendo por el camino junto a la carretera BV-2428, se encuentra este cartel a la antigua usanza del western americano.
Mas adelante, cruzando de nuevo grandes extensiones de viñedos, voy acercando mis pasos al conjunto de casas apiñadas, en medio de la gran planicie, que forman el núcleo de Sant Sebastià dels Gorgs.
El camino vecinal por el que voy andando, conforma también un ambiente de floreada ambientación propia de la estación en que nos encontramos. Toda una delicia de paisaje que me sigue sorprendiendo a pesar de las primaveras transcurridas con el paso de los años.
Acercándome a la pequeña población de aire medieval...
El espléndido camino se transforma en sendero que ahora discurre junto al "torrent de Baix", con un caudal de aguas casi inexistentes, pero cuya humedad ha hecho proliferar una abundante vegetación que dificulta en cierto modo el avance.
Entro en Sant Sebastià dels Gorgs. Destaca al fondo una edificación de aires románicos y de bella estampa arquitectónica. Voy acercándome a ella cruzando una desierta calle principal.
La pequeña población tiene aires de nobleza medieval con construcciones de recia estructura.
San sebastià dels Gorgs tiene como monumento mas destacado, el antiguo cenobio benedictino que aparece en documentos de 976, cuyo origen se encuentra en una donación realizada en 1024 por Ermengarda, hermana del vizconde de Barcelona. Donó unas tierras para que se instalara en ellas una comunidad de monjes. La fundación del monasterio corrió a cargo de su hijo Mir Geribert. Se desconoce la fecha exacta de la fundación del cenobio que, en 1052 contaba ya con una comunidad formada por cinco monjes, regidos por el abad Miró.
La prosperidad del monasterio fue poca y en 1059 el propio Mir Geribert lo unió al de San Víctor de Marsella en calidad de priorato. En 1412 fue comprado por el monasterio de Montserrat que realizó diversas obras de restauración aunque no consiguió recuperar el esplendor del cenobio. En 1820 quedó convertido en parroquia.
Un perrito vigilante controla mis pasos cercano a la edificación y alertando al vecindario con inoportunos ladridos vertidos sobre un personaje que curiosea el lugar.
Me traslado a la entrada principal del recinto monástico y sigo admirando la estructura arquitectónica de la soberbia construcción.
Aquí puede verse al detalle la iglesia, dedicada a Santa María, de origen románico, que conserva la antigua portalada de este periodo con un tímpano del siglo XII. En el aparece la figura del Cristo en Majestad enmarcado por una mandorla.
Un poco más adelante destaca otra edificación con gran verja de entrada, a usanza de aires de edificio medieval. Tampoco debe ser desdeñable pernoctar en el lugar.
Abandono la población por el mismo lugar por el que he llegado. Ahora enfilo recto después de cruzar de nuevo el "torrent de Baix" bajo el amparo del suave viento que mueve los altos chopos que se encuentran a su vera.
Y aquí me siento durante unos minutos a la sombra de los arboles mientras me deleito con algunos frutos secos que siempre llevo conmigo. Un par de piedras me sirven para partir las cáscaras de las nueces, las avellanas y las almendras. ¡Y quedo como un rey!, escuchando el trinar de los pájaros y el aire susurrante que se desliza entre las hojas.
Y aquí me siento durante unos minutos a la sombra de los arboles mientras me deleito con algunos frutos secos que siempre llevo conmigo. Un par de piedras me sirven para partir las cáscaras de las nueces, las avellanas y las almendras. ¡Y quedo como un rey!, escuchando el trinar de los pájaros y el aire susurrante que se desliza entre las hojas.
El camino es recto y se pierde en el horizonte magnífico y soleado de la avanzada mañana. He decidido inmortalizar el momento y el lugar presente con una foto de puro narcisismo para deleite de generaciones venideras.
No es muy habitual en mí pero hoy me siento generoso a ofrecer a los lectores la presencia del anónimo andariego.
Es el "camí de Cantallops", otra pequeña población de sublime nomenclatura que logra despertar sensaciones al visitante que llega al lugar.
Al borde del camino, la suave pero insistente brisa mece y arrulla las hierbas que crecen en abundancia por todas partes. Es la "serra dels Xops".
Voy ahora por el "camí dels xops" pasando cerca de un terreno donde viven con pasmosa tranquilidad algunos ejemplares de caballos y burros.
De nuevo cruzando por caminos vecinales de extraordinaria belleza primaveral con abundancia de vegetación. Todo un referente al itinerario de esta mañana.
Llego finalmente a la población de Sant Pau d´Ordal, punto de inicio de esta magnífica ruta que me ha sorprendido gratamente por haberla realizado en esta precisa época del año.
De nuevo en la plaza, doy por concluido el itinerario. Aquí varios bares y restaurantes nos servirían para concluir con buenos aires el día, pero tengo que regresar al ruido de los coches y al ambiente de la civilización. Me queda de todo lo anterior un vivísimo recuerdo y una entrada de blog que me va a permitir recordar las brillantes sensaciones que he vivido con intensidad a lo largo de la mañana.
Han sido 11,32 kms. de recorrido con un desnivel de 282 mts.; prácticamente nada si lo comparamos con anteriores rutas realizadas.
Aquí dejo el enlace a esta ruta absolutamente recomendable.
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17834020
Ruta realizada. |
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