10/2/18

Per terres del Bergadá i l´Alt Urgell. Cim del PEDRAFORCA. GÓSOL. JOSA DEL CADÍ. TUIXENT. Turismo Rural MOLÍ DE FORNOLS. Ruta Turística.



Penetramos por una carretera que va ascendiendo lentamente a medida que nos vamos alejando de la ruta principal. Pronto nos vemos rodeados de una inmensa cantidad de nieve caída los días anteriores.
Aunque la carretera aparece completamente libre de nieve, a ambos lados las máquinas quitanieves la han amontonado en grandes cantidades.




A lo lejos aparece la pétrea mole de una montaña, el famoso “cim del Pedraforca” de 2506 mts.




En junio de 2013, realizamos una ascensión a su cumbre que explico con detalle en otra entrada del blog:

http://franclips.blogspot.com.es/2013/07/el-pedraforca-pel-refugi-lluis-estasen.html





Siguiendo por la misma carretera se llega a la población de Gósol, en la comarca del Bergadá. Parte del municipio se encuentra dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró. Se encuentra prácticamente cubierta por la nieve, y es que en los últimos días han tenido muchas dificultades de comunicación.






Abandonamos el pueblo y comenzamos a ascender hacia un puerto de montaña, el “coll de Josa”  de 1668 mts. que separa la comarca del Berguedà y el Alt Urgell. Cuando estamos a punto de culminarlo, las ruedas del coche comienzan a resbalar a causa del hielo, pero conseguimos llegar a la cima. Allí, el viento sopla con fuerza de vendaval arrastrando copiosa la nieve que se hiela sobre la carretera. Nos enfrentamos ahora al descenso del puerto. En un momento pierdo el control del coche que comienza a deslizarse con el riesgo de colisionar con otro turismo detenido unos metros mas adelante. Para evitar el choque un brusco giro de volante empotra el coche contra la nieve que cubre la valla de la carretera.
En medio del ventisquero no tengo otra opción que colocar una cadena en la rueda que queda libre.

Con muchas dificultades y con los dedos a punto de congelación, consigo colocar la cadena, pero aún así, no podemos salir del atolladero. Tengo que quitar la nieve que aprisiona el coche, y de este modo y empujando a su vez, conseguimos salir del lugar.
Una vez hemos bajado el puerto hay que sacar la cadena de la rueda, y seguimos ruta sin más dilación. Hemos perdido casi una hora en el ventisquero.
A nuestra izquierda otro pequeño pueblo en la cima de un promontorio, Josa de Cadí.





Llegamos a Tuixent, un característico pueblo de montaña con casas de piedra en una perfecta armonía con el entorno. A poca distancia se encuentra "La Vansa", una pequeña estación de esquí nórdico.




Nos separan 3 o 4 kms. de la masía rural donde vamos a pasar la noche.
Se trata del "Molí de Fòrnols", situado en un enclave privilegiado en plena naturaleza, rodeado de altas montañas, y dónde uno puede evadirse y disfrutar de una gran tranquilidad.  AQUÍ  el enlace.




Habitaciones cálidas, confortables y acogedoras que invitan al descanso después de la aventura acontecida en el descenso del puerto.






Desde su interior, un deleite contemplar la nieve caída en los últimos días. La nevada ha sido extraordinaria, y por este motivo han permanecido incomunicados durante tres días con el resto de la comarca.




La sala común, junto a la acogedora chimenea invernal, con un impresionante reloj francés que data de 1876, en perfecto funcionamiento y con carrillón incluido cada cuarto de hora.









A primera hora de la tarde, visita a la población de Tuixent. Las bajas temperaturas oscilando de 0º a -12º durante la noche, crean el clima ideal de conservación que tanto nos gusta para celebrar una escapada invernal.






En el pequeño núcleo puede visitarse un museo dedicado a aquel oficio que tan en boga estuvo en algunas poblaciones montañesas, "las Trementinaires". Mujeres que con arrojo y valentía recogían hierbas y plantas con  virtudes medicinales para elaborar remedios ancestrales adquiridos por transmisión oral. Su nombre lo deben a la trementina, obtenido por destilación de la resina del pino.
Estas mujeres recorrían enormes distancias entre poblaciones, cruzando valles y montañas para buscar las hierbas más apropiadas para las distintas enfermedades.
Pero hoy, el museo está... cerrado.






Las calles resultan casi intransitables, pero el mayor peligro es pisar superficies heladas, bastante abundantes dependiendo de la zona




Queremos realizar una pequeña ruta por los alrededores del pueblo por lo que descendemos hacia los campos que rodean la colina donde se asienta el pequeño núcleo.








A medida que avanzamos nos damos cuenta de la imposibilidad de caminar sobre la nieve ya que esta resulta blanda en exceso y el pié se hunde más de 30 cms.






Regresamos a Tuixent y volvemos a recorrer sus estrechas callejuelas colmadas increiblemente de nieve.






Pequeños carámbanos helados se perfilan entre los tejados anexos de la pequeña iglesia del pueblo.





Sant Esteve de Tuixent es una iglesia de estilo románico construida en el s.XI. Es de una nave cubierta con vuelta de cañón y capillas laterales. La puerta se abre en la fachada oeste en arco de medio punto.

El campanario, de planta cuadrada, presenta un solo nivel de ventanas en la parte alta. Antiguamente era acabada en punta, pero ésta desapareció a causa del incendio provocado por el impacto de un relámpago a principios del s.XX.




Desde este lugar pueden disfrutarse una vistas privilegiadas que aumentan el interés debido a la nevada.








Al poco el sol se oculta devorado por el horizonte de montañas y el pequeño pueblo se va sumiendo lentamente en el frío amenazante de la noche invernal.







Cenamos tranquilamente en el comedor de nuestro alojamiento rural y después salimos al exterior para contemplar una maravilloso cielo centelleante de enormes cúmulos de estrellas envueltos por la frialdad de la noche. Después nos arrebujamos entre las mantas de la acogedora habitación.
A través de la ventana, la amarillenta luz del farol apenas deja ver lo que se encuentra a pocos metros de la casa.
Esta noche el invierno se deja sentir en toda su crudeza.

Deliciosa noche y desayuno con inmejorables vistas tras la ventana.




Nuevo intento de recorrido por un camino que se adentra por el bosque y que sigue un itinerario que en poco más de una hora nos llevaría hasta Tuixent.






La nieve en este lugar es dura por lo que resulta fácil adentrarse en el bosque. Toda una gozada invernal en un ambiente fastuoso que nos enaltece de sobremanera.




Caminamos en un ambiente casi religioso en medio del silencio que sólo se rompe por ruido acompasado de nuestras pisadas sobre la nieve.
Nos adentramos absortos por un paisaje de extraordinaria belleza que solo la naturaleza nos puede brindar.
Es difícil describir un momento tan especial y auténtico como este. Es un momento decisivo para el recuerdo y el disfrute en armonía suprema.




No llegamos hasta el final. Debemos regresar por miedo a un nuevo cambio de tiempo. La meteorología no resulta demasiado propicia ya que después de la aventura de ayer...




Cercano a la masía rural donde nos hemos alojado, hay un pequeño estanque ahora completamente helado donde los patos que habitan el entorno tienen muy difícil poner la cabeza bajo el agua.







De nuevo en el coche, nos marchamos con cierta nostalgia. Dejamos atrás un impresionante paisaje nevado que sigue durmiendo el sueño del invierno, y remontamos otra vez el "port de la Josa", esta vez sin dificultades a causa del hielo.
Delante asoma la rutina diaria a la que nos enfrentamos inexorablemente. No hay mas opciones, hay que seguir alimentando los recuerdos y preparar nuevos destinos.





1 comentario:

  1. Es increíble la cantidad de rayos que impactan en las iglesias. No sé yo si será "signo" de algo...evocadora ruta. He ido por la zona y partir es casi imposible, tal es su magia.

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