31/12/20

TORRELLES DE LLOBREGAT. PI DE CAN CARTRÓ. ERMITA DE SANT RAMÓN. BOSC DEL MINYONET. Ruta de Senderismo.


A las 8:15 de la mañana estoy preparado para la última ruta de este año 2020 tan aciago para todos, cerrando de esta manera la tradición iniciada años atrás. 
Me encuentro en la población de Torrelles de Llobregat, en la provincia de Barcelona, con una mañana invernal de 1ºC. de temperatura. Una perfecta delicia para comenzar a andar.






Es la primera hora de los caminos solitarios, húmedos y fríos, inspiradores y silenciosos. El mejor momento del día.







A medida que voy ascendiendo ya se puede contemplar a lo lejos la población, agazapada entre las montañas donde comienza a penetrar tímido el sol.






Avanzando por el estrecho sendero que va remontando lentamente entre la maleza y la vegetación...







El sol comienza a lucir en todo su esplendor con una sinfonía de luces y colores que penetra entre las hojas invernales de los arboles.








Los lejanos horizontes permiten la relajación visual del observador. Otear la distancia forma parte del quehacer del senderista, mirar más allá...






Después de una prolongada subida, llego a la cima situada a 338 mts. de altura. Aquí se encuentra una cruz en medio de una pequeña planicie. En 1956, miembros de la Unió Excursionista de Catalunya levantaron aquí la Creu de Can Cartró.
Esta cima forma parte de la cordillera Litoral Catalana. En este lugar había un majestuoso ejemplar de pino piñonero, el Pi de Can Cartró, que desapareció en 1915. Según las crónicas de la época, era referencia de los marineros que llegaban al puerto de Barcelona. 






En el horizonte el mar y un velo de neblina que se levanta proveniente del fondo y que hasta hace poco tiempo ocultaba la población de Sant Climent de Llobregat.






Sobre la loma del fondo, la montaña de Montbaig, se puede ver la ermita de Sant Ramón, a la que me dirigiré después de descender de esta cima.






Desciendo por un sendero donde un árbol abatido por alguna tempestad, dificulta el paso, hasta encontrar un camino más ancho con unas buenas vistas.








Me encuentro en el Coll de can Biscarri, Sigo dirección hacia Sant Ramón.














El camino me acerca cada vez mas a la ermita de Sant Ramón. Cruzo un puente de madera sobre una carretera.






Ahora enfilo por un largo camino con una pronunciadísima pendiente.






Casi al final de este camino, encuentro una pequeña senda por la que me adentro. Una gran roca frente a unas magníficas vistas me servirá para iniciar el ya esperado desayuno.







Recordaré siempre este momento, con el particular crujido del pan y el buen sabor del atún, aderezado con tomate y unas aceitunas. De postre una naranja cierra el desayuno.
Con todo, tengo los dedos de las manos helados.
Sigo adelante, estoy a tocar de la ermita de Sant Ramón, monumental construcción edificada entre los años 1885 y 1887.






Desde este lugar se puede disfrutar de otra magnífica panorámica, con el mar al fondo y poblaciones como Castelldefels, Viladecans o Sant Boi de Llobregat...




Sigo ruta. Abandono el lugar por el camino principal y después de un recodo lo abandono por un pintoresco sendero que se adentra en un magnífico bosque. 







Más adelante y de nuevo en un camino más amplio, inicio el regreso, pasando por el mismo camino que había tomado anteriormente. Encuentro un desvío, el camí del bosc del Minyonet, y me adentro en él.






Magnífico recorrido por un paraje solitario y tranquilo. Aquí se puede disfrutar del momento apacible, del momento de la inspiración y del silencio...






En otro recodo del camino, comienza un exuberante y húmedo sendero que atraviesa un pequeño barranco.


                                   



Tengo que franquear también algunos troncos de arboles caídos que dificultan el paso.



                     



De nuevo, me encuentro en camino principal, franqueado por cerezos con troncos retorcidos que desafían la estación invernal.





El camino me lleva frente a otro enclave muy conocido por mí, donde se encuentra la Creu de Querol.






Sigo la ruta por otro camino que me deja ver el cercano final del itinerario, la población de Torrelles de Llobregat.





Me adentro ahora por otro magnífico sendero, en claro descenso entre el bosque.







Llego al final del itinerario. Aquí, junto al camino encuentro una profusión de plantas invasoras que se extienden con rapidez y a las que no se les presta demasiada atención. Se trata del miraguano falso, una especie sudamericana con una capacidad invasiva extraordinaria.








Final del itinerario. Una buena matinal que ha sido agradable colofón del año que ya tenemos casi sentenciado.
Han sido 11,68 kms, de recorrido con un desnivel de 530 mts. y muy buenos senderos en la ruta.
Aquí dejo el enlace:




Ruta realizada.



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