Último día del año 2022. Como ya es tradición desde hace ya unos cuantos años, toca ruta de senderismo. Puede decirse de este modo que terminamos bien estos 365 días que nos han precedido i que han quedado casi en el recuerdo.
Nos desplazamos al Parque Natural del Montseny, y más concretamente a la zona de Santa Fe del Montseny, lugar donde se encuentra el centro de información.
Junto al edificio se encuentran tres sequoias de ciclópeas dimensiones que son la admiración del visitante.
Frente al Centro de Información Can Casades se encuentra el inicio del itinerario. Desde aquí bajamos hacia la riera de Santa Fe. Cerca se encuentra una gran edificación que sorprende por sus características. Es el hostal Santa Fe.
Anexo al hostal, la ermita de Santa Fe, ya documentada en el 1231
Después de cruzar un pequeño puente de madera, iniciamos definitivamente la ruta.
El camino cruza un extenso bosque de hayas cuyas hojas caídas ocultan el sendero.
La gran cantidad de hojas dificulta en algunos tramos la subida ya que los pies se hunden prácticamente en el grueso manto de hojarasca.
Es la hora. Detrás de unas grandes rocas junto al camino nos detenemos para desayunar.
Aquí cada uno prepara sus ensoñaciones gastronómicas más apetecibles para el momento y el lugar donde ahora nos encontramos.
Obsérvese la refrescante "coronita" como es saboreada acompañando el bocata.
Satisfechos los deseos del hambre, seguimos la ruta entre los extensos hayedos.
Nos encontramos en el Pla Gran de la Cornera y, a partir de aquí, un sendero acotado con piedras nos llevará al Turó de Morou de 1307 mts. de altura.
Desde el Turó de Morou se puede contemplar una extensa panorámica.
El Sr. de la "coronita" posa de nuevo entre la irregular composición pétrea que da tan espectacular decorado.
En lo alto de la roca, un buzón para comentarios de alguna asociación excursionista.
Seguimos ruta en dirección al "empedrat de Morou", siempre entre las hayas y la hojarasca.
Este es el "empedrat de Morou", un lugar que, como su propio nombre indica, destaca por su gran superficie pétrea por donde sigue el itinerario que vamos realizando.
Llegamos finalmente al pantano de Santa Fe. Llama la atención el bajo nivel del agua. Ya son muchos meses de persistente sequía.
La pared del pantano tiene una altura de 19 metros y una base de 14 metros. Se construyó entre 1920 y 1935 para contener unos 900.000 m3 de agua. En el margen del camino encontramos restos de una cañería asociada a esta instalación generadora de energía eléctrica. La casa junto al pantano, "la Fabriqueta", era la antigua centralita que producía electricidad para el hostal de Santa Fe. En el agua viven peces como la trucha, el barbo y el cacho.
Bordeamos el pantano por la izquierda, y cruzando una pequeña vaguada del mismo, tengo una aparatosa caída ocasionada por raíces que se esconden entre la hojarasca. Gracias a estas evito un remojón de barro y agua. La caída, por otra parte, resulta de una comicidad en toda regla que se traduce en momentos de algarabía incontenida.
Junto a las raíces de una haya, un momento de descanso para tomar algunos frutos secos.
Remontamos por el margen del riachuelo que suministra agua al pantano.
Más arriba el agua fluye por una pequeña cascada cerca ya del final del itinerario. En diez minutos llegaremos al inicio de la ruta.
Al final han sido 7,38 kms. de recorrido de un magnífico itinerario invernal en el transcurso del último día del año. La buena compañía ha sido también un puntazo, ¿que mas se puede pedir?.
Dejo el trac de la ruta:
Ruta realizada. |
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