Ya lo dijo Mark Twain "Hazte con una bicicleta. No lo lamentarás mientras vivas". Razón tenía el escritor pues no hay artilugio más dichoso que este a la hora de disfrutar del entorno natural que tanto aprecio.
De este modo, después de haber realizado 3 rutas de tipo bikepaking de las que dejo enlaces:
"Costa Dorada" , "Barcelona-Lleida" y "Pedales del Canal d´Urgell"" , surge de nuevo el impulso de realizar la ruta de "Pedales de la Costa Brava" y decido llevarla a cabo en 4 jornadas.
Esta ruta se puede hacer también contratando "Pedales del mundo" y ellos se encargan de la logística del viaje.
En mi caso decido ir por libre, y después de preparar el mínimo equipaje y cargar el itinerario en mi Twonav Terra, pongo definitivamente fecha para su comienzo.
Lunes 21 de Octubre de 2024.
PORTBOU - COLERA - LLANÇÀ. (21 kms.)
Estación de Sans (Barcelona). Tren regional destino Cerbére. Hora de salida 9:15 de la mañana.
Aquí estoy con la bici bien atada en un asiento del regional, a punto de comenzar una nueva ruta que trancurrirá por la zona de la Costa Brava.
El tren llega a la histórica estación de Portbou, un hangar gigantesco que recuerda aquellos filmes que tanto nos han deleitado. Aquí termina mi recorrido y aquí comienza mi ruta en btt.
Junto a la ensenada rodeada de montañas donde el mar penetra tranquilo acariciando un pequeño muro que lo separa de la población, me tomo un pequeño bocadillo para complementar el desayuno realizado en casa.
Y comienza la pequeña aventura del viaje en btt, con una subida constante y ciertamente empinada, pero que tomo con tranquilidad y especial deleite.
Una pareja de turistas franceses equipados también para realizar un viaje en bici se cruzan conmigo. Hablamos mientras vamos subiendo por la antigüa carretera de afortunadamente, escasísimo tráfico. Proceden de Banyuls y van con destino a Cadaqués.
El descenso llega finalmente como premio a la dura ascención. Al fondo puede verse la población de Colera. Paso junto a la playa de´n Goixa.
Entro en San Miguel de Colera y cruzando las tranquilas y silenciosas calles, no se ve ni un alma. En un recodo encuentro una plaza con un enorme ejemplar digno de admiración. Al fondo un pequeño restaurante, lugar idóneo para hacer una parada y comer.
Después de una ensalada de tomate con atún, un pescado rebozado y una tarta de Santiago de postre, continúo la ruta con otro virtuoso ascenso que hago con pasmosa tranquilidad. Atrás queda ya la población.
Cerca de Llançà, me desvío para poder contemplar la abrupta geografía de la costa. Hay algunos acantilados que caen casi verticales en el mar. El sol y la suave brisa constituyen todo un deleite para el viajero de dos ruedas que ha llegado a este lugar.
Puerto de Llançà. Una luz maravillosa de tarde otoñal, y una libertad que está en la mente de quien esto escribe.
Voy a pasar la noche en el "Restaurante Hostal Llançà". Habitación individual y baño compartido, (por una noche, me adapto... supongo). La verdad que mientras buscaba el hostal, y habiendo preguntado a una mujer, no me ha dado muy buenas referencias...
Esto és lo que hay por 29 €. Una habitación que ventilo con rapidez y una cama con unas sábanas no muy adecentadas que digamos. Ducha rápida aprovechando que no hay nadie por los alrededores del baño compartido. Espero dormir bien en compañía de la bici...
Visita a la iglesia de la población mientras llega la hora de cenar una hamburguesa con huevo y patatas fritas, preparada con mucho esmero y pulcritud en el "Café Granja Ebre" de Llançà.
He dormido hasta las 7:30 a pesar de escuchar las conversaciones y demás ruidos corporales de los dos desconocidos visitantes que se alojaban en habitación contigua, separada por una triste puerta de madera debajo de la cual se podía observar la luz. La intimidad ha sido mínima, pero he logrado pasar el trago.
Martes 22 de Octubre de 2024.
LLANÇÀ- PORT DE LA SELVA - ROSES. (45 kms.)
Todo preparado para este segundo día de ruta. Vuelvo a la cafetería de la noche anterior para desayunar. Perfecta atención.
Mi primer destino de la jornada es Port de la Selva. El día ha amanecido nublado y con un viento que sopla bastante fuerte.
Por caminos cercanos a la costa y sorteando alguna urbanización me voy
acercando a la población que todavía se ve lejos en el horizonte.
En la punta de una roca puede verse el Faro del Port de la Selva o Faro de
la Punta de s’Arenella, a una altura de 22 metros sobre el mar, vigilando la
entrada al final de la bahía del Port de la Selva.
Esta zona está dominada por vientos de «llevant», «tramuntana» y «mestral»,
que complican mucho la navegación. El faro supone muchas veces la única
herramienta para escapar de los acantilados abruptos que encontramos en la zona
de la península del cabo de Creus, especialmente para las embarcaciones que
proceden del norte.
Me encuentro ya en Port de la Selva. Puedo ver el conjunto de casas
agrupadas en torno al núcleo central formado por la iglesia y el campanario, de
blanco típico de las poblaciones costeras.
Son las 10:15 de la mañana.
Cruzo toda la población
y un desvío de carretera con indicador de dirección Cadaqués-Roses. Sigo hasta
el final del puerto y comienza una brutal subida hacia lo alto de la población.
En un momento dado tengo que empujar obligatoriamente bajando de la bici, hasta
llegar a lo alto con una magnífica vista de la escarpada costa.
Aquí comienza el camino que se adentra en el paraje natural del Cap de
Creus...
Las subidas son constantes pero con perseverancia se va haciendo camino.
Mi objetivo es la cala Taballera para seguir a partir de aquí hacia el
Faro del Cap de Creus y después llegar hasta Cadaqués. Pero una cosa es el
objetivo y otros son los logros.
Después de casi una hora de recorrido cruzando parajes agrestes y solitarios, con nubarrones que van cubriendo de vez en cuando extensas áreas del cielo y un viento que inquieta la soledad del viajero, me encuentro con una sorpresa...
El camino termina en un acantilado que deja ver al fondo la Cala Taballera.
El mar en el horizonte infinito, y a mi izquierda desciende un empedrado sendero roquero que con dificultad puede bajarse la bici a cuestas. Hay mucha pendiente y observo descendiendo solo un pequeño tramo de la trocha cargado con el equipaje, resulta muy complicado.
Por otro lado después hay que remontar empujando también por la otra vertiente, con escarpados salientes de rocas que imposibilitan del todo la subida.
El entorno, a pesar de la belleza del lugar resulta muy agreste e inquietante, y no quiero pensar que cualquier desliz podría ser un contratiempo y una dificultad enorme.
Finalmente, y muy a mi pesar, decido volver atrás y hacer una ruta alternativa que no suponga este desgaste físico y mental al que me tendría que enfrentar siguiendo el trac de la ruta.
Media hora mas tarde, en la misma pista, encuentro un cruce de camino que indica "Cadaqués 13 kms,". Tomo esta opción pero al poco vuelvo a desistir ya que no conozco el itinerario y no desearía meterme en veredas poco frecuentadas. El viento vuelve a ser desapacible y se nubla de nuevo.
Regreso a Port de la Selva para tomar la carretera que va a Cadaqués y Roses. No me gusta el asfalto pero tampoco tengo demasiada alternativa.
La carretera al principio se adentra suavemente entre montañas, pero lentamente comienza a ascender con un importante desnivel.
Pedaleando con cierta tranquilidad, voy subiendo y remontando mientras pueden verse en el horizonte espectaculares paisajes.
Llego a una rotonda en la carretera con desvíos a Cadaqués o Roses. e sitúo en el interior de dicha rotonda para planificar destino ya que el tiempo se ha echado encima.
ientras estoy aquí pasa un viajero en bici perfectaente pertrechado y entrando también en la parte de la rotonda donde me encuentro entablamos conversación.
El viajero en cuestión realiza una ruta en btt. para una causa solidaria. Comienza en Oncativo ( Argentina) para llegar hasta Sao Paulo en Brasil. Aquí toma un avión para cruzar el Atlántico y llegar a Roma. Desde aquí, cruza Italia, Francia y entra en España para terminar el viaje en Barcelona.
"Savotrip" es el proyecto de colaboración solidaria que busa intercambiar kms. recorridos por dinero para ayudar a los padres con dificultades económicas que tienen tratamiento por cancer de sus hijos. Casa Soles es la institución que coordina esta ayuda a los padres.
Después de un rato de charla en el centro de la rotonda, nos separamos sin sospechar que días más tarde nos íbamos a reencontrar.
Desisto de bajar a Cadaqués por carretera ya que el tiempo es algo inseguro. Bajar a nivel de mar y luego volver a subir donde ahora me encuentro... como que no. Decido después de esta mañana un tanto accidentada ir directo a Roses.
Allá al fondo a la izquierda, puede observarse la población de Port de la Selva y más a la derecha Llançà.
Un descenso vertiginoso me lleva sin esfuerzo al paseo marítimo de Roses. Son cerca de las 4 de la tarde y decido comer un bocata y terminar con la comida que llevaba preparada.
El lugar está abarrotado de turistas de varias nacionalidades debido a las vacaciones de los niños extranjeros que, como puede observarse, arrastran también a los padres a disfrutarlas.
Después una vuelta por el paseo marítimo, quedo también pasmado por la ingente cantidad de edificaciones que malogran un bellísimo litoral perdido para siempre. Es la mas cruel de las especulaciones urbanísticas.
Me hospedo como un señor en el "Hotel Ciudadela". Y digo como un señor al compararlo con el de la anterior noche...
Habitación comodísima, limpísima y muy agradable. ¡Ah!, y un espléndido desayuno a la mañana siguiente.
Miércoles 23 de Octubre de 2024.
ROSES - CASTELLÓ D´AMPURIES - L´ESCALA
L´ESTARTIT. (50 kms.)
He desayunado como un campeón. Zumo, macedonia de frutas, mermeladas variadas, muesli de cereales...
Salgo dispuesto para la tercera etapa de la ruta.
Horizonte tranquilo a esta hora de la mañana cuando son las 9:15 horas... en el paseo de Roses.
De nuevo vuelvo a pensar que hoy es miércoles y puedo disponer de mi tiempo como me apetezca. Atrás quedaron tantos años de obligaciones diarias que, si se miran fríamente, poco aportan al crecimiento personal. En fín, que sigo pensando y comparando realidades desfasadas en el tiempo, que han quedado atrás sumidas en la irrelevancia. Yo ya me entiendo...
He abandonado Roses y ahora comienzan estos tranquilos caminos que tanto me gustan a estas primeras horas de la mañana.
El trac me lleva por la ruta cicloturística de Vilanova de la Muga, marcado con el GR 92.
Cruzo algunas carreteras comarcales, por fortuna poco transitadas, para seguir de nuevo por el polvoriento camino que discurre bajo las ruedas de la bici.
Parajes naturales tranquilos que ayudan a la mente a discurrir con sosiego todos los pensamientos que van pasando lentamente como hojas de un libro, página a página, sin detenerse, mientras el suave rodar de la bici acompaña el recorrido.
El trac gira bruscamente por una vereda otoñal que me sorprende gratamente. Es un auténtico placer soñado adentrarse en estos ambientes tan inspiradores, donde el tiempo tiene el simbolismo del momento presente, sin objetar otra cosa que el recorrido de la ruta que se adentra en este lugar.
Me estoy acercando a la población de Castelló d´Ampuries.
El municipio se encuentra a unos 17 m de altitud sobre el nivel del mar y tiene una superficie de 42,3 km², dentro de los cuales se incluye el Parque Natural de las marismas o "Aigüamolls de l´Ampurdà". Tiene dos núcleos de población, el medieval de Castelló d´ Ampuries por el que estoy cruzando, y una marina residencial en Ampuriabrava.
A la salida de la población, me detengo sobre un puente que cruza el río La Muga; momento para inmortalizar con una foto imprescindible el lugar, y aprovechando el paso de unas viandantes les pido que certifiquen mi presencia de viajero con otra instantánea.
Heme ahí posando satisfecho en lo alto del puente.
Más allá, me adentro en otra zona del Parque Natural, con unos espléndidos horizontes, que hacen las delicias de esta ruta en bici.
Hoy no tengo que sufrir aquellos desniveles que ayer fueron quizá la parte más destacada de la jornada.
En fín, sobran las descripciones del paisaje que va pasando por mi vista.
El Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà se creó el 28 de octubre de 1983. Los Aiguamolls de l'Empordà son una de las principales zonas húmedas de Cataluña, junto con los deltas del Ebro y el Llobregat. Se encuentran ubicados en la plana ampurdanesa, entre las desembocaduras de los ríos Fluvià y Muga, en un espacio caracterizado por los cursos fluviales actuales, las antiguas desembocaduras de los ríos, y los sistemas de canalización y acequia de los cultivos que históricamente se han dado en este lugar rico en agua dulce.
Atravesado una parte de este Parque Natural, llego a la población de Sant Pere Pescador, cuando es cerca del mediodía. El lugar está francamente animado por multitud de visitantes, muchos de los cuales circulan con bicicletas alquiladas por esta zona tan privilegiada.
Acostumbrado a la tranquilidad de la ruta, encontrarme con tanta gente me resulta quizás un tanto incómodo.
Un puente cruza el curso del río Fluviá. Cerca del río hay desplegado un mercadillo semanal con mucha animación. Lo veo desde lejos mientras me detengo brevemente para aligerarme de ropa ya que el sol comienza a apretar. Aprovecho para tomar una barrita energética de estas que te ayudan a pedalear más... dicen...
Ahora el camino sigue cerca del margen del rio, con un espectacular paisaje arbóreo a ambos lados de su curso.
En esta parte del itinerario, el trac coincide con otra ruta que es "La Pirinexus", una ruta circular de 353 kms. que recorre el norte de la provincia de Girona y el sur de la región francesa de Occitania, en concreto el departamento de Pirineos Orientales, coincidiendo con la histórica región del Rosellón.
Pasa por un total de 53 poblaciones y 8 comarcas distintas, combinando vías verdes con otras rutas ciclables, como caminos rurales o carreteras con baja densidad de tráfico.
Cruzo otra población, L´Armentera. El edificio mas significativo es la iglésia de San Martín, una construcción del siglo XIX, de estilo neo-clásico.
Paso por calles casi desiertas, típicas estampas del mundo rural, muy parecidas todas ellas.
Me adentro de nuevo por caminejos solitarios hasta llegar a otro pequeñísimo núcleo de casas. Se trata de Cinc Claus. Se encuentra a dos kilómetros de Empúries, por donde pasa el antiguo camino de Empúries a Francia (Vía Heraclea).
El lugar, constituye un importante conjunto arquitectónico construido sobre un lugar de poblamiento romano. Está formado por una iglesia del siglo IX, restaurada en el XIII, los restos de un castillo del siglo XIV (formados por un portal y una torre), un puente del bajo medievo y cinco masías de final del siglo XVII y principios del XVII.
Y todo esto, yo sin saberlo...
En este lugar hay un restaurante en una espléndida construcción al que llegan en estos momentos unos franceses para comer. Pero tienen que esperar todavía ya que no abren hasta las 13 horas.
La ruta me lleva por vericuetos entre sendas y caminos dentro de la zona del Parque Natural, encontrando lugares que me resultan realmente encantadores.
Otro lugar relevante es Sant Martí d´Empuries. un pequeño núcleo de población del municipio de L'Escala. Se encuentra cerca de las ruinas de Empúries o Emporión. De carácter medieval, en los siglos IX , X y XI fue la capital del Condado de Empúries hasta el año 1078, que se trasladó a Castelló d'Empúries. El conjunto histórico está declarado bien cultural de interés nacional.
Me detengo junto a una pequeña y tranquila playa donde puedo contemplar el lugar. Hablo con un matrimonio que han venido a pasar el día en la zona. Y hablamos de la ruta que estoy haciendo, de bicis y de bicis eléctricas. Él, al parecer, había hecho bici hacía años pero ahora por un problema físico lo tuvo que dejar. Su frase era que a partir de los 50 años, yo debería ir con una eléctrica. De momento, todavía voy sin... y no lo sacabas de aquí.
Por un camino de ronda que comienza en esta playa, cruzo junto a las famosísimas ruinas de Empuries.
El lugar es el único yacimiento arqueológico de la Península Ibérica donde conviven los restos de una ciudad griega Emporion con las de una ciudad romana, Emporiae. Es también la puerta de entrada de la cultura clásica: 10 siglos de historia que transformaron para siempre los antiguos pueblos íberos que habitaban allí.
El primer establecimiento de los griegos fue en el siglo VI a.C. en una pequeña isla frente a la costa del golfo de Roses (Palaia Polis, ciudad antigua), aunque luego se desplazaron a tierra firme para fundar lo que se conoce como la Neápolis, ciudad nueva. En el año 218 a.C., el puerto emporitano sirvió de punto de entrada a la Península para las tropas romanas en su lucha contra el ejército cartaginés. Entre los siglos VI a.C. y V d.C., Empúries ha sido puerto, enclave comercial, colonia occidental de Grecia, primer campamento romano de la Península, próspera ciudad romana...
Las ruinas griegas actuales pertenecen a la ciudad de época helenística.
Me detengo nuevamente para ver el horizonte de esta Costa Brava que estoy recorriendo. Allá a lo lejos, el famoso Golfo de Roses, lugar donde he comenzado mi jornada de hoy.
Y no puedo dejar de sorprenderme hasta donde llega la estupidez del constructor que edifica apartamentos casi en la misma cima de la montaña. Queda evidente en la fotografía el patetismo de los que realizan estos proyectos arquitectónicos cuya única finalidad, aparte del lucrativo interés, es malograr y destruir la naturaleza.
Y planteo otra pregunta... ¿Quién puede comprar una casa en estos lugares con ese desnivel, fuera ya de todo núcleo urbano?. Me reservo la respuesta...
Me encuentro en la población de L´Escala, junto al pequeño y tranquilo puerto pesquero... en estas fechas.
Son cerca de las 2 de la tarde. Encuentro algunos restaurantes abiertos donde se sirve un menú turístico que no encuentro muy atractivo. Decido seguir buscando en la misma población otros restaurantes, pero a medida que voy adelantando, me encuentro de repente sin nada. Todo cerrado y sin un trozo de pan para hacerme un bocadillo.
Voy ahora por un camino asfaltado que cruza una parte boscosa cerca de la costa. El camino va ascendiendo suavemente al principio...
... y lentamente va cogiendo desnivel. El bosque resulta muy agradable pero lo avanzado de la hora me hace pensar en el peor de los escenarios gastronómicos.
Termina el asfalto y comienza el camino pedregoso hasta llegar a la parte alta de la montaña a 170 mts. de altura.
A partir de aquí, la pista sigue un recorrido completamente llano durante bastantes kms. Mi destino final es L´Estartit.
A las 15:30 puedo ver desde lo alto el pequeño puerto de L-Estartit, con las famosas islas Medas al fondo.
Descenso vertiginoso hasta llegar a este puerto, y a la búsqueda de algún restaurante que todavía esté abierto.
El tiempo se ha vuelto ventoso y desapacible, pero tengo suerte en encontrar un lugar con un menú aceptable que cumple mis espectativas.
La comida no ha estado mal, unos pescaditos fritos de primero y unas sardinas a la plancha de segundo. Un helado de postre mas un té y ¡como nuevo!.
Continúo por el paseo marítimo hasta una gran roca que surge del mar con imponente desafío.
En este lugar sopla una fuerte ventolera marina.
Desde aquí se pueden ver las famosas "Islas Medas", un archipiélago formado por unas siete islas pequeñas y algunos islotes con un importante fondo marino que hace las delicias del buceador, favorecido por su proximidad a la desembocadura del río Ter, que atrae a numerosos investigadores que lo estudian cada año, haciendo de esta reserva marítima una de las más importantes del Mediterráneo.
La isla con más longitud del grupo es la Meda Grande.
Los otros nombres de las islas son el Medallot, la Meda Pequeña, las Ferrenelles, el Tascó grande, el Tascó pequeño y el Carall Bernardo.
Los otros nombres de las islas son el Medallot, la Meda Pequeña, las Ferrenelles, el Tascó grande, el Tascó pequeño y el Carall Bernardo.
Regreso en busca del Hotel. Se trata del Hotel Santa Ana. Me atiende con una gran amabilidad el director del establecimiento que me acompaña al sótano para poder guardar la bici.
La habitación resulta ser triple. Si hago la comparativa con el primer día, la cosa ha mejorado muchísimo. Así pues, me auguro un buen descanso nocturno.
Deposito con esmero las toallas sobrantes de la ducha sobre la cama pequeña de la habitación. De este modo podrán utilizarse nuevamente. Todo por la ecología.
Hacia las 20 h. salgo del hotel para buscar un lugar para cenar. Doy una vuelta junto al paseo marítimo.Desde aquí puede verse un magnífico ocaso solar.
Al no haber pasado muchas horas desde el almuerzo, ceno poco, y lo hago en el "Hostal Can Dalfo". Unas anchoas de L´Escala y unas tostadas, y de postre un helado chocolatero.
Jueves 24 de Octubre de 2024.
L´ESTARTIT - PERATALLADA - PALS - PALAU SATOR BEGUR - PALAFRUGELL. (44 kms.)
El desayuno, abundante y espectacular. Es de aquellos desayunos que se prolongarían en la mañana pero el tiempo apremia.
Dejo la habitación y antes de partir hago una foto de la calle Santa Ana, practicamente vacía. Al parecer, según me comentó un informante, en verano es tan grande el trasiego que resulta muy complicado transitar por ella.
Hacia las 9:15 comienzo a pedalear. Desde el carril bici que se extiende a lo largo de la playa puedo contemplar la bella silueta de las "Medas", sumergidas en la eternidad del tiempo.
La mañana se llena de nuevo de libertad para disfrutar uno mismo, sin tener que pensar en las obligaciones a las que tantos años he estado atado.
El ambiente en calma pronostica una agradable jornada de ruta.
Hoy voy a circular también por Parque Natural, ya que seguiré una buena parte del río Ter cercana a la desembocadura.
Abandono una carretera comarcal y me adentro en un camino de aquellos que no hace falta describir por lo que resultan de agradables
Tranquilidad y calma mientras voy rodando por la recta senda rodeada de arboles y vegetación. La tierra algo húmeda de la noche anterior desprende todavía un agradable olor que llena los sentidos de quien esto escribe.
Y así, con la mente vagando entre naturaleza, horizontes y paisajes, voy recorriendo los diferentes tramos del trayecto.
Al fondo puedo ver el Macizo del Mongrí, con su célebre castillo en la cumbre.
Una pista de tierra recorre el margen derecho del río Ter. Una exuberante vegetación de frondosos bosques de ribera junto al cauce, crea una placentera atmósfera que embriaga el ambiente. Una fauna abundante interacciona en este espacio natural realmente espectacular.
Llego al final del tramo donde se encuentra la población de Torroella de Montgrí. En la cima de la montaña ahora puede verse mucho mejor el castillo.
Abandono el curso del Ter. Allá a lo lejos la población al pié del macizo montañoso.
Cruzo la población de Gualba, que puede verse allá al fondo, y tomo un camino que con un suave pero sudoroso ascenso se adentra en un tranquilo bosquecillo.
Después de nuevo, al llano hasta llegar al pequeño núcleo de Fontanilles, que dejo al fondo.
Y sigo por placenteros caminos mientras el cielo se va nublando ligeramente. De vez en cuando sopla alguna ráfaga de viento que parece preludio de un cambio de tiempo. Pero sigo adelante por caminos que se adentran en un paisaje agrícola de campos que parecen algo abandonados por la distancia que se encuentran de las poblaciones. Son caminos solitarios que las ruedas de la bici van dejando atrás al tiempo que transcurre la mañana.
De un camino a otro, llego finalmente a otra población de aire y aspecto medieval: Peratallada.
La villa, está declarada conjunto histórico-artístico y bien cultural de interés nacional, es uno de los núcleos más importantes de Catalunya en cuanto a arquitectura medieval. De un extraordinario atractivo y belleza, conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas. El recorrido por el pueblo permite descubrir diferentes puntos de vista del castillo-palacio y las murallas y un conjunto de arquitectura popular.
El recorrido por el pueblo permite descubrir diferentes puntos de vista del castillo-palacio y las murallas y un conjunto de arquitectura popular.
Peratallada fue una de las poblaciones catalanas más bien fortificadas.
Desciendo lentamente por las empedradas calles, saboreando y disfrutando este momento.
Heme ahí posando en una instantánea realizada por una turista francesa que pasaba en aquel oportuno momento, y tuvo la amabilidad de realizarla bajo petición del susodicho viajero. Un entorno digno de medioevo sirve de escenario para mi efímera posteridad. (¡cómo me ha quedado la frase!).
Abandono el lugar. Unos kilómetros más adelante, llego a otra población de cierto renombre: Palau Sator. Como puede verse, la entrada es ciertamente algo electrizante...
El núcleo de la villa, mantiene también su arquitectura medieval. De su recinto amurallado destaca la "Torre de las Horas", de 20 m. de altura, que formaba parte del antiguo castillo Palau-Sator.
La torre, de construcción románica y fechada en los s.X y XI, tiene un gran arco apuntado, varias aspilleras y está coronada por una espadaña. Su nombre le viene dado porque allí se colocó desde su inicio el reloj público.
Me detengo junto a un antiguo pozo artesiano, un tipo de pozo en el que emerge el agua sin ningún tipo de ayuda. La fuente está restaurada y rodeada por una estructura que sirve de banco. Aquí tomo una barrita energética y unas nueces. Esto permitirá seguir sin dificultad hasta la siguiente población, Fontclara que dejo atrás pasando por la Calle Mayor.
En fín, que voy a decir de este otro camino por el que me va llevandoo el itinerario. Sobran los adjetivos...
Más caminos de tierra bajo las ruedas y el tranquilo pero constante pedaleo que me aleja y me acerca de un lugar a otro. El sol ha salido de nuevo con una temperatura muy agradable. La sensacion de optimismo llena la mente por completo.
Llegada a otro destacado núcleo medieval: Pals.
Está formado por un laberinto de calles estrechas y empedradas, casas de piedra y edificios de gran valor histórico y arquitectónico. Entre los monumentos más destacados se encuentra también la Torre de las Horas, con unas impresionantes vistas panorámicas de la comarca, y la Iglesia de Sant Pere, románica del siglo XI con una imponente torre campanario.
En la plaça Major, además de ser uno de los centros de reunión donde se celebraba el antiguo mercado, se encuentran varios edificios muy bien conservados. Entre ellos, destaca la Casa de la Vila del siglo XIII.
Aunque hoy es día lectivo, el lugar está ciertamente animado con turistas ociosos por todas partes.
Dejo la población atrás. y paso junto a un cercado donde inmortalizo a los habitantes del mismo que se acercan y posan para la foto.
Me despido de ellos con un afectuoso saludo.
El cammino se adentra ahora por un húmedo bosque, y lentamente va ascendiendo con un desnivel cada vez más acusado.
Se escuchan llamadas de alguien en algún lugar del bosque. Poco más adelante me encuentro con un cazador (ya me da mal rollo). Está llamando a unos perros que han salido corriendo por estas recónditas espesuras boscosas, y no aparecen. Sigo con mala espina intercambiando unas palabras con el. Me tranquiliza diciendo que ya han terminado la batida. ¡Pués menos mal!.
Le dejo atrás llamando con griterío incesante. ¡Abur!
El camino entre el bosque ha terminado. Ahora me encuentro con la sorpresa del día, un camino de fina arena donde es imposible pedalear. Toca empujar durante un largo y pesado trayecto bajo un indolente sol castigador.
Esto es terrible, no se acaba nunca...
Al final, un cartel advierte de lo que yo me he encontrado...
Estoy llegando a Begur.
La población se encuentra sobre una colina a la que se accede por una fuerte subida. Mientras voy pedaleando, me cruzo con un camión del ayuntamiento con dos operarios que van colocando en lo alto de la calle, ¡las luces de Navidad!.
Estoy a destiempo...me deja algo descolocado.
Begur es un pueblo con una profunda personalidad histórica. Al abrigo de su castillo medieval, coraleros, pescadores, indianos y del corcho han protagonizado una historia que se refleja en cada calle y en cada rincón del pueblo.
La imagen más conocida de Begur es sin duda el castillo medieval, pero encontramos también otros lugares interesantes, como las numerosas casas indianas (edificios de estilo colonial), las torres de defensa del siglo XVI, la iglesia dedicada a San Pedro.
En la parte más alta de la población, me detengo en un gran mirador donde puede verse una dilatada panorámica, con el castillo de Begur al fondo, sobre un promontorio rocoso. Durante las guerras napoleónicas, el castillo fue destruido en 1810, pero hoy en día se encuentra de nuevo reconstruido.
Son las 3 de la tarde. El tiempo no me permite seguir la ruta hasta Calella de Palafrugell siguiendo por pistas de montaña con un importante desnivel, ya que tengo un billete de regreso en autobús a las 18:30 desde Palafrugell. No puedo arriesgarme a ir demasiado justo de tiempo. Voy a optar y arriesgarme por una carretera que me llevará directo a esta población.
Y allí voy por un senderillo al borde mismo de la calzada descendiendo hacia mi destino final.
Casi sin darme cuenta paso cerca de un pequeño núcleo de casas que llaman mi atención, y me detengo a observar.
El lugar se llama Esclanyà, y forma parte del municipio de Begur.
Destaca su castillo, conocido popularmente como la torre de Esclanyà, edificación del siglo XIV. En la actualidad se conserva la gran torre de planta rectangular, de época románica, con unas almenas en el lado norte.
El pueblo se estructura en torno a la iglesia de San Esteban de Esclanyà, citada documentalmente en el año 1280. La iglesia contiene elementos propios de diferentes épocas del románico desde el siglo X, lo que permite indicar la existencia de un templo anterior.
Lugar idóneo para tomar un apetitoso bocata aderezado con una lata de sardinas. Gracias al pan que he secuestrado del desayuno, he aprendido que hay que ir preparado para las circunstancias que se puedan presentar.
Con tranquilidad pasmosa, disfruto de los ultimos momentos de esta interesante y recomendable ruta.
Tengo a tiro de piedra la población de Palafrugell así que...
... entrando en ella sigo los vericuetos de sus calles hasta llegar a la estación de autobuses casi dos horas antes de que salga el autobús.
El tiempo se ha vuelto más fresco o yo he bajado temperatura, lo cierto es que pretendía ir y volver hasta Calella de Palafrugell que dista poca distancia, pero el aire y el cielo que se ha nublado me hacen repensar el trayecto.
Y aquí sentado en el vestíbulo voy pasando el tiempo observando el variopinto personal que viene para comprar billetes. Alguno, bastante sospechoso, ha llegado a este lugar y sale acompañado de otros que lo estaban esperando en otra zona de la estación.
Aquí dejo este relato. Llega el autobús y tengo que cargar la bici.
El viaje de regreso resulta una pesadilla. El autobús va entrando y saliendo de las poblaciones que se encuentran en su recorrido con un constante bajar y subir de pasajeros inacabable, hasta que finalmente, a punto de marearme, toma la directa del destino final.
Y todo llega a su fin, incluidos los zapatos de bici marca "Scott" que han pedaleado incansables en estos ultimos años. Tenía cierto temor a que no aguantaran el trote de la ruta y el trasiego diario a que fueron sometidos ya que no llevaba otros.
Obsérvese al detalle el destrozo que me aconteció llegando al puerto de Llançà el primer día de ruta.
* 5 Días después de mi llegada me entero a través del Instagram de "Savotrip", el viajero argentino que coincidí durante algunos minutos en el cruce de Cadaqués, llegaba a Barcelona después de recorrer 4.300 kms. en bicicleta, cerrando la travesía en el Arco del Triunfo de esta ciudad.
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