Como ya es habitual en estos últimos años, es menester subir a la montaña del Montsià cuando va comenzando el orto solar, y llegar hasta el punto culminante de "la Foradada", una curiosa formación geológica que hemos fotografiado en multitud de ocasiones:
Así se evitan los calores tan intensos de esta época del año al tiempo que pueden disfrutarse sensaciones diferentes en esta avanzada hora.
También tenemos la suerte de que nos acompañe una magnífica luna creciente que va ascendiendo lentamente a medida que va avanzando las horas mientras la tierra va rotando en su eje.
El sol en su ocaso nos deja sublimes tonalidades, mientras empiezan a escucharse los sonidos del anochecer. Los insectos nocturnos comienzan incesantes sus chirridos que se van a prolongar hasta el alba.
Hemos llegado a nuestro destino, la roca de "la Foradada". Hoy nos encontramos con una sorpresa, alguien bien arropado con un saco de dormir, está pasando la noche en este lugar. Nos saluda y comenta que hace poco subió al Aneto y que ahora, que se había trasladado a vivir a Sant Carlos de la Ràpita, quería saber que se experimentaba durmiendo en este lugar.
Como siempre, la fotografía nocturna delata algunos detalles.
Desde esta magnífica atalaya, la luna, en el lejano firmamento, resplandece reflejada el mediterráneo frente a la población de Sant Carles.
Cenamos unos bocadillos en compañía de esta magnífica luna, y con un techo de estrellas en el firmamento; y todo a la luz de los frontales, regresando al punto de inicio después de haber vivido una experiencia, como siempre, plenamente vivificadora.
Hasta el próximo año, esperemos ...
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