6/7/20

HOMENAJE A ENNIO MORRICONE. Inspirando los Sentidos.


ENNIO MORRICONE ha sido, sin duda, uno de los más grandes genios de la música de todos los tiempos. 
Hoy 6 de Julio de 2020, nos ha dejado con un emotivo Adiós, y nos hemos quedado más tristes por la sorprendente noticia. 
El genial Compositor que tanto nos ha hecho soñar con sus entrañables e inigualables composiciones llenas de emoción y sensibilidad, nos ha dejado un recuerdo imborrable, su Música, que ha acompañado buena parte de nuestra vida.¡Grácias Maestro Morricone!.





Era el año 1972 y tenía entonces 12 años, cuando compré el primer LP de mi vida, un grueso vinilo de la "United Artist" con la banda sonora original de "Giu la Testa" o lo que es lo mismo "Agáchate Maldito" el gran filme de su antiguo compañero de escuela Sergio Leone.





Desde aquel momento nace mi admiración por este gran compositor y comienza la búsqueda de material con el que abastecer la colección inacabable de sus bandas sonoras.
Creo que nadie lo ha logrado hasta ahora. ¡Es tarea imposible!.






En 2010 tuve la fortuna de viajar a Milán para verlo en un concierto. Aquello fue algo indescriptible, y dejo aquí el enlace de la crónica que hice en su momento:

http://franclips.blogspot.com/2010/12/ennio-morricone-gran-gala-en-el.html

Desde aquí quiero rendir Homenaje a este genio que me ha inspirado tantos momentos de la vida con su música llenando los sentidos con agradables e indescriptibles sensaciones. 






"Descanse en paz"- decía uno de los muchos comentarios que he leído- "De él puede decirse que su memoria pervivirá mucho tiempo. Cada vez que alguien ponga o escuche un acorde de armónica o silbido, aun sin saber siquiera su nombre, lo estará reviviendo".





Y reproduzco el artículo de un periódico digital por ser un buen resumen de su trayectoria:

Difícil encontrar un compositor más prolífico y versátil que Ennio Morricone. Más de 500 bandas sonoras, arreglos para canciones de principios de los 60´, colaboraciones con iconos del rock como Morrissey, del folk como Joan Baez —con la que trabajó en 'Sacco y Vanzetti', de Giuliano Montaldo— y de la bossa nova como Chico Buarque. Trabajador incansable y totalmente entregado a su arte, este lunes ha muerto uno de los compositores más icónicos y reconocidos de la historia de la música de cine, pero también de la música. 






Fallece en Roma a los 91 años, a causa de una complicación por una caída y haberse roto el fémur. Muere cuatro años después de ganar su único Oscar, por la BSO de 'Los Odiosos Ocho', de Tarantino; en 2006 la Academia ya le había concedido el Oscar honorífico— y el mismo año en el que se le  concede el Premio Princesa de Asturias de las Artes, compartido con John Williams. Hace poco más de un año, en mayo de 2019, el italiano ofrece dos conciertos en Madrid en los que repasa sus temas más conocidos, en una especie de gira de despedida, casi premonitoria.







Se va el padre de bandas sonoras como las de 'Por un puñado de dólares', 'El bueno, el feo y el malo', 'Hasta que llegó su hora', 'Agáchate Maldito', `'Érase una vez en América', 'Los Odiosos Ocho', 'La Misión', 'Cinema Paradiso', 'Los intocables de Eliott Ness', 'Novecento', y un larguísimo etc.
Morricone es un músico incansable, experimental y desprejuiciado. Desde sus composiciones más vanguardistas, con su 'Gruppo di Improvisazione Nuova Consonanza' a sus bandas sonoras más sinfónicas, como las de 'La Misión' o 'Cinema Paradiso', hasta los sampleados que con su música han hecho raperos como Jay Z, grupos pop como Muse o metaleros como Metallica, el italiano siempre es un inconformista y un buscador: sigue siendo moderno con más de nueve décadas a sus espaldas. "Me gusta cambiar. Así no corro el riesgo de aburrirme", confiesa en alguna ocasión.






                                                                   
Trabaja en Hollywood en producciones de alto presupuesto, pero también compone las bandas sonoras de películas populares como 'Dos granujas en el Oeste' (1981), con Bud Spencer, 'El Genio', y hay años, como 1969, en los que llega a componer 23 bandas sonoras, ninguna perezosa, ninguna insulsa. En 1968 compone para Pasolini en 'Teorema', para Sergio Sollima en '¡Corre, Cuchillo, corre!' y para Sergio Leone en 'Hasta que llegó su hora', también para Alfonso Balcázar con 'El retorno de Clint el solitario'.

Su música está muy ligada al 'giallo', ese género tan italiano de asesinos de mujeres, donde las casas son suntuosas, los colores estridentes y la modernidad tan sorprendente como elegante; trabaja con Dario Argento en títulos como 'El pájaro de las plumas de cristal' y con Lucio Fulci en 'Una lagartija con piel de mujer'.

                                                                                                                               



"Al principio aceptaba todo, porque tenía que trabajar", admite en la serie de entrevistas que le hace Alessandro de la Rosa, joven compositor y escritor, y que se convierten en el libro 'En busca de aquel sonido. Mi música, mi vida' (2017).

                                             

                                            


"Después me volví más selectivo y exigente, pero si un director me llama y yo respondo que sí, lo hago lo mejor que puedo". Y es que, hasta su muerte, Morricone se levanta diariamente a las cuatro de la mañana para hacer ejercício y una vez desayunado y leído el periódico, empezar a componer, pero no delante del piano sino escribiendo la partitura sobre el papel.








Hijo de un músico, su padre le inscribe en la Academia Nacional de Santa Cecilia, donde comienza a tocar la trompeta con pocos años de edad. Cuando a Mario Morricone lo movilizan durante la Segunda Guerra Mundial, su hijo recoge el testigo y lo sustituye como trompetista en orquestas de revista. Comienza a ganar dinero componiendo para obras de teatro y haciendo arreglos para programas de radio y televisión, y trabaja como 'negro' en bandas sonoras de cine —orquesta y rehace partituras de otros— desde 1955, cuando le arregla a Giovanni Fusco la banda sonora de 'Los extraviados' de Francesco Maselli.








Hasta que en su camino se cruza Luciano Salce en 1961 y le pide que higa la banda sonora de 'El federal', su primera película íntegra como compositor. "El acercamiento a la gran pantalla es gradual, después de años repartido entre la radio, la televisión y la discografía, trabajando como ayudante de muchos compositores conocidos en aquella época".


                                                     



Pero el gran salto a la popularidad ocurre en 1964, gracias a la banda sonora de 'Por un puñado de dólares' de Leone. Todo ocurre un año antes, a través de una llamada telefónica en la que Leone, "sin demasiados preámbulos" le propone un proyecto. Cuando se encuentran cara a cara, ocurre la magia: "Noté enseguida un movimiento en su labio inferior que me recordaba algo: aquel hombre se parecía a un chiquillo que había conocido en tercero de primaria. Yo le pregunté: 'Pero, ¿tú eres Leone, el de mi colegio?' Y él: ¿Y tú Morricone, el que iba conmigo al viale Trastevere?'. Como para no creérselo. Cogí la vieja fotografía del colegio y ahí estábamos los dos. 

                                



Fue increíble que nos encontráramos después de treinta años". Una amistad y un respeto que dura más allá de la muerte de Leone en 1989. Clint Eastwood le pide colaborar en más de una ocasión, pero Morricone lo siente como una traición a Leone y siempre declina la oferta.


                             


A otro de sus directores de cabecera, Giuseppe Tornatore, con quien trabaja en once películas, lo conoce mucho más tarde, en 1988. 'Cinema Paradiso' es el segundo largometraje de Tornatore, mientras que Morricone ya ha compuesto 300 bandas sonoras. "Pero él fue espléndido desde el principio, tratándome de igual a igual, sin dejar que me paralizase bajo el peso de su infinita experiencia", reconoce el director. Porque aunque el carácter del compositor siempre se ha reconocido como huraño, también ha sabido leer la pasión creativa de sus interlocutores, que es lo que al final acaba abriendo la puerta.


                                                           
Mastroniani, Tornatore, Morricone


Su época más prolífica y vanguardista es desde mediados de los sesenta hasta finales de los setenta, que coincide con la creación del 'Gruppo di Improvisazione Nuova Consonanza', en el que Morricone, junto a músicos como Franco Evangelisti y Egisto Macchi experimenta con el free jazz, el noise, la música concreta y las técnicas de vanguardia. También le influye la música aleatoria de John Cage, lo que le inspira el uso de instrumentos inhabituales en la orquestación y la composición de bandas sonoras. De ahí, el silbido más reconocible de la historia del cine: el de Alessandro Alessandroni en 'La muerte tenía un precio'. Siempre se apunta a proyectos de directores noveles, porque "aunque no hacían buenas taquillas, son fruto de una gran investigación". Antepone casi siempre la "pasión y la visión crítica" a las pretensiones comerciales.




                                   




A las puertas de la clínica romana en la que fallece Ennio Morricone, el abogado y amigo del compositor, Giorgio Assumma, lee una misiva de despedida a sus seres queridos:




 "Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto", rezan los primeros párrafos de la misiva y explica que se despide de esta forma de algunos de sus seres más queridos para "no molestar": "Solo hay una razón que me impulsa a saludar a todos así y a celebrar un funeral en privado: no quiero molestar".
Morricone dedica un recuerdo "particular" a Peppucio, apodo con el que se dirige al director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti, "amigos fraternos que han estado muy presentes en estos últimos años de nuestra vida", sostiene el compositor en la carta. Asimimo, cita también a otros amigos, a sus hermanas, Adriana, Maria y Franca; a sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni; y a sus nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. "Espero que entiendan cuánto los amaba".
En último lugar dedica unas hermosas palabras a su esposa, Maria Travia, con la que comparte su vida desde que se conocieran en 1950: "A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. Para ella es mi más doloroso adiós".




El compositor reposa ya en el cementerio Laurentino de Roma después de una ceremonia emotiva donde ha sonado como colofón el tema principal de "La Misión".

Hasta Siempre, Maestro.





2 comentarios:

  1. ¡Magnifica entrada! Y emotivo homenaje. Han pasado seis años y medio de la entrada que le dediqué al gran Maestro Morricone. Y ya ves... nos ha dejado. A veces tenemos la sensación de que los grandes tienen que ser inmortales. Se ha dio pero siempre formará parte de la banda sonora de nuestras vidas.
    Iba a decir que "pasará a la Historia", pero no. Morricone ya es Historia de la Música.
    Un abrazo y gracias por tu fantástico trabajo

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  2. Hola Victoria.
    Sí, recuerdo la entrada a tu blog y con ella tu admiración a nuestro músico preferido.Pero como bien dices, seguirá formando parte de la banda sonora de nuestras vidas.En fin,una perdida que no me esperaba en aquellos momentos y a la que se dio mucha relevancia en todos los medios...(menudo añito bisiesto que estamos teniendo... i lo que aún tiene que venir).
    Una vez más gracias por tu comentario y un cordial saludo.
    Franclips.

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