Desde el puerto de la población de Sant Carles de la Ràpita, (Tarragona), se puede iniciar una pequeña travesía en lancha-taxi que nos llevará hasta un curioso lugar, el "Musclarium".
El cultivo de los mitílidos llamados comunmente mejillones y las ostras (ostrons), se realiza en una especie de estructuras y soportes que se denominan bateas.
Aprovechando estas estructuras, se ha montado ingeniosamente una plataforma donde se ubica un complejo de ocio veraniego constituido por un restaurante, bar, solarium y pista de baile.
Para llegar hasta el "Musclarium", es necesario ir en una lancha- taxi. La High Society seguramente utilizará su barco, su velero o su yate. Los que no disponemos de estos medios acuáticos deben esperar pacientemente el turno para que se les lleve hasta el lugar. Hénos ahí con pasmosa tranquilidad aguardando la lancha taxi en el puerto deportivo de Sant Carles de la Ràpita.
Al fin llega el esperado momento, y en pocos minutos se traslada al personal a la plataforma donde está ubicado el "Musclarium".
El lugar es un privilegio a la contemplación de la naturaleza. Al fondo destaca la soberbia silueta de la Serra del Montsià.
Las bateas que antes he comentado, se ordenan en grupos llamados polígonos, cuya disposición y número están controlados por las autoridades autonómicas.
Tienen un entramado rectangular de madera de 100 a 500 metros cuadrados. En este se cuelgan cuerdas donde se producen los mejillones y los ostrones.
Y aquí estamos, una tarde del mejor verano de agosto. Año 2015. Sol, música, ambiente...
Suave brisa con olor a mar, cielo despejado y rodeados de agua por todas partes, como en el islote de Robinson Crusoe.
"La Buena Vida es cara. Hay otra más barata pero no es Vida". Quiero decir que si nos rascamos un poco el bolsillo, podemos acceder a tomarnos un plato de moluscos bivalvos, oséase de mejillones, y unos ostrones. Todo acompañado de un "cava" bien frío.
No cabe la menor duda, el lugar resulta idóneo.
Otra opción es tomar el sol a pleno rayo solar. Para ello se han dispuesto alrededor de la plataforma cómodos sillones y divanes tipo "Chillout" con gasas "soft".
El distendido ambiente de las hamacas anima al personal a un continuo espectáculo de "selfies" fotográficos. Vamos... ¡Un no parar!.
Ahora poso así, después asá... morritos para afuera... torsiones corporales diversas... repeticiones, nuevas y sofisticadas poses, y vuelta a empezar.
Así toda la tarde. ¡Que tiempos aquellos de los carretes fotográficos de 36 fotos con entrega del revelado al cabo de una semana!
Y la música un no parar. El disc-jockey más o menos acertado va animando con estilos diferentes: Chillout, Downtempo, House, Deep House, Soft Deep House, Lounge, Eassy, etc.
El personal con la música, los mojitos y las cervezas va animándose con desparpajo y desenfreno.
El fotógrafo no descansa y se ve envuelto en esa "voragine" de difícil resolución.
Desde aquí quiero animar también a sustituir el generador eléctrico de energía ubicado en la misma plataforma, por paneles solares, los cuales serían idóneos para la buena imagen del lugar.
La energía solar y la eólica son fundamentales para garantizar el pleno diálogo con la naturaleza.
De repente, todos los estilos de música que antes he comentado parece que se han esfumado inexplicablemente. Ahora, sin comerlo ni beberlo, nos encontramos sumidos y rodeados de estruendosos e insoportables ritmos latinos de esos que carcomen hasta la madera del "Musclarium". El pincha la ha pifiado.
Nada será igual...
El toque ibicenco que tiene el lugar queda roto por culpa de este cambio de estilo musical. ¡Una lástima!.
La tarde avanza. El sol se va hundiendo lentamente en la vertical de la Serra del Montsià.
Es el momento vibrante de la contemplación. La hora del ocultamiento solar. Y la foto para el recuerdo que solo dura un instante y que desaparece en algún lugar desconocido del móvil para nunca más volver.
Abandonamos el lugar cuando el sol agoniza. Es el momento de admirar los magníficos contrastes de luces y sombras.
La lancha taxi nos recoge y lleva a buen puerto. Una delicia dejar de escuchar los machacones "éxitos latinos de verano". Resultan insoportables. Por fortuna se los lleva el viento en la distancia.
Aquí dejo el enlace.
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